↳❝𝙇𝙖𝙨 𝙙𝙤𝙨 𝙘𝙖𝙧𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙢𝙤𝙣𝙚𝙙𝙖❞: ̗̀➛𝘋𝘦𝘮𝘰𝘯 𝘚𝘭𝘢𝘺𝘦𝘳˚༘

[𝕞𝕖𝕞𝕠𝕣𝕚𝕒𝕤 𝕕𝕖𝕝 𝕡𝕒𝕤𝕒𝕕𝕠]

El híbrido al observar el estado de aquella sacerdotisa que alguna vez fue su primer amor en sus brazos rodeándola tratando de sentir su calidez, estaba enojado consigo mismo por no haber detenido a la susodicha en dar sus últimas reservas de energía para exterminar de una vez por todas a Naraku. Lágrimas de dolor y rabia se deslizaban por las mejillas del híbrido al observar que la mujer estaba muriendo en sus brazos y él no podía hacer nada para evitarlo , agarro con delicadeza su mano que descansaba en el césped para colocarla en su mejilla.

-Perdóname Kikyo por no haber llegado a tiempo...Por favor no me dejes...no otra vez...todo es mi culpa...-Dijo Inuyasha con arrepentimiento y dolor en su voz mientras más lágrimas se deslizaban por sus mejillas para caer suavemente en el rostro de la sacerdotisa que hacía esfuerzo en no cerrar sus ojos, se sentía muy cansada y muy débil pero aún así hizo un poco de esfuerzo para dar un ligero apretón en la mejilla del híbrido para tener su atención y comenzar a limpiar su mejilla de las lágrimas que resbalaban de ella, para dedicarle una sonrisa pequeña.

-No es tu culpa Inuyasha...y no tengo nada que perdonarte....no has hecho nada malo...tranquilo las cosas pasan por qué tienen que pasar...al final y después de todo...me siento feliz de haber resucitado y tener la oportunidad....de volverte a ver...una vez más después que morí...soy la mujer más afortunada de haberte conocido Inuyasha y no me arrepiento de aquello....mis sentimientos por ti nunca cambiarán...-Dijo Kikyo entrecortadamente pero con una sonrisa suave pero que reflejaba tristeza, lágrimas se deslizaban por sus mejillas observando al híbrido, su primer amor. Inuyasha la observaba con dolor y amor por sus palabras queriendo que el tiempo se detenga y no siga más para estar a lado de ella, cerro sus ojos con impotencia dejando qué las lágrimas se deslizaran para abrirlos y mirarla para acercarse a ella lentamente quedando sus rostros cerca para colocar su mano en la mejilla de la sacerdotisa que al sentir su tacto cerro sus ojos y volvió a abrirlos y observarlo.

-Kikyo...quiero que sepas que fuiste y serás mi primer y único amor....en mi vida...no quiero perderte...por favor...te amo Kikyo...-Dijo el híbrido con dolor en su voz al mirar directamente a los ojos de la sacerdotisa con amor y angustia, la sacerdotisa al escuchar aquellas bellas palabras, sentio como si una manta cálida abrigaba la soledad de su corazón para rodearla de calidez.

La respiración de la sacerdotisa comenzó a hacerce débil haciendo que el híbrido se percatara de ello y soltara un gruñido de impotencia, la joven sentía que se acababa su tiempo y no sentía miedo al reconocer aquello entendía que era parte de la vida nacer y al final morir. La sacerdotisa corto su cercanía con el híbrido uniendo sus labios en un beso que demostraba todo los sentimientos por aquel híbrido. Inuyasha al sentir los labios suaves y cálidos de la sacerdotisa corresponde al beso en lágrimas que se deslizaban rápidamente en sus mejillas.

El monje Miroku con la exterminadora a su lado y enmedio la joven estudiante cargando en sus brazos al pequeño demonio zorro que se encontraban a una distancia lejos pero cerca que podían escuchar la despedida del híbrido hacia la sacerdotisa que se encontraba en mal estado en sus brazos, lágrimas deslizaban por las mejillas de ellos al observar como el híbrido había estado despidiéndose de aquella sacerdotisa con dolor y impotencia.

Es verdad no conocían tanto a aquella sacerdotisa cómo para juzgar la por sus acciones pero era realmente doloroso aquello, la joven estudiante se culpaba internamente que era su culpa el estado de la sacerdotisa por no haberla detenido a qué diera sus últimas reservas de energía para purificar la perla de shikon con Naraku ya que se encontraba a lado de ella cuando ocurrió aquello. Inuyasha al sentir los labios de la sacerdotisa fríos sin esa calidez que el anhelaba hace mucho se separó cuidadosamente para observar que la mujer que acunaba en sus brazos dejo de respirar dejando solo una expresión de paz en su delicado rostro, el híbrido al observar aquello la atrajo hacia su pecho para abrazarla y llorar amargamente en la sacerdotisa sin vida en sus brazos.

Los amigos de Inuyasha al darse cuenta que la sacerdotisa falleció en los brazos del híbrido, comienzan a caer lágrimas de tristeza y amargura por sus rostros al observar como su amigo el híbrido se encontraba destrozado y devastado por el fallecimiento de la sacerdotisa.

Aquellas serpientes cazadoras de almas que acompañaban a la sacerdotisa comenzaron a descender hacia ella y comenzar a desvanecerse con el cuerpo de la sacerdotisa que se encontraba en los brazos del híbrido, Inuyasha se separa cuidadosamente del cuerpo de la mujer que yasia sin vida en sus brazos con una expresión tranquila en el rostro delicado de la sacerdotisa y observar como se va desvaneciendo dejando una aura azul que transmitía tristeza pero sobretodo paz y comenzar a elevarse moviéndose hacia el delicadamente al rostro del híbrido dándole una cálida sensación en su rostro cerrando sus ojos para volver a abrirlos y mirar a aquella aura que comenzaba a ascender hacia el cielo oscuro pero con miles de estrellas que la hacían ver un lugar hermoso y desvanecerse lentamente, el híbrido bajo la cabeza con lágrimas resbalando en sus mejillas al no sentir la aura de la sacerdotisa fallecida en el entorno.