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Desde que sé sobre la vida y la diferencia entre quienes son fuertes o quienes son débiles. Quienes deben ser lideres y quienes deben ser gobernados rechistar.

Conocer sobre esta "ley de la vida" me llevó a odiar mi existencia. No era lo que él quería, no cumplía con sus expectativas, sus deseos, sus metas. No era el alfa que tanto quiso como él tanto quiso.

Incluso dado por muerto parecía servir mucho mejor que vivo. Porque cumplía con la expectativa de mi madre, porque quería ser como ella, pero eso jamás le agradó, la desaparición de un miserable beta, no molestaba.

Conocí el dolor, el hambre y el sacrifico por parte de alguien muy lejano a mi sangre, por alguien que era tachado por el mundo, por la sociedad como sucio, ruin y vil pirata, un alfa que perdió algo para que yo ganara.

Porque compartíamos el mismo sueño.

Aquel alfa se convirtió en el padre que a voz callada rogué, aun con los gritos y múltiples errores, supo cuidarme y educarme. Jamás compararía una bestia con un verdadero hombre.

Y cuando menos lo esperé, me convertir en lo que él deseo.

Un alfa.

Sim embargo, el viejo Zeff, fue lo suficiente bueno como para dejarme crecer bajo su ala, avivando mi deseo por la cocina y los modales contra los demás.

Conocí el miedo a no tener un vínculo. Temí tener el mismo destino que mi madre. Morir a falta de un lazo con la persona destinada a ti. Momentos como esos, en donde mis pensamientos parecieran querer comer el poco racionamiento, se convertían en largas charlas con el viejo hombre, sobre la unión de dos almas. Después de todo, él también sufrido, pero con un vínculo roto, el cual trataba de cubrir con aquella amarga actitud.

Luego, conocí aquel aroma.

En aquel momento solo me encargaría en ser el asistente del chef, coquetearía con bellas damas y pelearía con uno que otro cliente problemático, fumaria un cigarro y discutiría con Carne. Sería mi día normal. Sin embargo, asumí de manera errónea que el picoso aroma a lotos y especias provenía de una joven de cabellos naranjas.

Seguí lo que creyó mi mente, sin tomar en cuenta la verdadera voz de mi corazón.

Lejos de escuchar una molesta voz queriendo comida, amenazando las vidas de quienes se encontraban en el lugar, mi deber como cocinero se hizo cumplir, ignorando la negativa de los demás. Y fue al encuentro de quien me necesitaba, ignorando los ojos curiosos que me observaban y los que no dudaron en querer elegirme para estar a su lado en una travesía del desconocido mar.

A su voz llena da entusiasmo, el animal que dormía en mí, gruño de manera afirmativa, mientras yo me negué.

Incluso con la pelea, con su voz gritando su sueño, sin un poco de temor a que se burlaran de él, después de todo, lo que ellos llamaron un niño jugando a ser pirata, un miserable "beta" no podría cruzar aquellas bravas aguas marinas, que el hombre conocido como "rey pirata" lo hizo.

Fueron gritos, golpes, sangre y más de una exclamación de sorpresa, pues quien se supone que era el débil, ganó la voz que defendía su sueño. Luego de eso, lo rescate, detalle su rostro, su cicatriz antes de tocar su mejilla para que reaccionara, pero ¿qué hacía observando sus ojos más tiempo que lo necesario? No lo sabia en ese momento, por mucho que él hubiese balbuceado un "eres tú... te encontré..."

No lo comprendí.

Y aun con mi negativa de ir con él, como otros fui a su encuentro, con la promesa de conocer el All blue y describírselo al viejo hombre que cuidó de mí.

Dejé aquel restaurante en donde crecí para seguirlo y ara dejarme llevar por el olor de quien se suponía era mi vinculo, sin siquiera notar la verdadera presencia que me rodeaba,

Era un iluso.

Sombra del pasado; SanLuOù les histoires vivent. Découvrez maintenant