Surprise

774 36 5
                                    

Todos esperamos ese día, ese momento, compartir con la familia. Durante todos los meses anteriores soñamos con disfrutarlo juntos. Aunque para Stana todo era igual, este año no podía estar con las personas que mas amaba, aunque una de ellas siempre estaba ahí, junto a ella, y ese era Nathan. A pesar de todas las dificultades, siempre estaban juntos, pero hoy parecía que ni el recordaba su cumpleaños.

Ambos despertaron juntos, como en los últimos años, prepararon el desayuno y tomaron rumbos diferentes.

Stana estaba triste, el siempre era detallista y trataba de hacerla feliz, pero ahora era diferente, tomó las llaves, le dio un beso y se marchó sin más. Tampoco ella dijo nada.

Miraba su celular sin parar, parecía que todos se habían olvidado de su cumpleaños, sus padres, sus hermanos, sus amigos de trabajo. Como siempre que tenía un mal día, se fue de compras.

***

- Hola cielo.

- Hola amor - decia Nathan mientras trataba de callar a todos los que estaban a su alrededor.

- Solo quería saber cómo iba tu día, es que te extraño mucho.

- Y yo, pero esta noche podemos salir a comer algo, te parece bien? - ya tenía la excusa perfecta.

- Claro babe

- Pues te recogo en casa a las 8, Te amo

- Te amo

Ambos colgaron, dejando a una Stana mas decaída aun. Nada.

***

Abriendo la puerta, la encontró ahí. Un vestido azul marino cubría su cuerpo, algo casual pero hermoso, su pelo hacia ondas cerca de su cara. Los zapatos convertían la diferencia de estatura en nada, casi iguales ahora.

- Woow, mi amor estas preciosa. Te he dicho hoy cuando te amo.

- se iba acercando a el - Pues creo que si, pero me encanta que me lo repitas.

- Te Amo - sus narices juntas - Te Amo - besó su oreja, acariciando después cada parte de su piel, para al final enredar sus labios en un largo y suave beso.

- Nos vamos.

- Si, pero tengo que pasar por mi casa un momento.

- Vale, no hay ningún problema.

Ambos montaron en el carro de Nathan. Stana estaba confundida, no sabia si preguntarle si recordaba que día era, o no. El podía ver sus ojos llenos de duda, y eso lo hacia mas feliz. No sospechaba nada.

- Te pasa algo? - preguntó inocentemente.

- No

- Estas segura? - la miro

- ella le devolvió la mirada - Si

Al llegar, todo estaba oscuro, sin señal de vida, parecía sospechoso y común a la vez, Nathan vivía solo.

- Nate, siempre no dejas la luz de la sala prendida?

- Si, creo que se olvido.

- Miro atrás y ya no lo voy - Nate, Nate - al no recibir respuesta, decidió entrar.

En el instante que la puerta producía un pequeño ruido y la cerradura hacia un movimiento hacia bajo, las luces se encendieron y todos gritaron "Feliz Cumpleaños".

Asombro.
Satisfacción.
Alegría.
Confusión.

Stana solo pudo sonreír, toda su familia estaba ahí. Sus padres, GiGi, Marko, Dusan, Nikola, Marija y todos sus compañeros, sin olvidar que encabezando la tropa estaba Nathan. Ella salió a abrazarlo.

Ambos con sus manos abiertas, dispuestas a aceptarlo, sus caras hicieron un hueco en el hombro del otro, fuertemente. Después sus ojos se interceptaron, unieron sus bocas otra vez, ahora con mas deseo y ternura, era suave y salvaje, por momentos.

- Hija - Stana miro a sus padres - Feliz cumpleaños mi amor.

- Hermanita - Gigi replicó, abrazándola.

Todos querían felicitar a la cumpleañera.

Mientras esta volvía a los brazos de su hombre, una duda rodeaba su mente.

- Chicos, como pudieron venir? - todos señalaron a Nathan, mientras esté levantaba su mano.

- la miro - Pues eso es culpa mía, sabia cuanto deseabas pasarlo con tu familia, quería que fuera especial.

- Muchas gracias cariño, pensé que te habías olvidado.

- Eso nunca, aunque era la intención - todos rieron.

- Nathan, muchas gracias por hacer tan feliz a mi hija - decia Petar - y por esta sorpresa.

- Y por ser tan buen yerno - Rada adoraba a Nathan, aunque al principio, después de todos los rumores tuvo sus dudas, poco a poco entendió que era la felicidad de Stana.

- Pero cuñi acuérdate que somos 3 - dijo Marko, señalando a los demás hermanos.

- Eso nunca se me olvida, siempre lo tengo pendiente - todos rieron.

Tomaron sus copas y la unieron compartiendo un "salud" entre familiares y amigos.

Nathan tomo a Stana de la mano y la traslado hacia el jardín.

- Que hacemos aquí?

- Aun no haz recibido mi regalo. - saco una pequeña cajita que tenía detrás - Feliz Cumpleaños.

Stana lo empezó abrir, con algunas lagrimas, incrédula.

- Esta hermoso.

Un álbum con sus recuerdos, memorias y momentos. Desde la niñez de ambos hasta su relación, con algunas páginas en blanco.

- Y eso es para que ambos continuemos rellenándolo, porque esto solo ha comenzado.

- Babe esta increíble, Te adoro - entrelazó sus manos en su cuello - Porque decidiste hacerlo?

- Quería regalarte algo que pudiera marcar nuestra historia, entonces recordé que el presente se evapora, se esfuma, pero que al final lo único que nos queda son los recuerdos, entonces decidí recopilar los nuestros, claro con ayuda de tus padres que me regalaron algunas fotos tuyas de cuando eras pequeña.

- Eres el mejor - lo besó

- Lo sé - río - y te amo como un loco.

- Mas te vale - beso.

Una suave melodía se escucho desde la sala.

- Señorita, me haría el honor de bailar esta pieza junto a mi.

- Seria un placer, caballero.

Mas unidos que nunca, sus manos se entrelazaron, mientras sus cuerpos arropaban el otro, danzando al compás de la canción. Los brazos de el la hacian sentirse protegida, segura. Sabia que a pesar de todo, el iba hacer su punto neutro, su empezar y final. Siempre se lo había demostrado. Siempre siendo ellos dos los únicos que importaban, sus sentimientos, su amor y nada mas. La relación a escondidas era un poco extraña, pero le había servido, todos pensaban que se odian y ahora podían vivir su amor.

Sus ojos expresaban mucho mas que cualquier palabra, todos miraban desde la ventana, sabian lo importante que eran el uno para el otro, y que eso nadie podía romperlo nunca. Estaban unidos, para siempre.

Stana's BirthdayWhere stories live. Discover now