Uno

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Otra vez llego tarde, ya sé que esto es la universidad y que se supone que hay más libertad y menos control porque somos más maduros y blablabla pero la verdad es que la mirada del profesor, al interrumpir la clase con mi ruidosa entrada, me dice lo difícil que me va a resultar aprobar la asignatura.

En fin, vamos allá.

Giro el pomo lentamente e intento abrir la puerta haciendo el mínimo ruido, pero la mirada del profesor Lamarque me indica que mis intentos pasar desapercibido no sirven para nada.

La clase termina, nunca pensé que me gustase la historia e incluso dudé en elegir esta optativa, pero el profesor Lamarque consigue que no me duerma, casi hasta puedo decir que consigue hacerla interesante.

  - No tan rápido muchacho - me dijo el profesor impidiéndome la salida - quiero verte después en mi despacho, a las seis ¿de acuerdo?

  - Pero señor...

  - Y no llegues tarde - dijo sin dejar que terminase de hablar comenzando a caminar por el pasillo.

Salí de clase, me apoyé en la pared, eché la cabeza hacia atrás y un suspiro se escapó entre mis labios.

  - Un día duro ¿eh?

  - ¡Éponine! No te había visto...

  - Anda vamos a comer - dijo mientras movía la cabeza de un lado a otro con una sonrisa entre los labios como diciendo "¿qué voy a hacer contigo?".

Tiró de mi brazo haciendo que ambos echásemos a andar, y comenzó con su discurso de "tienes que cambiar de hábitos"  y todo ese rollo.



  - R, el rollo ese de artista atormentado ya pasó de moda - dio un bocado a su sándwich.

No pude evitarlo y se me escapo una carcajada - Habló la hípster alternativa que no sigue modas... ¡Auch! Eso duele - dije pasando la mano por mi dolorido hombro.

  - Te lo tienes merecido por snob.

  - Yo no soy el que se sienta todas la tardes en una cafetería a tomar un café con más nata y polvo de cacao que café, tienes que reconocer que eso es muy hípster, y quita esa cara que sabes que tengo razón

  - ¡Pero si voy porque trabajas ahí! ¿Quién te va a esperar cuando acabes tu turno si no?

  - Sabes que es broma, pero hablando del tema; me voy ya a la cafetería, no quiero llegar tarde, le tengo que pedir al jefe que me deje salir antes por culpa de Lamarque.

  - ¿El profesor de historia?

  - Sí, he llegado tarde hoy y tengo que ir a su despacho a las seis. Ni siquiera me ha dado oportunidad a decirle que trabajaba y me estará esperando.

  - Ok, suerte R. Te veo después, llámame cuando termines.

  - Como mandes.



Salí corriendo a la cafetería, varios cafés con demasiadas tonterías de adorno por encina más tarde, y por suerte, me dejaron salir una hora antes, aunque sabía que a mi jefe no le gustaba la idea y que tendría que recuperar las horas de menos otro día.

Me dirigí al despacho de Lamarque, para varía iba tarde. Entré en su despacho acelerado.

  - Lo siento profesor, sé qué llego 5 minutos tarde pero me ha sido imposible llegar an... - "mierda no he llamado a la puerta", pensé al ver que estaba reunido - perdón tenía que haber llamado.

Un chico rubio de pelo rizado se levantó y se giró, me quedé de piedra, puede ser el hombre más atractivo que haya visto en mi vida. Como si su rostro, a pesar de la seriedad que mostraba, hubiese sido esculpido por dioses. Noté que movía la boca, seguro que estoy haciendo el ridículo sin poder articular palabra.

  - No, te preocupes, ya me iba. Hasta mañana profesor.

Se inclinó un poco para despedirse del profesor y estrechó su mano por encima de la mesa que los separaba. Yo seguía quiero en mi sitio. Esperaba que mi cara no mostrará la vergüenza que sentía por dentro. Él cruzó el despacho hacia la salida, pasando por mi lado. Por un segundo me pareció ver una sonrisa, pero segundos después de que abandonase la habitación con semblante serio, deseché esa idea. Tardé un par de segundos más en darme cuenta de que Lamarque me estaba diciendo algo.

- Perdón profesor, ¿ha dicho algo?

At one blow (Enjoltaire, AU)Where stories live. Discover now