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Una semana antes de la llegada del nuevo novato.

Chuck se había despertado temprano, se encontraba en la casita del club, terminando de pulir los últimos detalles de su primera figurita de madera: un pequeño zorro. El otro día, Sigrid le contó que recordaba a aquel animalito de pelaje naranja y apariencia tierna pero salvaje, y que sinceramente le fascinaban. Al principio, el niño pensó en hacer un caballo, pues ese era su animal preferido, pero entonces creyó que sería buena idea hacer ese detalle para su amiga.

Luego de dar los retoques finales, Chuck examinó varias veces la figura. Contento con el resultado, salió rápidamente de la tienda y corrió a buscar a Winston, quería enseñarle lo que había logrado. Al acercarse al matadero, pudo ver que el carnicero estaba charlando con Minho, pero algo llamó su atención, pues parecía una plática bastante seria. Esperando que nadie lo oyera, se acercó cuidadosamente para escuchar de qué estaban hablando.

—¿Cuánto más tendré que hacer ésto hermano? No me gusta mentirle —habló Winston, con un toque de disgusto en su voz.

—Sigue manteniéndola ocupada, Sartén también sigue ayudando.

—Él y yo estamos cansados de hacerle esto. ¿Por qué no simplemente le dices la verdad?

El asiático se quedó completamente callado, mirando a Winston con complicidad. Entonces negó con la cabeza y soltó un largo suspiro.

—Te veo luego —Minho se dio la vuelta para irse, sin embargo no esperaba encontrarse con Chuck. La expresión en el rostro del corredor cambió completamente, pero supo mantener la postura y solo siguió su camino ignorando la presencia del niño.

El pequeño fregón se dirigió al carnicero con una ceja alzada y lo interrogó.

—¿Qué acaba de pasar?


Sigrid dibujaba en un gran pedazo de papel, estaba tan concentrada en su tarea que no se percató de que Chuck había llegado a su lado. El niño tenía una expresión seria en su rostro, pero trató de ocultarla y le hizo la plática a la chica.

—¿Qué estás haciendo?

Entonces ella dejó de garabatear y miró al niño con una sonrisa. Lo invitó a que se sentara junto a ella y comenzó a explicarle el dibujo.

—Mira aquí —sostuvo la hoja mientras Chuck la analizaba atento; era un artefacto cilíndrico, con una especie de cables conectados a él. Sigrid se esforzó lo suficiente para darle un aspecto metálico, aún cuando no era la mejor dibujante.

—¿Qué se supone que es?

—Esto, es la clave para salir de aquí —él la miró incrédulo —¿Recuerdas al tipo ese? Mencioné su nombre, era Thomas. Hablé con él antes del laberinto.

—Él te envió, ¿no es así?

—Así es. Pero antes de todo él me explicó varias cosas. No puedo decir con certeza qué fue lo que hablamos pero, sé que me explicó cómo salir de aquí. Esto que vi —señaló al dibujo —no es más que una llave, debe haber algún... mecanismo o algo así que sea compatible con el laberinto.

—¿Una puerta tal vez?

—Sí, una puerta. Chuck, él me envió para sacarlos de aquí. Ahora solo necesito encontrar la llave.

—¿Sabes dónde está?

—Eso es lo complicado, no tengo idea de dónde puede estar. De lo que sí estoy segura, es de que se encuentra en algún lugar del laberinto. No creo que sean tan poco ingeniosos como para poner esa llave dentro del Área. Solo tengo que salir y encontrarla —se levantó de su lugar y miró a todos lados con emoción, volteó a ver a su amigo y le sonrió ampliamente —. ¿Lo ves? Era esto lo que necesitaba para probarle a Minho que debo ser corredora. No podrá negarse. ¿Qué otra prueba necesita?

Chucky solo se limitó a mirar al suelo con una expresión de pena en su rostro.

—No lo sé... no creo que de resultado —tartamudeó, era claro que estaba nervioso.

—Oye, ¿qué tienes? —se agachó para poder ver su cara —Siempre estás alegre pero hoy te ves... desanimado.

El niño jugueteó con sus manos mientras se mordía ambos labios aleatoriamente, pensó demasiado en decirle la verdad a Sigrid o mentirle. La segunda opción no era buena, pues ella se daría cuenta de inmediato que él está ocultando algo importante. Antes de decirle todo, decidió despistarla un poco con una pregunta bastante peculiar.

—Tú... ¿a ti te agrada Minho?

Ella sonrió nerviosa y miró hacia los lados.

—Pues, no hablamos mucho, no somos “amigos amigos” pero, él me agrada. Además últimamente se ha portado mejor conmigo, entonces creo que también le agrado —y eso era verdad, durante los últimos días Minho y la chica se habían acercado un poco más; solía darle los buenos días donde fuera que se la encontrara, incluso cuando ambos estaban desocupados solían platicar y hacerse bromas mutuamente, la chica notaba cómo el comportamiento del corredor era diferente a comparación de cómo trataba a los demás habitantes, pues con Sigrid era menos indiferente, y aunque no quería hacerse ilusiones, ella sentía cómo Minho le estaba tomando cariño, el mismo cariño que también sentía por él, pues realmente le gustaba pasar el tiempo a su lado.

—Ya veo...

—Chuck, ¿qué sucede?

—Sigrid, Minho no va a dejar que entres al laberinto.

—Tiene que, me hizo una promesa.

—No, no es por la promesa. Él ha estado impidiendo que salgas durante todo este tiempo —ella lo observó sin entender nada de lo que estaba diciendo, entonces él continuó explicando el porqué de sus afirmaciones —. Hoy en la mañana lo encontré hablando seriamente con Winston, parecía molesto entonces pensé que le habían hecho una broma o algo así, entonces Winston dijo que no quería seguir mintiendo, y de repente mencionaron a Sartén, parecía involucrado. Cuando voltearon a verme se comportaron muy raro e incluso Minho me ignoró, cosa que me puso triste porque no me gusta que me ignoren. Me vi muy chismoso pero en serio quería saber qué pasaba, así que estuve preguntándole a Winston toda la mañana pero no me decía nada. Me enojé y fui con Sartén, le dije que ya sabía lo de Minho, Winston y él, pero en realidad no sabía, no le digas. Le obligué a que me dijera toda la verdad o si no yo lo contaría a todo mundo, lo amenacé hasta que por fin me dijo todo. Me dijo que... Minho le había estado diciendo a la mayoría que te dejaran tareas extras y te cargaran todo el peso a ti, que no por ser novata ibas a tener preferencias. No sé cómo lo hizo, Sartén no me quiso decir pero convenció a todos de mantenerte ocupada, solo porque él no quería que tuvieras la oportunidad de ser corredora y... y... y ahora espérame que me estoy ahogando.

Chuck habló lo suficientemente rápido como para perder el aliento en poco tiempo. Mientras se incorporaba, Sigrid se levantó de su lugar y se sostuvo la cabeza con ambas manos. No podía asumir el hecho de que Minho hubiera hecho algo así.

—¿Estás seguro de ello? —cuestionó incrédula. Era una pregunta muy tonta, sabía que el niño no tenía razones para mentirle, y menos con algo como eso.

—Es la verdad... —susurró apenado —lo siento.

[BORRADOR] MAZE RUNNER: El secreto de CRUEL [Minho]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