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CONDUCTOR DE TREN POR ACCIDENTE: TODO SALE MAL.
Después de un largo y jodido trabajo ejecutando esas escorias ratas en nuestra madriguera (Bonten), decí darme el lujo de ir por las calles hasta llegar a una estación de tren al cual yo estaba muy tranquilo, ya saben, con un elegante traje, zapatos boleados y brillantes, una linda corbata colorida entre un morado y rosa; un cigarrillo en mis labios para agregar. Por una extraña razón mire que no había nadie en el tren, guardias o el mismísimo conductor, claro era muy temprano y me enfoque en mirar más allá en la cabina. Tire mi cigarrillo en el piso y lo talle apagandolo y me adentre al tren, estaba muy solo, bueno, no tanto, la anciana estaba dormida en uno de los asientos así que avance hasta llegar a la cabina del tren, me metí y empecé a apretar botones sin sentido...
Paso un rato hasta que me quedé ahi sentado en el asiento con los pies encima de los mandos, se empezaba escuchar voces provenientes de afuera y adentro del tren, no se que pasó que mi subconsciente reaccionó y hizo levantarme de golpe, desesperado busque algo o donde esconderme pero lo único que encontré fue una maldita gorra y unos guantes, alguien venía a la cabina y por supuesto me puse los guantes y la gorra para que no me identificarán me ate el cabello y me senté, escuché la voz proveniente detrás mío que ya estaban todos a dentro para retirarnos a lo que yo contesté “De acuerdo, ¡En marcha” y el sujeto salió, ahora que carajos iba hacer??!
Apreté botón por botón hasta lograr conseguirlo, al principio todo marchaba bien, se sentía bien sólo que el tren iba muy lento... Quería que fuera más rápido, como en esos carros de carreras ¿No podría salir mal? O sí?. Empecé a apretar botones para acelerar y mover la palanca y jalar la cuerda escuchando el ruido del tren, empezaba a ser divertido, mi semblante lo decía todo, que se me ocurrió a un más emocionante, saque mi cabeza afuera de la ventanilla para aspirar el aire que corría, era muy rápido que ni podía ver un coño. La gente empezaba a gritar y yo ya había bloqueado la puerta... Me alteré y empecé a tomar mis pastillas “magicas” eso fue que hiciera algo más allá de mis locuras, el efecto paso muy rápido por mis aceleración y latidos, jale la palanca para más rápido, ya era el límite y no paraban de tocar y intentar empujar la puerta; estábamos apunto de chocar con otro tren que iba a la dirección contraria a la nuestra, se escaparon unas palabras mías en ese momento “LOS LLEVARÉ CONMIGO AL INFIERNO” soltando unas carcajadas siniestras y escalofriantes risas...
