Capitulo 1: Un comienzo

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Su respiración era agitada, el corazón le latía cada vez más rápido y sentía que debía calmarlo o la escucharían, el temor era cada vez más grande a medida que escuchaba el ruido resonar cerca de una habitación y el grito agonizante de una mujer, aquella que formó su vida. Cerró sus ojos con fuerza llevando a la vez sus pequeñas manos en sus orejas ocultándolas junto con sus lágrimas que caían al suelo de cuarzo dio un pequeño brinco pero se enfocó un poco en lo que había entrado a la habitación secreta de su padre.

¿Como sabía de este lugar? — Se preguntó con miedo entre lo poco que veía centraba su mirada en las piernas del desconocido.

Su cuerpo fue yendo con lentitud hasta topar con la pared del armario oculto, escuchó otro grito "¡Deténgase! ¡Déjenla! ¡No se la lleven!" Era su padre, nuevamente ese disparo resonó aún más cerca y vio apenas el cuerpo sin vida caer en la entrada de la puerta, tapó sus labios aún con mayor temor.

—Encuentren a la niña y tráiganmela—Aquella voz parecía estar disgustado con esa presencia que emitía con la pequeña.
—El jefe ha dicho claramente que no la quiere muerta, debemos llevarla convida—Parecía una voz autoritaria.
—¡Tu me vas a hacer caso! Yo soy mayor rango que tú, y harás lo que yo diga..—La primera voz que había escuchado era bastante poderosa, daba miedo y sobre todo parecía que tenía el control de todos antes su búsqueda y eran responsables de la muerte de todos en la casa.

Se sentía culpable con miedo y con bastante temor de lo que sucedería, trato de seguir oculta pero su mano al tocar el suelo notó algo, era metálico pero se ocultaba con la oscuridad y el brillo que apenas daba dentro del armario logró divisarlo y sostenerlo era un arma. Busco con cuidado algo más que podría ayudarle y noto como había una nota pequeña en una caja.

Esta muy oscuro para leerla..—Pensó, trato de pensar pero su cabeza le daba mil vueltas por el miedo.

Tomo su brazalete para poder ayudar a calmarse mientras escuchaba la voz de su madre en sus recuerdos.

—Elise.. trata de calmarte, solo fue un ruido, aquí nadie te hará daño. Aquí todos quieren protegerte, no temas mi niña, aquí está mamá contigo y siempre estará a tu lado—La voz de su madre resonaba en su cabeza, tomando pequeños respiros para relajarse.

Tomaba el control de su cuerpo miró como salía de la habitación así que decidió abrir un poco aquel armario aunque su cabeza le dijera que no pero esa nota tenía que leerla, su padre antes de morir la había puesto ahí dentro. La pequeña era inteligente, era la niña que poseía una capacidad de tomar decisiones interesantes ante los adultos que la rodeaban y tantos talentos.

La luz podía iluminarla viendo como la nota decía como cargar aquella arma. Balas a su disposición si no le daba pero sabía que podía disparar, su padre le había platicado sobre el uso de armas cuando sintió curiosidad ante sus guardaespaldas que lo acompañaban cada vez que salía de su hogar y no volvía a verlo hasta en la noche.
Movió aquel martillo con fuerza que provocó un sonido que alertó al hombre que había salido.

—¡Te encontré!—Alzó la voz con fuerza escuchando como los pasos se acercaban a ella.

Ella ante el grito el corazón atrapándola por completo sostuvo el arma con fuerza y solo alcanzó a apretar el gatillo con sus dedos con la mayor fuerza que tenía el disparo resonó en la habitación sus ojos se cerraron de repente con fuerza ante el susto.
El cuerpo fue cayendo ante la mirada del hombre a su persona en un rápido reflejo actuó en cubrirse pensando que caería encima de ella pero el viento fue suficiente para darle a entender que no sería de tal forma que la sangre se aproximaba a su posición manchando la falda de su vestido azul. Las lágrimas no tardaron en salir tan pronto que la sangre se iba acercando cada segundo a ella escucho los pasos en la habitación pero estaba inmovilizada por el repentino suceso que ella mismo había provocado ¿Había matado a alguien con un arma y su impulso? Un gran grito sorprendió a los hombres que la buscaban pero se acercaron a ella con extremo cuidado cuando notaron el arma.

