¡La maldita araña!

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Win

—porque debo ir a ese estúpido campamento? —, el castaño gritó con rabia a su padre, mientras él hojeaba algunas hojas en su escritorio.

—¿por dónde quieres que comience, Win?

El chico se cruzó de brazos en su asiento.

Sabía claramente el porqué de la decisión de sus padres. A ver hecho una fiesta y quemar el resorte de su padre no fue la mejor idea para que ellos le prestarán atención. Claramente lo alejaron aún más. Win se levantó de golpe del asiento, y salió de la habitación tirando todo lo que se le cruzará, un chico malcriado y mimado como lo era Win podía hacer lo que quisiera, pero esta vez no se había salvado de las consecuencias de sus actos.

Al llegar a su habitación, se tiró de golpe en su lujosa cama, claro... Era la última noche que estaría en ella, debía aprovecharla, su mayor domo ya había ordenado sus maletas, que eran muchas.

Tan solo eran 3 meses, pero el chico había empacado como si debiera quedarse toda la vida. Llevando consigo mucha ropa cara, y sus zapatos que eran tantos que ya no cabían en su maleta.

Cuando alguien tocó la puerta de su habitación.

—piensas llevar todo eso?

Su hermano entró aunque Win no le dio permiso.

—¿Qué quieres?

—mama, dijo que no puedes llevar todo eso, así que traje una mochila más pequeña para que metas solo lo necesarios

—y esto no es necesario? —, apunto todas las bolsas que estaban regadas en el piso.

—te ayudaré a hacer una más adecuada.

El rubio se agachó a tomar algunas cosas de las bolsas, El castaño rodó los ojos y siguió recostado mientras el mayor seguía buscando el cepillo y la pasta de dientes.

—te cepillaras con los dedos? Ni siquiera has metido tu cepillo

—puedes, solo dejar ahí?

—intento ayudarte, y me tratas como mierda

—mierda la que te sacaré si no te largas

—ahh, ya voy

El castaño lo saco a patadas de la habitación mientras tomaba la maleta que había terminado de ordenar el otro, tomó el cepillo (un cepillo re viejo, con los dientes todos gastados) y lo metió. La noche fue larga, no dejaba de pensar en lo que pasaría al otro día, la noche nunca ha sido su preferida, ya que desde pequeño solía temerle a la oscuridad, así que dormía con lámparas por todos lados. Temía que en el campamento, no pudiera soportarlo.

Era hora de partir, se encontraba en la salida, con sus padres y su hermano mayor despidiéndo lo, aunque seguía enojado por lo que le están haciendo no pensaba reclamar mucho, pero seguía odiando la idea de ir a un mugroso campamento en la mitad de la nada.

—¡ya sabés! Si haces alguna estupidez, la próxima vez no irás a un campamento si no que a un internado de monjas

—¡Pero papá! —, intentó quejarse, su hermano intentaba contener la risa detrás

—ojala que encuentres a alguien y así dejes de romper las pelotas en casa

—callate idiota —, intento pegarle una patada, pero fueron detenidos antes de empezar una pelea en el aereopuerto.

—¡Ambos calmense, o tú también irás al internado Fong! —, esta vez su mamá habló al hermano mayor

—estoy bien gracias —, dio unos pasos hacia atrás.

campamento de charlas nocturnas (BrightWin)Where stories live. Discover now