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Venezuela,  un joven niño de a penas unos 11 años, estaba en el cuarto de su "padre" adoptivo, Imperio español. Hombre el cual estaba encargado de su cuidado, pero ahora eso no era lo importante, lo importante era que su madrina Italia estaba en la casa conviviendo con todos sus hermanos, pero lo que le llamaba la atención al tricolor era que esa mujer había traído sus maquillajes. Cosa que le sorprendió, pues aunque había visto algunas mujeres usándolo nunca vio ni tocó directamente maquillaje ya que en su casa la mayoría de sus hermanos eran hombres, y las pocas chicas eran a penas unas niñas

Pero justo ahora tenía al frente de el la maleta de la  italiana, así que sin dudar empezó a registrar con sus pequeñas manitos el interior de aquella maleta, hizo eso unos minutos hasta que encontró un objeto brillante el cual saco emocionado, al parecer era un lápiz labial rojo, bastante cremoso y brillante. Eso hizo que rápidamente el joven niño lo abriera y olfateara con una sonrisa en sus labios por la emoción

Así fue como luego de admirar aquel vulgar objeto por unos minutos se dispuso a utilizarlo en sus finos labios, ton su pulso tembloroso empezó a llenar sus labios con aquel labial de forma inexperta, se mancho bastante pero a pesar de eso se sentía lindo, rápidamente busco entre  el bolso de la europea tratando de hallar un espejo. Pero su búsqueda se detuvo al escuchar la puerta ser abierta, así que por el miedo se volteo a ver quién era, y para su sorpresa, o más bien desgracia no era nadie más que el temido Imperio español

— ¡¿que mierda cargas puesto en los labios, crío!?— pregunto con un claro enojo en sus labios. El pequeño latino a penas pudo reaccionar, su única acción fue empezar a llorar por aquel grito; sabía que estaba a punto de  tener un castigo  que nunca en su vida olvidaría.

Quizás un buen recordatorio de su padre para que nunca olvide lo que es
Un hombre

Un Maricon - Tailandia X Venezuela Where stories live. Discover now