—Estas a salvo—Fue todo lo que dijo un hombre que identificó.
—Tenemos a la niña es hora de irnos, limpien el lugar—.

Fue cargada en brazos cubriendo su rostro en el hombro del mayor dejando que sus lágrimas cayeran manteniendo un semblante tranquilo y decaído, por un momento creía que todo había acabado viviría con tranquilidad absoluta nadie podía provocarle a hacer todas esas acciones pero lo que le esperaba a la corta edad que tenía era algo peor, algo que cambiaría todo lo que pensó bueno y como acabaría ocultando sus emociones.

—Joven amo, hemos traído a su hija sana y salva—.

El hombre que traía a la pequeña en brazos que descansaba aún teniendo las lágrimas secas en sus mejillas fue colocándola en la cama con cuidado, aquel que parecía tener mayor autoridad ante los demás se acercó a la pequeña mirando sus cabellos y ocultando una pequeña sonrisa de alivio al tenerla de vuelta.

—Mi pequeña esta en casa nuevamente, ahora podemos seguir con los preparativos de nuestro clan a futuro teniendo a nuestra princesa en casa—.

Su voz sonaba tranquila el alivio de tener de vuelta a su hija en el lugar adecuado para su crecimiento y darle todo lo necesario comenzaba a formar desde su cabeza, tenia tantos planes para ella y sobre todo tendría asegurado un gran lugar lo que es un clan para prosperar.

—Joven amo, le solicitan en la sala de consejeros—.

Fue llamado por el toque de la puerta llevando una leve inclinación de respeto, una sonrisa del futuro brillante que tendría no se le borraba en sus labios y en ese momento solo tocó los cabellos de su pequeña hija antes de voltear a ver la pintura de su difunta esposa teniendo un parecido a ella, de ser así la madre de la pequeña estaría feliz por haberla encontrado y traído de vuelta a su crianza ahora comenzaría con la intención de que nadie lograra hacerle algún daño, sería alguien que le considerarían peligrosa.

—Cuiden a la princesa.

Se retiró de la habitación dejando al hombre acomodando la manta para la pequeña y viéndola descansar después de todo lo sucedido.

—Bienvenida a casa.

Una vez que fue dejada en la habitación no tardo en unos minutos en despertar con cuidado de aquel sueño que había tenido el cual era vuelto a la realidad sin notarlo, quito las sábanas que la cubrían para darse cuenta del cambio de ropa que poseía apretó sus manos con cierta tristeza sabiendo que lo sucedido no fue un simple mal sueño y como había perdido todo en unos segundos, sus manos habían temblado al recordar el sonido del arma resonar en su cabeza.

—¿Donde estoy?

Pregunto curiosa bajando con cuidado de la cama hasta dirigirse a la gran ventana de aquella habitación recordaba que en su anterior cuarto no tenía una cómo está, se apresuró a ver todo su alrededor parecía un lugar cerrado y lleno de árboles dándole una idea de que estaba lejos en un lugar oculto por la magnitud que llevaba todo ese terreno, su cuerpo giró con cuidado cuando noto que la puerta fue abierta dando a la vista una mujer joven con una suave sonrisa.

—Veo que ya despertaste.

Parpadeo con curiosidad sin despegar su vista en ella que permanecía en la entrada además que seguí manteniendo una sonrisa dándole el aspecto amigable de una persona no bastó con unos segundos cuando se fue acercando a su persona hasta ver cómo se agachaba a la altura de su corta edad de 7 años.

—¿Quien eres?

Fue la pregunta que por fin liberó con confianza al tenerla cerca dando un pequeño paso atrás al tenerla tan cerca, se sentía asustada por todo esto y la mayor lo entendía a la perfección que todo estaba yendo tan rápido para aquella pequeña.

—Dime Nijara.

Una respuesta que para ella fue suficiente antes de sentir los brazos rodearla con cuidado sintiendo el cariño que había perdido horas antes se sentía agradable que no dudó en corresponder con pena.

—Desde ahora, cuidáremos de ti pequeña así que confía en mi desde ahora en adelante ¿De acuerdo?

—Bien..

Su pequeño murmuró cerca de la oreja de la mayor le confirmo que estaba siendo considerada y bastante libre de dar una acción lo cual quienes la tenían resguardada habían cumplido su trabajo con éxito ahora le tocaba a su verdadera familia cumplir con lo demás de aquel capullo de poder que tendrían.

La asesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora