Harry Potter Todos Viven. El Principe Mestizo.

Felix Felicis.

Harry gimió y Ron, que había estado tratando de exprimir los jugos del tubo presionándolo, se puso de pie y usó todo su peso para empujar la vaina en el recipiente.

"Y esta es otra fiesta solo para los favoritos de Slughorn, ¿verdad?" dijo, aunque estaba mirando hacia abajo a la cápsula cuando lo hizo, y era posible que la frustración en su rostro fuera por la resistencia de la cápsula a ser apretada. Posible, pero no probable.

"Solo para el Club de las Eminencias, sí", dijo Hermione.

La vaina se escapó de las manos de Ron después de un empujón particularmente violento. Voló a través de la casa verde, chocando contra el techo de cristal con un chapoteo poco atractivo y cayendo sobre el sombrero de la profesora Sprout. Harry se apresuró a recuperarlo.

Cuando regresó, Hermione estaba diciendo: "Mira, yo no inventé el nombre-"

"Club de las Eminencias ¡Es patético!" La cara de disgusto de Ron ya no podía atribuirse a la vaina, porque ahora era Harry quien la sostenía. Las manos de Ron estaban apretadas en puños sobre la mesa y su rostro se estaba poniendo rojo lentamente. "Bueno, espero que disfrutes tu fiesta. ¿Por qué no intentas ir con McLaggen? Entonces Slughorn puede convertirlos en Rey y Reina..."

"Podemos traer invitados", espetó Hermione, "e iba a pedirte que vinieras conmigo, pero si crees que es tan estúpido, ¡no me molestaré!"

Harry conocía a Hermione lo suficientemente bien como para saber por el tono áspero de su voz que si miraba hacia arriba, vería lágrimas en el rabillo de sus ojos. Tal como estaban las cosas, no tenía absolutamente ningún deseo de mirar hacia arriba y, en cambio, miró por encima del hombro para ver si Neville podía proporcionarle un escape de esto, pero Neville le estaba mostrando a la profesora Sprout el frasco lleno de pus que ya había recolectado.

Entonces, en cambio, Harry golpeó la cápsula contra el tazón lo más fuerte que pudo, pero no fue lo suficientemente fuerte como para ahogar la conversación de Ron y Hermione.

"¿Me ibas a preguntar a mi?" dijo Ron, y ya no sonaba como si encontrara las cápsulas Snargaluff y al Club igualmente repugnantes. Era una voz sorprendentemente suave para Ronald Weasley.

Hermione, sin embargo, todavía estaba furiosa. "Sí. Pero, obviamente, si prefieres que vaya con McLaggen..."

Harry agarró una paleta y golpeó la vaina con el lado plano. Las bofetadas y los ruidos secos no cubrieron la respuesta muy suave y gentil de Ron.

"No, no quiero eso".

Harry falló la vaina y el cuenco se hizo añicos bajo la paleta con un fuerte estruendo. Lo reparó rápidamente, pero el accidente les había recordado a Ron y Hermione dónde estaban y con quién estaban. Hermione buscó rápidamente en su bolso su libro de texto, con la intención de ocultar su rostro de todos por un momento. Ron le dirigió a Harry una leve sonrisa de disculpa, pero parecía complacido consigo mismo. Harry no lo culpó. Se preguntó si esto finalmente sería el final de las disputas de Ron y Hermione y si finalmente podría tener algo de paz.

"Pasa esa pala, Harry", dijo Hermione mientras pasaba el dedo por una página de los árboles carnívoros del mundo. "Dice que se supone que debemos pincharlos con algo afilado".

Harry le entregó la pala y la vaina y con entusiasmo volvió a sumergirse en el tocón en busca de otra vaina.

Pensó que tal vez este podría ser el comienzo de un nuevo capítulo para Ron y Hermione, pero no observó cambios identificables entre ellos durante los próximos días. Eran más educados entre ellos, por lo menos. Pero no hubo conversaciones susurradas, ni caminatas solitarias como Harry podría haber esperado de sus amigos, como Harry recordaba de su breve relación con Cho Chang. Pero tal vez fuera mejor así, considerando la forma en que él y Cho se habían ido. Quizás Ron y Hermione simplemente siendo amigables de nuevo era lo que necesitaban. ¿No había aprendido al observar a sus padres que los amigos son las mejores parejas? Pero también había aprendido lo contrario viendo a Remus y Sirius.