"JACINTO PÚRPURA..."
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UNA ADVERTENCIA
-Esto puede contener blasfemias, spoilers, sangre, angustia, sangre y gramática incorrecta.
No soy dueña de esta historia, es propiedad de Ken Wakui. tampoco me pertenece la historia o los oc eso le pe...
Los ojos de Rena se abrieron un poco, pero se apresuró a cubrirlos con su rostro frío y sin vida.
"No quiero estar aquí" murmuró con frialdad. Negándose incluso a mirar la cara de sanzu.
El joven soltó su mano e inmediatamente se secó la lágrima.
"Vamos a la azotea. Koko dijo que la vista desde allí es hermosa". Sanzu dijo felizmente. Mientras se levantaba de la silla junto a la cama de Rena y se dirigía hacia su dextrosa para llevársela.
Ya que, la pequeña no quería quedarse dentro del hospital. Ella estuvo de acuerdo y saltó de la cama del hospital, pero cuando sus pies aterrizaron en el suelo, de repente perdió el equilibrio, lo que provocó que Sanzu entrara en pánico.
"¡Rena!" Dijo mientras soltaba rápidamente la dextrosa y corría hacia la niña, que estaba sentada en el suelo.
"Estoy bien" dijo fríamente Rena, empujando ligeramente a Sanzu. No queriendo que él la ayudara a ponerse de pie, ya que ella no quería ser una carga para él.
Se las arregló para ponerse de pie y dio un paso adelante, pero pronto
volvió a caer al suelo. Se mira las piernas con su habitual expresión fría. Se dio cuenta de que ya no podía caminar.
Rena miró a Sanzu y lo encontró mirándola preocupado, sus ojos no mostraban nada más que dolor.
Rena volvió a mirar hacia abajo "No puedo caminar" murmuró.
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En el que hizo que el corazón de sanzu se rompiera en pedazos. Una risa seca y triste salió de su garganta.
"Deja de bromear, Ren. Solo di que te da pereza caminar. Vamos" dijo Sanzu con una sonrisa en su rostro, negándose a creer las palabras de la pequeña.
Sin embargo, Rena no habló y solo miró al suelo con la mirada en blanco.
expresión, mostrando que ella no está bromeando en absoluto.
Sanzu apretó el puño con fuerza contra su costado, mientras su cuerpo temblaba debido a la lucha contra las lágrimas.
Mordiéndose el labio inferior, se agachó lentamente y fue a cargar a Rena en sus brazos y la obligó a sentarse en su cama de hospital nuevamente.
Sanzu se recostó en la silla."¿Por qué no comemos un poco de dorayaki en su lugar? Umm... M-mikey, me pidio que te dé esto cuando tengas hambre" dijo, tratando de sonar feliz mientras mostraba una bolsa de papel llena de dorayaki dentro.
Rena apartó la mirada de sanzu. "No quiero comer" dijo simplemente.
Sanzu dejó que su mano cayera sobre su regazo, mientras bajaba lentamente la cabeza. "¿Quieres... quieres que llame a ran y rindou, para traer de vuelta a la niña tierna y alegre que solías ser?" Sanzu murmuró, mientras agarraba con fuerza la bolsa de papel que sostenía.
"No quiero verlos hasta que muera" respondió Rena sin siquiera dudarlo.
Se cansó tanto de luchar por las personas que no hicieron más que arrastrarla hacia abajo y abofetearla para que se diera cuenta de que no valía la pena vivir.
La hicieron sentir como si fuera una carga y una molestia para todos.
Ayer, cuando sintió que le dolía tanto la cabeza y se cayó
inconsciente. Ella pensó que todo había terminado y que ahora podía descansar en
paz.
Pero sanzu aprovechó esa oportunidad de ella. Y eso la hizo sentir enojada por eso.
"Deberías haberme dejado morir" susurró Rena lo suficientemente alto para que Sanzu lo escuchara.
Su corazón dio un vuelco después de escuchar las palabras de la niña. Rápidamente miro a rena con las cejas fruncidas.
"¡¿Qué diablos estás diciendo, Rena?! ¿Te estás escuchando en este momento? Si note salvé, ¿qué hay de mí? ¿Estás realmente lista para dejarme en paz?" La voz de Sanzu se apagó lentamente mientras las lágrimas escapaban continuamente de sus ojos. "Solo como antes de conocerte" agregó, llorando.
Rena miró hacia abajo lentamente, con una expresión sin vida en su rostro, evidente que nunca volvería a ser la misma.
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"¿Por qué quieres que viva, haru san? Pronto te darás cuenta de que no soy más que una carga para ti. Porque eso es lo que realmente soy para este mundo. Nunca debí haber nacido. Yo solo deseo morir pronto" murmuró, con su voz fría.
Rena no sabía cuál era su enfermedad. Pero no se molestó en preguntarle a sanzu al respecto. Como estaba completamente segura de que pronto moriría, y si no lo hacía, no tenía más remedio que suicidarse.
Porque es la única forma de acabar con el dolor insoportable que sentía por dentro...
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