Capítulo 8

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Chiara Pimentel

Me encantaba dormir.

Sin embargo, los fines de semana dormía relativamente poco. Era una tontería, pues eran los únicos días que podía dormir más de lo habitual gracias a que no tenía instituto al día siguiente. Pero no. Mis ojos se abrían aún fueran las ocho de la mañana. Que rabia.

Esa noche había dormido todavía menos, pues me costó conciliar el sueño después del día tan fuera de lo común.

1- Me había besado con mi mejor amiga.

2- Insinué que quería volver a besarla.

3- Iríamos a una fiesta rodeada de adolescentes borrachos y con las hormonas alborotadas. Había garantía de volver a besarnos.

Mi hermano llevaba molestándome desde el mediodía, estaba insoportable y yo irritable, por cualquier cosa nos poníamos a chillar. Esta vez había traído a CJ, al menos él no se metía en donde no le llamaban, parecía ajeno a nosotros.

—Te queda mejor el otro vestido —señaló CJ—. Así no vais a ir combinadas.

—No quiero que vayamos combinadas —señalé, tomando la chaqueta vaquera de color rosa y amarillo pálido. Aunque ahora hiciera calor, con el paso de las horas empezaría a hacer frío.

Llevaba un vestido corto de color blanco, rosa solo a ambos lados de mi cuerpo. Y tenis. Porque ni de coña me iba a poner tacones, aunque sabía de alguna chulita que si lo haría, no las juzgaba. Yo simplemente lo hacía por comodidad, no aguantaría de pie tantas horas teniendo que usar algo que no fueran tenis, tenía los pies muy mal acostumbrados.

—¡Marbella, que guapetona estás! —escuché a mi hermano halagarla desde abajo, luego la risa de la rubia que retumbó en mis oídos y me hizo sonreír por pura inercia.

Mi sobrino me observó con las cejas alzadas.

Atrapada, Chiara, muy pero que muy atrapada.

—Mejor no digas nada —pedí en cuanto separó los labios para, efectivamente, decir algo. Soltó una carcajada mientras levantaba sus manos en señal de inocencia, pero de inocente no tenía absolutamente nada.

Bajamos juntos, allí pude comprobar que lo que mi hermano decía era cierto. Llevaba un peto vaquero corto, con un jersey por debajo y una chaqueta por arriba, ambas sabíamos que la chaqueta sólo era para complacer a los adultos y que en cuanto llegáramos se la quitaría para atársela en la cintura. Así era Marbella. Podía ser pleno mes de diciembre y ella no usaría chaqueta. Así de rara era.

—Que bien te queda ese vestido —me dice después de observarme por varios segundos con una amplia sonrisa en los labios.

—Tú también te ves preciosa —le guiñé un ojo con diversión, aunque lo pensaba en serio, se veía realmente bien.

Mi hermano sonrió y fue a por las llaves del coche, una vez todo listo salimos para emprender nuestro camino. Claro que cumplió su función de hermano mayor y fue diciéndonos todo el camino que bebiéramos con responsabilidad, que todavía éramos muy jóvenes, bla bla bla, lo típico que ya sabíamos de sobra. Marbella parecía divertida escuchándolo, aunque le ponía cara de buena cada vez que se volteaba a verla, a mi me entraban ganas de reír con esas escenas.

—No puedo creer que chicas de vuestra categoría vayan a Syderk —resopló, mirando con mala cara el local.

—Tranquilo, no estaremos mucho tiempo, ya sabes que antes van a hacer botellón...

—No sé cuál de las dos opciones me gusta más, si te doy sincero —meneó su cabeza—. Divertíos, pero tened cuidado, por favor.

—No te preocupes, Ki —besé su mejilla de manera ruidosa antes de bajar del coche—. Te llamamos a las cinco de la mañana para que vengas.

—¡A las tres como muy tarde! —exclamó.

Solo por joder iba a llamar más tarde.

Tomo de la mano a Marbella para alejarnos riendo, el de seguro tenía la misma malévola idea en la mente. No hacía falta que lo comunicases en voz alta para darme cuenta de que así era.

No tardé demasiado en disipar a Carlos hablando alegremente con Wesley, un chico de la clase de Marbella, parecía que iban ya un poco bebidos de más. No me extraña. Empezaron a las siete y ya casi eran las nueve, habían tenido tiempo de sobra para beber.

—¡Vamos a bailar! —exclamó Marbella.

—¿No quieres ir a saludar a tus amigos antes?

—Quiero bailar contigo, Chiara, estuve esperando mucho tiempo para esto —admitió y buscó con la mirada a la persona que se encargaba de poner la música en el altavoz—. ¡Will pon la canción que te dije ayer!

Will alzó sus cejas con picardía mientras sacaba su teléfono y buscaba en su lista la supuesta canción.

Vaya, vaya... Marbella ya tenía planeado bailar conmigo, que bien.

El ritmo de una canción que conocía bien empezó a sonar, me fue inevitable reír.

"One kiss" se escuchaba en toda la calle, Marbella empezó a bailar haciendo movimientos divertidos, que no tardaron en volverse sensuales y me dieron ganas de imitar.

I just wanna feel your skin on mine
Feel your eyes do the exploring
Passion in the messages when you smile
Take my time

Apoyé mi frente con la suya mientras cantábamos con el peor acento que pudiéramos. Sabíamos inglés por obligación, pues vivíamos en Estados Unidos, pero aún así nos gustaba burlarlos bastante del idioma. Estaba mal de nuestra parte, pero para nosotras era divertido.

Mis manos buscaron su cintura al sentirla moverse contra mi.

It's something in you
Lit up heaven in me
The feeling won't let me sleep
'Cause I'm lost in the way you move
The way you feel

La canción dejó de ser canción y pasó a ser un estado, pues más que cantar estábamos viviéndola. Todo a nuestro alrededor fueron gritos cuando llegó el estribillo, no fue nuestro caso, pues haciendo caso a Dua Lipa nos dimos un beso.

—Pa reforzar la amistad —susurró contra mi boca, quise reír pero lo siguiente que sentí fue su lengua contra la mía, se me escapó un gemido debido a la sorpresa que era mejor evitar.

Nos estábamos comiendo los morros delante de todos nuestros compañeros de instituto y no nos estaba importando en lo más mínimo.

Que bonita era la libertad.

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