Sweet scent | Jenlisa

Capítulo 1

Jennie apagó su alarma cuando esta comenzó a sonar justamente a las 6 de la mañana. Se levantó con mucha lentitud y se miro fijamente al espejo que tenía en frente de su cama, se miró de pies a cabeza.

Pero mira que pena das.

Eres fea.

No le importas a nadie

Nunca conseguiras un alfa, ni siquiera un beta te va a querer.

Vaya olor tan desagradable que te cargas.

Vas a morir sola.

Las lágrimas empezaron a llenar los ojos de Jennie, entre más se decía mentalmente, más dolor sentía en su pecho.

El sonido de la puerta siendo abierta hizo que la castaña saliera de su mundo y se limpiara las lágrimas con rapidez.

ㅡOh que bien, ya estas levantada bebé, alistate ¿sí? ㅡdijo Taeyeon, una de sus dos madres.

ㅡSí mamá ㅡrespondió con un tono apenas audible, no quería que se le entrecortara la voz y que su mamá notara que estaba llorando.

La alfa de edad media le regalo una sonrisa antes de dejar la habitación.
Jennie sonrió con tristeza, pues su madre era la única alfa que podía aguantar su aroma, no sabía si le gusta, pues nunca se lo había preguntado, pero al menos lo soportaba. De hecho Jennie nunca le decía nada a sus madres, Taeyeon era algo despistada y Tiffany, su madre omega, no estaba mucho tiempo en casa, ella era fundadora de la academia de defensa personal especializada en omegas, así que siempre necesitaba estar supervisando todo. Su madre alfa trabajaba desde casa, así que convivían mucho, pero aún así Jennie no podía decirle lo que sentía, no quería preocuparla, ni a ella ni a Tiffany.

Se levantó de su cama y se dirigió a su cajón de ropa, tomó unos jeans y una sudadera gris, lo ideal para pasar desapercibida. Al terminar de cambiarse tomo el spray inhibidor y se roció todo el cuerpo, pudo sentir como su aroma disminuía drásticamente.

Se miró por última vez al espejo, tomó su mochila y bajó a la cocina donde Taeyeon estaba tomando un café.

ㅡ¿Tienes hambre Jennie? ㅡla menor negó con su cabeza y le regaló una sonrisa.

La alfa se levantó de la mesa y beso a su hija en la frente.

ㅡ¿Te pusiste tu inhibidor cierto?ㅡ preguntó la rubia. Jennie volvió a asentirㅡ De acuerdo, pero no te pongas demasiado ¿ok? El doctor dijo que era peligroso, con que te pongas un poco en el cuello es más que suficiente. Así no puedo ni percibir tu bonito aroma bebé.

ㅡE-esta bien mamá, ya no me pondré tanto ㅡdijo la castaña claramente mintiendo, pues no le importaba si tanto inhibidor le llegara a hacer daño, y si gracias a eso su aroma no volvía, para ella estaría más que perfecto.

Su madre sonrió y la dejo irse a la escuela, cuando la omega abandonó la casa, soltó un suspiro, cansada. La alfa sabía que Jennie ocultaba muchas cosas, tenía conocimiento de que a ella no le gustaba su aroma y en verdad quería ayudarla, pero Jennie no se abría. A veces Taeyeon se sentía mal al pensar que su hija no platicaba con ella sobre como se sentía gracias a que era alfa, como le gustaría que su esposa estuviera más tiempo en casa para poder ayudar a su pequeña retoña. No quería que nada malo le pasara.

Cuando Jennie llegó a la escuela fue hacia su casillero para sacar los libros necesarios para las primeras tres horas de clase, ahí se encontraba Rosé sacando también sus cosas.

ㅡHola Jennie ㅡdijo la menor sonriendole y mostrandole sus bonitos oyuelos.

ㅡHola Rosie ㅡJennie le devolvió la sonrisa.

—¿Hiciste la tarea de ciencias? ㅡla castaña asintióㅡ Muy bien...mmm...sé que no te gusta que hable de tu aroma Jen, pero, estás usando mucho inhibidor, ¿no crees? No puedo percibir ni un poco de tu esenciaㅡ preguntó algo preocupada, ella notaba como Jennie se incomodaba siempre que ella y Minjeong tocaban temas como sus aromas, las parejas y demás.

ㅡÚltimamente sí... es que mi aroma ha incrementado en estos días, y sé como molesta a muchas personas ㅡ contestó Jennie con voz decaída.

ㅡJen, tu aroma es más fuerte que el de un omega promedio, sí, pero tampoco debes taparlo todo, los inhibidores causan mucho daño si se usan en exceso. En serio, creeme que tu aroma no es desagradable y cuando tu pareja predestinada llegué, él o ella amará todo de ti y eso incluye tu olor dulce. No hagas que tu esencia cambie— dijo Rosé agarrandola de sus hombros, pudo ver como una lágrima se derramaba de los ojos de su amiga.

Jennie abrazo a su amiga y susurro un gracias a Rosé. Ella y Minjeong siempre intentaban subirle el animo y le recordaban lo importante y valiosa que era. Tal vez sin ellas, Jennie estaría mucho peor de lo que ya está.

La campana sonó y las dos amiga se fueron abrazadas hacia su salón de clases. Cuando abandonaron el corredor, Lisa Manobal cerró la puerta de su casillero, el cual estaba cerca de la omega de aroma dulce. Soltó un suspiró y se recargo en los lockers, ella en verdad tenía un leve enamoramiento por la omega castaña, todo de ella le gustaba, no podía encontrarle un solo defecto. Sabía de la fama que tenía, que poseía un aroma muy empalagoso y abrumador, pero eso no le importaba a la alfa, de hecho su aroma fue lo primero que le atrajo de Jennie; en el momento en el que olió el chocolate mezclado con caramelo y jazmín que emitía la menor, Lisa no se lo pudo sacar se la cabeza y cuando menos se dió cuenta se encontraba siguiendola a todos lados y preocupandose cada que veía a la menor triste o decaída.

Justamente este día Lisa había notado que no podía percibir la dulce esencia de la castaña, eso la puso muy inquieta pues ese aroma siempre la tranquilizaba. Había escuchado su conversación entre ella y la otra omega pelirrosa, tenía miedo de que Jennie se hiciera daño. Necesitaba hacer algo.

ㅡLisa, ¿en qué piensa? Ya es tarde y tenemos clases ㅡla voz de su amiga Miyeon la sacó de sus pensamiento.

ㅡLo siento Mimi, estaba pensando.

ㅡ¿En esa omega cierto? No entiendo por que no le hablas— dijo Miyeon con fastidio.

ㅡNo es tan sencillo...

ㅡDe hecho sí lo es, solo vas con ella y te presentas, no es mucha ciencia. Nunca entenderé a los alfas y omegas son tan raros. Agradezco demasiado ser una beta.

Lisa solo soltó una pequeña risa ante el comentario de su amiga y la tomo de los hombros.

ㅡAndando Miyeon ㅡdijo Lisa aún con Jennie en su mente, su amiga tenía razón, debería hablarle y conquistarla, le llevaría tiempo, pero lo lograría.