- Mina, te estoy diciendo que sí. - gritó el cenizo.

Olvídalo, no me gusta nada de él, pensó. Es molesto y gritón.

Katsuki colgó y se sentó en el colchón.

- ¡¿Que?! ¿Por qué me miras así?

El pelirrojo lo miraba como si hubiera matado a su gato, era un gesto molesto.

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La pelirrosa había llegado con tres paquetes de comida. Como si fuera invitada se sentó sobre la cama de Katsuki y comió a su lado. Este ni siquiera objetó nada.

Todo el tiempo los miro molesto y no fue algo que dejó pasar la chica. Trato de sacar platica un par de veces. Fue ignorada y mirada horriblemente por el pelirrojo. Sentía una tensión horriblemente pesada en la habitación, el chico no le quitaba la mirada encima y Blasty hacia como que no se daba cuenta.

- Se ve que se llevan bien- dijo intentando animar el ambiente.

Ninguno le respondió.

- Oye Blasty y que-

- Ya acabé - Eijiro la irrumpió poniéndose de pie y tirando el plato desechable al piso impecable- ¿ya está desocupada la celda? Quiero dormir.

Dios, sáquenme de aquí, pensó Mina.

El joven estaba parado ahí, frente a ella como si nada. Tenía una postura retadora esperando la reacción de su amigo, creyó que quizá se llevaban bien, que a Blasty le agradaba y que por ello no le había dicho a nadie de la presencia de su enemigo, porque le agradaba, pero no. Estaba equivocada.

Su corazón palpitaba a toda velocidad, también queriendo ver la reacción de Bakugo.

Este último se levantó de la cama y recogió el plato tirándolo a la basura junto con la de ella y el propio, ya vacíos. Todo lo hizo en silencio y eso le dio miedo a la pelirrosa.

Katsuki se enojaba con facilidad, gritaba y maldecía a todo mundo que no fuera momo, e incluso a ella, rara vez, pero sí. Su silencio representaba un nivel monstruoso de enojo, y no quería estar ahí para averiguarlo.

La chica se movió cuidadosamente de su lugar hasta llegar a su amigo y susurrarle:

- Estaré abajo. Buenas noches- y con eso se retiró del campo minado.

Ya limpio el piso y viendo al pelirrojo, Katsuki lo jalo de las solapas y lo azotó contra una de las paredes

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Ya limpio el piso y viendo al pelirrojo, Katsuki lo jalo de las solapas y lo azotó contra una de las paredes.

No dijo nada porque no tenían nada que decir, perteneció ahí, mirándolo a los ojos. Llevaba un rato así, descubrió que Eijiro tenía cambios de humor bruscos, pues ya habían sido varios los casos que se encontraba sonriente y de la nada estaba irritante. No como él, que mantenía un humor constante de enojo.

Un pequeño trato   [kiribaku]Where stories live. Discover now