Far♺ K.Jungwoo

dos

23 de Septiembre, 2024.

Otra vez estaba en el edificio, trabajaba solamente los lunes, y jueves o por el momento. Todavía pensaba en ese encuentro que tuve con Jungwoo.

Era bastante guapo, no podía negarlo. Pero era raro, ya lo había visto de lejos y se veía una persona bastante animada con sus compañeros de trabajo, siempre se veía riendo o así. Pero cada vez que lo tenia cerca, era bastante serio.

— Hey, Jungwoo. —escuché atrás mío, estaba en la máquina expendedora, pagando por mi Sprite y solamente sacándola cuando salió.

— Hey. —fue lo único que escuché de vuelta, vi como le sonreía a la persona después me vio y solo me hizo un movimiento de cabeza como saludo.

— ¿A que hora sales? —pregunté, tratando de hacer conversación.

— Como dentro de cinco horas, pero por los momentos tengo que mi break.

— Yo también. —trate de hacerme la interesante, aunque ese era el horario de cada persona.

— Voy a ir almorzar, ¿quieres venir conmigo? —preguntó casual, después de segundos de silencio.

Asentí rápidamente, a estos momentos el trabajo era lo que menos me importaba, si no me hubiese dicho eso, probablemente hubiese seguido trabajando y conseguido más horas.

— Te vi hablando con ese chico de cabello blanco, ¿También trabajas en la área robótica? —pregunte tratando de entablar conservación, mientras entrábamos al elevador.

— ¿Yo? Se podría decir que si, estoy en el lado mas mecánico, así que ayudo bastante con las creaciones que hacen, como las computadoras o robots.

— Oh, por un momento pensé que hacías lo mismo que yo. —susurré, después moviendo mi cabeza de arriba a bajo, porque tener que ver a Jungwoo.

— Programó, implementó algoritmos, desarrollo programas como también los analizó algunas veces.

Asintió, no diciendo nada más, supongo porque ya sabía más o menos que era lo que yo hacía, pero quería hacer conversación. Pero ahora sentía ganas de hablar, porque su mirada estaba completamente encima mío, sintiéndome intimidada por unos segundos.

— ¿Te gusta la comida china? Hay este restaurante cerca al que quiero ir.

— Sí. —se quedó callado, totalmente y empezó a ver su teléfono, así que yo me quede incómoda en un rincón.

Salió del elevador, salí detrás de él, sus piernas eran largas así que dos pasos de él eran como cuatro pasos míos. Salíamos del edificio y empecé a seguirlo a donde el restaurante que había recomendado estaba ahí.

— Así que Jungwoo... ¿Quien eres? —pregunté, tratando de sacar más información de la que tenía.

— Kim Jungwoo. —respondió como si fuera lo más obvio.— Ya te dije algunas cosas de mí.

— Sí, pero no las cosas básicas, como color favorito o así. —abrió la puerta del local y me dejo entrar primero. A lo que agradecí.

— Apenas nos conocemos.

— Igualmente. —respondí, buscando un rincón y sentándome en la silla que daba a una ventana.

— Okay, responderé esas cosas básicas si tú también las respondes. —sonrió, como si estuviera prometiéndome eso, después agarrando el menú que ya estaban en la mesa.

— Empiezo... ¿Tú color favorito?

— Negro, o azul... Aunque también el blanco... algunas veces el verde... O hasta gris... ¿El tuyo? —duraba unos segundos en responder lo que me causaba gracia.

— Beige... ¿Edad?

— ¿Edad? ¿Yo? Tengo 26.

— Oh... Eres un poco viejo. —susurré, me hizo una mueca como si no le hubiese parecido gracioso.

— Entonces dime tú edad.

— Tengo 22, okay siguiente. ¿Perros o gatos?

— Perros.

— Gatos. —le contradije a lo que él volvió hacer una mueca, lo que volvió a causarme gracia.

— Okay vengo yo. —pensó por algunos segundos.— ¿Deporte favorito?

— No tengo ningún deporte favorito, tal vez tennis... —me miró y le sonrió, él devolviéndome la misma.— ¿El tuyo?

— Fútbol.

Nos quedamos callados un rato y sencillamente pedimos la comida cuando vino el mesero, no sabía que decir y él no parecía que quería hablar.

— Cuando te vi en la tienda aquella noche, pensé que eras la chica más tonta ese día. —soltó de repente, después que nos trajeron nuestras bebidas.

— Pensé que habías venido a Itaewon sin dinero, aunque después te vistes preocupada, así que solo supuse que te robaron. —terminó por decir.

— Oh... —otros segundos en silencio.— ¿Gracias...?

Sencillamente trajeron la comida y empezamos a comer, otra vez en silencio, no era realmente incómodo, pero estaba un poco fuera de lugar después de su comentario.

— Pensé que eras el dueño de un club o algo, así que trate de buscarte como una semana después, pero nada. —comenté en medio de unas de mis bocadas, así empezó a reír.

— Oh... —una pausa.— ¿Gracias...? —imitó la manera que hablé y por lo mismo solo pude arquear una ceja.

Más silencio.

Así fue por el resto del almuerzo, Jungwoo se había retirado por un momento al baño. No hablaba mucho, pero siempre era bastante amable, y hasta raro. Pero me hacía sentir cómoda.

Cuando regreso, sencillamente me dijo para ir de vuelta al edificio, ya que él ya había pagado. Era un caballero también.

Puntos extras.

Guapo, amable, caballero, raro...

¿Que más se podía pedir? No, mejor concéntrate Iseul.

— Te gustaría ir a tomar unas bebidas, alguna noche? —pregunté de la nada, esperaba que no fuera extraño.

— Suena bien.

— Solo dime, cuando tengas tiempo libre.

— Claro, solo dame tu número de teléfono. —sacó su teléfono y me dio el mismo.

Marque mi número y lo guardé, se lo devolví y seguí caminando con él. Me dejo pasar primero cuando las puertas automáticas se abrieron y así después de entrar, caminamos cerca de la recepción, él parándose en seco y casi imité su acción.

— Voy por este lado por ahora, nos vemos después. —dijo señalando el derecho, mientras yo tenía que ir al izquierdo.

Así movió su mano, mostrando una suave sonrisa y le devolví la misma. Así cuando desapareció de mi vista, vi al frente y las recepcionistas solo se me quedaron viendo.

— ¡Hey! —fue lo único que dije antes de ir al elevador de la izquierda.

No me importo nada más que pasó, porque lo único que le presté atención en esos pocos minutos fue el mensaje de Jungwoo preguntando si era él número correcto.