Capítulo 4.

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A ver, vamos a plantear la situación.

Imagínense tener deseos de ver una película.

¡ Si, eso !.

Va a salir una película que llevas esperando por mucho tiempo, estarías emocionado, ¿ Verdad ?.

Okay, guarda esa emoción para horita.

Ahora imagina que conoces a alguien desde hace mucho tiempo pero no lo ves desde hace años. Y de repente te enteras de que va a venir a visitarte. Esa emoción de querer ver a alguien....

Guardad esa emoción para luego.

Ahora.... imagínate que conoces a una chica hace solo un mes y medio y hace un tiempo que se tratan de manera diferente.

Que solo hace unas horas que no se ven y aún.... tengo ganas de verla.

Todas esas emociones juntas es lo que siento ahora mismo que estoy de pie en frente de la escuela esperando por ella.

Después de ir a la tienda de ropa, nos fuimos a un pueblo muy cercano de aquí.

Es un pueblo sencillo, con muchos bares y sitios para comer comida chatarra.

Después de hacer varias paradas y comer muchísimo, los quedamos acostados en un prado lleno de pasto y varias flores.

Regresamos súper tarde, a pie, ya que ninguno tenía auto.

Ver a Anthonella de una forma más relajada, sin esas barreras que he notado que se pone ella misma, fue algo.... magnífico.

Era extraordinario ver ese brillo en sus ojos cuando comía algo que le gustaba. Era como estar viendo a una niña pequeña disfrutando de cuando sus padres le compraban dulces.

Cada uno había vuelto a su casa por separado. Solo hacían unas horas que no nos veíamos.... ¡ Y sigo queriendo verla !.

Tal vez solo sentía curiosidad hacia ella... no podía existir más nada que yo sintiese por ella.

Mientras me fumaba un cigarrillo frente a la escuela pude ver como todas las miradas se dirigían hacia un punto en específico.

Y ese punto en específico era ella...

Caminaba con la seguridad que no le había visto nunca.

Lucía unos jeans ajustados, una camiseta de cuadros que no llegaba a su ombligo. Su pelo estaba recogido en una cola alta y bien peinada, lucía un poco de rubor en sus mejillas y un sutil tono rosado en sus labios.

Con cada pazo que daba hacía mi, me ponía más nervioso.

Esa chica estaba a punto de volverme loco.

Sus ojos cafés venían con un brillo que no supe identificar.

Solo hasta que se acercó hacia mi...

- Hola...

Me quedé sin palabras al verla de cerca.

Ahora que la miro de cerca puedo asegurar que tengo una nueva obsesión son los ojos cafés.

Un día de estos si me emociono le canto la de Lasso...

- Hola. - Dije con una sonrisa estúpida en el rostro.

Pensé que se quedaría así nuestro saludo hasta que lla se rió fuertemente.

- No puedo creer que esta sea yo, en serio. Mi madre no me ha recocido, ¡ me dijo que estaba hermosa !. ¡ Hace años que mi madre no me dice esas cosas !. Todos me miran, es como si estuviese bonita...

Stein ✅Where stories live. Discover now