Heart of the Darkness [Dean Winchester]

Capítulo 61. "Shadow Of Mine"

-Eres una de las mejores personas que he conocido, porque me has demostrado que estás aquí cuando lo necesito y quiero que sepas que lo valoro mucho.

-¿Se sabe algo de Kevin? -preguntó cautelosamente.

-Hace un par de meses que dejé de buscar -respondí mientras me acababa el café- Probé todo tipo de hechizos localizadores para él, Crowley.. Dean.. y nada.

Minutos después decidimos que ya era hora de volver a casa y como tal, nos acompañó hasta la puerta. Jackson se había quedado con el carrito mientras yo sacaba las llaves del bolso y abría la puerta. La abrí con la pierna mientras miraba hacia atrás para relevar el puesto, pero mientras lo estaba haciendo, vi una sombra en el suelo de mi comedor.

-¡¿Dean?! -exclamé con una sonrisa de oreja a oreja al verle, solté mi bolso al suelo y corrí a sus brazos para abrazarle y él reaccionó a tiempo para cogerme- No ha pasado un día en el que no haya pensado en esto.

Nos apartamos unos centímetros, en los que Dean colocó sus manos en mis mejillas y me besó con ansia y profundidad, cómo lo había echado de menos. Juntamos nuestras frentes para disfrutar el momento y segundos después se alertó.

-¿Tú estás bien? -preguntó preocupado- ¿Nuestros hijos? ¿Están bien?

-Sí, sí.. están ahí -miré hacia la puerta, desde dónde se asomaba el carrito de bebé.

-Vamos Sam, he escuchado a Laura hablar con alguien, sé que estás ahí -Dean miró hacia la puerta con una sonrisa esperando a su hermano.

-No, pero Dean.. ese no es Sam -murmuré en voz baja.

El carrito se movió hacia dentro del piso y se vio a Jackson moviéndolo. La sonrisa de Dean se desdibujó completamente y en su lugar salió un ceño fruncido y una cara de preocupación.

-Hola Dean -Jackson levantó la mano para saludarle con una leve sonrisa incómoda, Dean le saludó con la cabeza sin querer moverse- Bueno, yo me voy ya que supongo que tenéis que poneros al día.

Jackson me miró antes de irse y yo le asentí agradecida. Cerró la puerta a sus espaldas creando un ambiente de tensión que se podía cortar con un cuchillo. El bonito reencuentro se había convertido en un mar lleno de dudas y preocupación. Estaba pensando en cómo empezar las explicaciones, pero me di cuenta de cómo Dean tenía la mirada fija en el carrito. Los bebés estaban mirando hacia el otro lado, así que todavía no los había visto, pero tampoco se atrevía a hacerlo.

-¿Quieres conocer a tus hijos? -le pregunté mientras deslizaba mi mano suavemente hasta la suya para cogerla y acompañarle.

Empecé a moverme lentamente hasta dar la vuelta al carrito para que así pudiera verles. Su boca se quedó entreabierta y sus ojos brillaban al aguantar las lágrimas de alegría. Sus ojos examinaban cada parte visible de sus cuerpos pequeños. La pequeña tenía el pelo del mismo color que el de su padre así como sus ojos verdes, sin duda ella se parecía más a Dean. El pequeño se parecía más a mí, el pelo mucho más oscuro y ondulado, así como los ojos en un tono miel claro.