Capítulo 2: Probabilidades del futuro

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Al obtener el balcón abierto es ideal en las noches de verano pero molesto a la hora en que las aves madrugan ya que dan su canto cerca de la ventana, despertando a Orihime.

Igualmente no se ve molesta, le gusta aprovechar las mañanas para sus rutinas. Se estira y retuerce en el colchón como si una culebra se tratase; se levanta por fin, bostezando con los ojos aun cerrados y rascándose la espalda por la consecuencia de llevar unos senos demasiados grandes para su cuerpo.

Ha bastado agua fría en la cara para despertar completamente, frente al espejo elabora su corto ritual de belleza facial totalmente casero hecho por ella misma con algunos consejos de su madre. Busca entonces la ropa ideal para el trabajo: una falda celeste hasta los tobillos y holgada; botas de cuero café oscuro, planas y poco sueltas con el fin de no sentir sus pies apretados mientras trabaja; y una blusa negra. Recoge su pelo despreocupada en una trenza, ya Kyoko lo haría mejor una vez regresase de su corto paseo.

Baja las escaleras de dos en dos, dando saltos mientras tararea contenta la melodía favorita de sus padres. Saluda al jardinero apenas entra en la cocina, el hombre cumple también la función de las cosas pesadas en la casa y de repartir la leña en las habitaciones. Agarra una galleta enorme de avena y sale por la puerta tras agarrar una cesta enorme de mimbre, tijeras de podar y un par de guantes.

Ya afuera se quita la daga que ha dejado oculta entre la falda y las enaguas y la deja reposar en el canasto. Da los buenos días a los diez gatos y seis perros que esperan a que la cocinera les de su comida y se adentra al área de Apolo. Así llama al sector del jardín trasero en que su padre planta las plantas y flores que le sirven para la medicina.

La regla es sencilla entre sus padres: el jardín de adelante es de Shutara y el de atrás es de Kirinji.

Se pone de rodillas y cubre sus manos con los guantes. Su madre ha insistido en que las llevase desde sus catorce años para cuidarlas y se vean perfectamente ideales para una dama. Ridículo con toda la crema que se pone en las manos pero está claro que hay peleas que no le puede ganar a la baronesa.

Se deshace de las malas hierbas que asechan la "cosecha importante" y llena su canasta con las que ya encuentra lista para usar o al menos preparar. Ha estado en su labor hasta que escucho la campana y el grito de Kyoko como una prevención a que no se distraiga nuevamente.

Hora del desayuno.

Libera sus manos de los guantes y los deja en el bolsillo de la falda. Agarra su cesta ahora llena de hierbas, la tijera y su daga. Acercándose a casa nota a las mascotas que protegen el hogar de ratones, visones y ladrones comer felizmente de la comida preparada por Ogawa, bajo las instrucciones del Barón.

—El desayuno se ha servido en el balcón. — Anuncia Kyoko apenas la ve dejar sus cosas sobre la mesa. — ¿Quiere que deje eso en la Oficina?

—Por favor y gracias Kyoko. — Le regala una sonrisa y corre sin preocuparle el manchón de tierra en la mejilla, el cuello y en la frente.

El dicho balcón en donde comen en los días soleados (mayormente en los desayunos) se encuentra en el salón del primer piso que se usa para recibir visitas o hacer reuniones. No presta atención a los muebles y la decoración hecha por su madre, camina directa hacía las dobles puertas abiertas que conectan el salón con el enorme balcón (aprovechando que se encuentra en el primer piso) con las rejas negras en los bordes decoradas con ramas y rosas, arbustos y un enorme árbol cuyas hojas y ramas se imponen con el fin de protegerlas de la potencia solar, la Baronesa se ha encargado personalmente de darle un aspecto de estar en medio de un bosque.

En la mesa circular hay un mantel que parece hecho con hilos dorados que parece haber sido sacado del cuento infantil "La hija del hilandero", también fabricado por su madre y quizás eso le da el aspecto de ser tan hermoso y carísimo. Sobre el mantel están los panes, pasteles, platos y tazas para el desayuno. Shutara y Rena alzan la vista al darse cuenta de su presencia. Su hermana hace un gesto mientras su madre se ríe con discreción.

Heredero en busca de EsposaOnde histórias criam vida. Descubra agora