» 𝚝𝚑𝚒𝚛𝚝𝚢 𝚘𝚗𝚎 ; 𝚍𝚒𝚎 𝚋𝚢 𝚢𝚘𝚞𝚛 𝚜𝚒𝚍𝚎 «

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Una y otra vez tenía la misma visión. Y cada vez parecía más real.

De pronto se despertó otra vez, incorporándose de golpe sobre el colchón. Por unos difusos segundos lo único que puede escuchar es su propia respiración desenfrenada y el latido de su corazón. Hasta que de pronto nota una mano posándose sobre su hombro, que suavemente le empuja para volver a recostarse. Noto también como le acercaban un vaso de agua a los labios. Lentamente bebió, sintiendo como el frío líquido bajaba por su garganta.

Aquello le ayudó a volver a la realidad. Parpadea un par de veces antes de poder distinguir la figura sentada al lado de su cama. Tiene el cabello rubio recogido en una coleta alta y le mira con gesto preocupado.

- ¿ Tío... ? - logra articular el chico. Su voz aún suena algo ronca. El aludido le sonrió suavemente.

- Mhm... - Asiente mientras vuelve a deja el vaso en la mesilla de noche. - ¿ Como te encuentras ?

- Horrible. - Musita Hunter, quien empezaba a sentir un persistente dolor de cabeza. - ¿ Qué me pasó ?

El hombre duda unos segundos antes de contestar.

- Te desmayaste al llegar a casa... Tenías bastante fiebre.

En ese momento, todo lo que había ocurrido durante las últimas horas volvió a la memoria del adolescente como si acabara de tener una visión fugaz. Recordó la llamada del padre de Edric, él corriendo hacia el hospital, encontrarse con Emira. Recordó que Edric estaba en coma.

Se obligó a dejar de divagar antes de tener otro ataque de ansiedad. Su mirada viajó hacia la ventana abierta. El cielo estaba oscuro y ya cubierto de estrella, por lo que debía haber pasado un buen tiempo desde que anocheció.

- ¿ Cuanto tiempo he estado durmiendo ? - preguntó en un susurro.

- Un par de horas. - Su tío se acercó para posar la mano sobre su frente. - Has estado delirando un buen rato, pero parece que ya te ha bajado la fiebre al menos.

Huner tragó saliva, pensando en cuantas veces habría murmurado el nombre de Edric en sueños. Cuantas veces le habría rogado que por favor no se fuera, cuando él ni siquiera estaba allí.

- Me duele la cabeza... - musitó mientras se sujetaba la sien. Aquel pinchazo seguía persistiendo en aquella zona.

- Es normal, te traeré una pastilla. - El hombre acarició con cuidado la frente de su sobrino. - ¿ Como estás mentalmente...? No estabas teniendo un buen momento antes...

El chico sintió como su cuerpo se ponía más pálido. Era como si toda la sangre se hubiese drenado de su cuerpo de la nadie. Se sintió vulnerable.

- No lo se... Es raro.

Belos le sonrió de nuevo con compasión.

- No te fuerces demasiado en pensar en ello ¿ Vale ? - El aludido asintió. - Siento que tuvieras que enterarte de lo de Edric así...

Hunter se giró hacia su tío, sorprendido.

- ¿ Tú lo sabías ?

El hombre apretó los labios en una fina línea.

- Sí. Pasó la noche anterior. - Hizo una pequeña pausa. - Perdona. Debería habértelo contado antes.

Si bien el adolescente se sentía un tanto engañado, era cierto que su tío solo se lo había ocultado con el objetivo de protegerle. Quizás era la primera cosa que había echo para evitar dañarle.

- No...Esta bien. Quizás habría reaccionado peor si lo hubiese sabido antes.

Hubo otro pequeño silencio entre ambos. Lo único que se escuchaba era la suave brisa cálida que se colaba por la ventana.

» ᴅᴇᴍᴇɴᴛɪᴀ « | goldric ; hundric Where stories live. Discover now