TE ENCONTRARÉ

13-UNA OPORTUNIDAD

Con todo ya aclarado, se decidieron a buscar la manera de que Yanli saliera de ese mundo y liberaran a los demás, pero solo existía una forma.

La bruja.

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—¿Estás bien? —preguntó Wang Yibo preocupado.

—Sí, estoy bien —olfateó su cuello el azabache.

La subida a la montaña era peligrosa, la tierra temblaba y algunas rocas resbalaban. Los animales corrían asustados, y para agregarle aún más dificultad, Wang Yibo llevaba al Omega en su espalda cargado por qué no quería que caminara.

Los demás Lobos caminaban a su alrededor cuidándolos, intentando no hacer ruido que alertara a la bruja, siendo sus patas suaves al contacto con la tierra.

Unos metros más, y entrarían al territorio de la loca anciana de aspecto aterrador, como la había llamado Ziyi.

—Es aquí... No podemos hacer ruido... —susurró Ziyi.

Los lobos se hicieron uno con la tierra, ocultando su energía y combinándose con los árboles, acción que le parecía ridícula a la bruja, que desde hace mucho ya sabía de sus visitas no deseadas.

—¡Auch!—se quejó en voz baja Wang Yibo al ser mordido por el azabache.

—Lo siento, mi lado animal estuvo adormecido durante mucho tiempo...

—Alto —instó Huaisang—. Algo está mal, una energía está creciendo...

Los lobos retrocedieron formando un círculo para poder ver a su alrededor, cuando del suelo emergieron raíces gruesas que rápidamente los sujetaron de las patas y los alzaron en el aire.

Xiao Zhan cayó del lomo de su Alfa y uso su equilibrio para  terminar de pie, sintiendo como la tierra vibraba con una energía sumamente poderosa.

—¿Interrumpen por segunda vez en mi territorio? —bramó una mujer de larga cabellera negra.

La mujer se aproximó hacia ellos enojada e hizo un chasquido con sus dedos, y segundos después las raíces los dejaron irse y se escondieron nuevamente bajo tierra.

Los lobos se sacudieron y miraron confundidos a la mujer y después a Ziyi, la mujer lucía completamente diferente a la descripción de la muchacha.

—¿Por qué están aquí?

Ziyi regreso a su forma humana y caminó hacia ella.

—¿Porqué luces diferente?

—¿Diferente? —inclino su cabeza.

—Tes ves más joven.

—Oh, eso... —soltó una risita la mujer—. Me hacía falta energía, ahora ya estoy bien.

—¿Tú...? —pestañeó Xiao Zhan observando a la bruja.

—¿La conoces? —cuestionó Wang Yibo cambiando al igual que los demás a su forma humana.