Prima Dursley ~Harry Potter~

fuck u Malfoy

Malfoy hablaba mucho sobre volar. Se quejaba en voz alta porque los de primer año nunca estaban en los equipos de quidditch y contaba largas y  jactanciosas historias, que siempre acababan con él escapando de helicópteros pilotados por muggles. Pero no era el único: por la forma de hablar de Seamus Finnigan, parecía que había pasado toda la infancia volando por el campo con su escoba. Hasta Ron podía contar a quien quisiera oírlo que una vez casi había chocado contra un planeador con la vieja escoba de Charles. Todos los que procedían de familias de magos hablaban constantemente de quidditch.

Eli, en cambio que había tomado unas revistas de quidditch cuando fue al callejón, seguía sin entender bien el deporte, en su escuela muggle era un poco juzgada por ser poco femenina, si en un momento se llevaba bien con los amigos de su hermano era cuando jugaban al fútbol, también era buena en basquetbol y si hubiera seguido en el mundo muggle, hubiera tomado la beca de atletismo. Sabía correr rápido, pero no creía que ninguna de esas habilidades la ayudarán para jugar sobre una escoba y volar. Primero, alturas, segundo, equilibrio y agilidad, tercero y último, siempre salía lastimada o con un moretón, no quería imaginar entonces lo que ocurriría si jugará quidditch.

— Ojala nos toque la clase juntos –le comentaba el Nott de Ravenclaw días previos al anuncio de las clases– así podría compartir un poco con Theo, lo he dejado de lado tratando de hacer amigos en la casa azulada.

— Pensé que eran la casa con mente abierta y que siempre querían explorar todo punto de vista –el chico solo hizo una mueca y movió su cabeza en un zig zageo– comprendo, me asuste mucho al entrar a Slytherin, pero me he encontrado con sorpresas, hay un grupo de mestizos o sangre sucias que se frecuentan frecuentemente, y algunos sangre pura son simpáticos, esta Greengass por ejemplo y un moreno que creo en realidad es amigo de todo el mundo.

— Pues me alegro que tu estadía en las mazmorras sea mejor que la mía con las águilas – la rubia iba a decir la frase que llevaba diciéndole al chico ya hace un tiempo– ya se "es cuestión de tiempo". No crees o dudas que pueda ser cosa de una broma.

La rubia se encogió de hombros y llegando a las escaleras se despidió, Tomás tenía clase de transformaciones y ella de encantamientos, su camino se separaba en ese tramo de escaleras.

En sus clases seguía sentándose en pupitres vació o sin compañía, ya hablaba con más compañeros, pero no le gustaba invadir espacios o creerse que ya eran amigos por compartir un par de palabras, así que saludo a Daphne y Sahara que estaban sentadas a un puesto de ella.

El anuncio de las clases de vuelo al fin había sido promulgado y el deseo de Tomás no se había logrado, Ravenclaw tendría la clase con Hufflepuff, Slytherin con Gryffindor.

Ya era jueves, el primer día de a clase de vuelo y Elizabeth en realidad se sentía algo nerviosa.

— Me sorprende que siga con vida –la molesta voz de Draco Malfoy había llegado a sus oídos– quizás hoy después de volar regrese a casa con la cara desfigurada.

— Que idiota –comento David tirando un pedazo de pan a la dirección del rubio– pero no sabe que la rubia frente a mi es una pillína.

— Cállate –dijo entre diente– no quiero que me descubran, si piensa que es innato quedará más petrificado.

— Sigue siendo asombroso –comento Reggie– solo practicamos tres noches.

— Gracias por eso –declaró y los vio a ambos– por enseñarme y pedirle a su amigo hufflepuff que me ayudará.

— Sabemos volar –dijo Reggie– pero el es el que juega quidditch y sabe todos los trucos y movimientos.

— Aún así gracias –y les regalo una sonrisa– solo espero que lo nervios no me traicionen.