Kirishima ni siquiera pudo inventar una excusa cuando el cenizo se acercó un poco más a él, tomando su mano y descubriendo la manga que estaba tapando la herida. Pensaba que iba a regañarle por mentir, pero se sorprendió al ver que pasaba sus dedos sobre la frase, notando también preocupación en el rostro de Katsuki.

—Era imposible que te hubiese hecho copiar unas líneas solamente después de lo que dijiste, debía haber hecho algo horrible, y has estado ocultando tu mano todo el tiempo.

—Se habrían preocupado y yo no quería... dar problemas—miró a los ojos de Bakugo, sintiendo cómo se le iba el aire.

No quería apartar la mirada, hacía demasiado tiempo que no estaban los dos solos, de esa forma. Extrañaba a su amigo, le quería a su lado más que nunca; con los rumores que ya circulaban sobre él, sumado a que no muchos creían lo que estaba pasando con All for One, se sentía solo.

No lo estaba, sus amigos le apoyaban y era su única esperanza, pero necesitaba a Katsuki a su lado. Desde que se dio cuenta de lo que sentía por su amigo, quería estar junto a él todo el tiempo posible, a pesar de que sabía que no podría ser así. Se obligó a apartar la mano de Bakugo de la suya, y rompió el contacto visual.

—Vayamos a cenar, no quiero preocupar a los demás —caminó hacia la salida, y no se dio cuenta de que el rubio tardó unos momentos en reaccionar, alcanzándole segundos después.

No hablaron de eso de nuevo, ni durante la cena, ni en la sala común más tarde. Kirishima ocultó en todo momento la marca hasta que estuvieron en su cuarto. No pudo evitar que al cambiarse sus demás amigos la vieran, y tuvo que explicarles por qué la tenía.

Shoto, Sero y Denki le miraron con preocupación, y Eijirou trató de suavizarlo diciendo que no le había dolido tanto. Solo esperaba que al día siguiente el dolor fuese menos, no podría aguantar una semana así.

Katsuki le miró una última vez antes de irse a sus rondas como prefecto, sonriendo ligeramente. Eso hizo que Kirishima apartase de inmediato los pensamientos negativos de su mente, quedándose solo con ese momento antes de irse a dormir.

 Eso hizo que Kirishima apartase de inmediato los pensamientos negativos de su mente, quedándose solo con ese momento antes de irse a dormir

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Las clases eran más aburridas que los años anteriores. Todos los profesores les recordaban continuamente los TIMOS, mencionando los hechizos y contenidos que iban a caer seguramente en los exámenes, y poniendo cada vez más nerviosos a los alumnos que no los dominaban en la primera clase.

Kirishima sentía que en ese momento prefería volver a la casa de sus tíos antes que quedarse allí. Había escrito a Izuku, que le había enviado algunos dulces a escondidas de sus padres, contándole cómo estaba siendo el colegio. Era al único que le decía la versión completa de cómo se sentía, sin contar a Bakugo.

Ahora esperaba una respuesta por su parte, aunque ya podía apostar que no iba a decirle nada que no supiera ya. Las tardes de castigo con Geten eran horribles, no podía sentir bien su mano, y tenía una venda que quitaba solo para entrar en el despacho de su profesor, colocándola en cuanto salía para que no vieran lo que significaba tener un castigo con él.

Eijirou Kirishima y la Orden del FénixWhere stories live. Discover now