Fui una estúpida al entregarme a él, a mi estúpido deseo de sentirlo como si él fuese mi hombre soñado y dejarme llevar por su apariencia de dios griego, cuando en su interior es la maldición de cualquier mujer. Las lágrimas no paran y muchos menos mis piernas, cada musculo de mi cuerpo se encuentra tenso y adolorido por la velocidad que me niego a bajar. Todo esto es mi culpa por dejar que mis fantasías me hicieran creer que esto era normal, lastimosamente soy solo una humana que no pudo predecir el futuro para poder evitar a cualquier costa esta mierda que me está rompiendo.

El sol se va ocultando y sigo viendo palmeras, mi estomago me implora comida, pero no hay nada más que arena y las palmeras, me recuesto por el cansancio mis piernas me tiemblan de tanto correr y caminar sin rumbo, puedo observar el cielo naranja sobre las copas de los árboles y no noto cuando me quedo dormida del cansancio...


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Abro los ojos con dolor por el sol que resplandece con todas sus fuerzas sobre mí, la espalda me duele por todas partes, me quede dormida encima de unas ramas. Mi estomago sigue suplicando comida, pero no hay nada, frutas ni agua. Sigo caminando cuando veo que estoy llegando a un borde y comienzo a correr como loca pensando que tengo una pequeña esperanza con todo está basura sobre mi vida, pero esa esperanza se va como un rayo de luz en un túnel oscuro sin salida. «Mierda» tenía razón el maldito desgraciado, enfermo, acosador, imbécil y otros insultos que no se ocurren, llegue al final de la isla y no hay nada más que el océano azul.

Todo es hermoso en este lugar, pero aun con tanta belleza de naturaleza mi vida se acabó, comienzo a llorar como bebe, por creer que esto iba a ser así de fácil, sin pelea no hay victoria. Lavo mi cara y con la frente en alto me devuelvo a la casa donde se muy bien que me espera una tormenta por no obedecer.

Paso horas caminando tratando de llegar a la casa y no paro de llorar al recordar mi vida antes donde era feliz sin nada de esta mierda, era feliz y no sabía y ahora debo estar preparada al saber que no la volveré a tener por que el me marco como suya y si logro escapar no podré regresar así de fácil a mi vida por que vendría por mí, me lo ha dicho siento de veces no puedo huir ni esconderme porque soy suya desde que me encontró y siempre será así, vuelvo a llorar sabiendo que esto me va a matar poco a poco «Maldición».

Las preguntas siguen mi cabeza al no entender del todo lo que me enseño. Por que hace dos malditos años, si nunca lo había visto, nunca había ni siquiera escuchado su nombre. Todo esto me indica que detrás de todo esto se encuentra algo más grande.

Continúo caminando desde donde recuerdo haber estado, el vómito que ayer solté se encuentra enfrente mío, me recuerda el asco que debí haber sentido por ese hombre cuando me toco, pero fue todo lo contrario, yo quería más aun sabiendo que esto estaba demasiado oscuro y turbio. Sigo mi trayecto con las pocas fuerzas que tengo a pesar de haber desgastado tanto mis lágrimas. Estando cerca de la casa a lo largo puedo ver la sombra de Dominic con el mismo traje de ayer, aún está de espalda con el móvil en el oído y muchos hombres vestidos de negro enfrente de él, recibiendo órdenes.

Muchos hombres se mueven de un lado a otro mientras observo como el imbécil que dice ser mi dueño me muestra su estúpido y jodido cuerpo perfecto de espalda, no puedo negar que no hay parte que lo haga no ver desagradable, hasta de espalda el maldito es precioso.

Mi corazón late a mil por hora cuando siento como en cámara lenta se voltea hacia mí, sus ojos cafés se vuelven negros como muestra de la furia que siente al verme desobedecer sus órdenes. Todo esto es una maldita bola de nieve que se convirtió en gigante para hundirme. Entre más me acerco sus ojos analizan todo mi aspecto, sé que Dominic detesta que lo desobedezca, pero más verme hecha mierda. Me observa tan detenidamente mi palidez por no comer estos dos días, arañazos que recibí por las ramas en mi espalda, lo sucia que me veo y mi cabello echo mierda que me siento aún más pequeña hundiendo en la arena con su mirada tan intensa.

MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora