Inconnue

Capítulo 3: No te daré la razón

Narra Gianella:

Un nuevo día empezaba y el sueño estaba presente en mí, con pereza apague el despertador y su sonido infernal que resonaba por toda la habitación. Puse mi playlist y con más pereza que ganas de vivir me metí en la ducha, un pequeño baño de 15 minutos después y estaba lista para el día, me puse un simple suéter blanco de Zelda y un pantalón color olivo y mis Converse, satisfecha conmigo fui a darle los buenos días a mi abuela habiéndome olvidado de que tenía un lindo moretón.

—Gianella Salvatore, ¿me puedes explicar por qué tienes un moretón en tu ojo izquierdo? —preguntó bastante furiosa mientras me tomaba del rostro para verme mejor.

—No fue nada, solo alguien que me metió un puñetazo —al parecer eso la enfado aun más porque su tono aumento.

—¡¿Y por qué un alguien le metió un puñetazo a mi nieta?! ¡¿Quién es para ir a golpearlo?! —una sonrisa algo arrepentida cruzo mi rostro.

—Solo me sé su apellido; Ferguson, y me metió un puñetazo porque le dije que me parecía linda su novia —al decir eso su semblante se tranquilizó y una pequeña sonrisa cruzo su rostro.

—Está bien —mencionó con un pequeño suspiro—, ¿quién es la afortunada?

—Tampoco sé su nombre, pero se apellida Lam y es una pelirroja de ojos verdes, realmente linda —dije algo sonrojada.

—Espero algún día conocerla —después de decir eso por fin soltó mi rostro—. Bueno don Juan, me alegra escuchar que estás enamorada pero hay que ir a hacer el desayuno —en mi cabeza solo pasaba una cosa: No estoy enamorada.

Después de un leve, "Okey", me dirigí a la cocina a hacer el desayuno para luego ir con ella a desayunar, con mi nulo interés pasamos todo el desayuno viendo las noticias, según mi abuela para estar actualizados. Al terminar me dirigí hacia la salida no sin antes dejar todo listo para el día.

Al salir me puse mis audífonos y con la música sonando me monté en mi bicicleta para ir al instituto. Llegué con poco tiempo para dejar mis cosas así que fui a rápidamente a mi casillero y más corriendo que andando fui a mi primera clase, esta vez era Biología, al llegar vi a Lam sentada en primera fila, con una sonrisa como el gato de Cheshire me acerque a ella para sentarme a su lado.

—Hola... —mencioné dejando la última sílaba al aire con la intención de que dijera su nombre, lo cual hizo.

—Nicole, me llamo Nicole.

—Genial. Hola, Nicole, ¿qué tal?

—Oye, no quiero hablar contigo, primero; no me atraes y sé que si hablas conmigo es para ligar —la interrumpí a lo cual se molestó un poco.

—No es cierto —con una habilidad sorprendente para ignorarme e ignorar lo que dije siguió con su relato.

—Segundo; si mi novio nos ve hablando tengo miedo de que te pueda hacer, así que por tu bien aléjate.

—No creo que tenerle miedo a tu novio sea bueno —algo sorprendida me respondió.

—No tienes derecho de opinar que sea bueno o no respecto a mi relación —mencionó bastante ofendida.

—Cuando me meten un puñetazo puede que sí, pero está bien, no nos verá hablando. Dame tu teléfono, creo que es lo mínimo que puedes hacer para recompensar esto —dije mientras señalaba el moretón en mi ojo.

Antes de escuchar una respuesta de su parte llego la profesora a darnos la clase, estaba copiando lo que estaba en el pizarrón cuando vi un trozo de papel doblado encima de mi cuaderno, al ver hacia Nicole vi que con sus labios decía, "Ábrelo", seguí sus indicaciones y ahí me encontré un: "Perdón por el puñetazo", escrito abajo de un número de teléfono.