๋࣭ ◜ 𝐢𝐧 𝐚𝐧𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐥𝐢𝐟𝐞 ๋࣭ ◜ ₍𝐤𝐞𝐮𝐦𝐝𝐞𝐧₎ ◞ˑ

13

Una vez que Keum salió del hospital, nunca miró atrás.

El camino a casa ese día con una manta en sus brazos, una bufanda de color rojo alrededor del cuello y con nada más del hospital. Los sostuvo contra pecho en el clima de veinte grados, y aunque muchas personas lo miraron de manera extraña y lo observaron de lado, nada de esto lo afectó en lo más mínimo. El frío ya no era un factor para Keum. No podía sentirlo. Su mente no lo permitía.

Llegó a casa sin saludar a sus padres que estaban sentados en la sala de estar. Le hicieron preguntas. El respondió descaradamente. Preguntaron por la manta y la bufanda, pero nunca preguntaron por Yejun.

Keum se alegró. Era una buena idea no haberles contado nunca sobre él después de todo.

Subió los escalones hasta su habitación, Hizo su -no- la manta de Yejun un bulto, y la dejó caer sobre su cama junto con la bufanda. Metió la mano en el bolsillo para sacar su teléfono y presionó a uno de sus contactos. Se lo acercó a la oreja y esperó a que la otra línea contestara. Una vez que lo hizo, Keum fue recibido con un "¿Hola?"

Donghyun vaciló. Tragó saliva y miró por la ventana.

"Hola, ¿Jaeho? Soy Donghyun ¿Estás ocupado?"

La voz de Jaeho era reservada y seca.

"No, no lo estoy."

"Si no es demasiado problema, ¿puedo ir a tu casa?"

Jaeho estaba callado al otro lado. Él ya lo sabía. Inhaló audiblemente, y Keum pudo escuchar un sonido de arañazo. Después de un momento, finalmente habló. Su voz era solemne.

"Por supuesto."

-foto con apartado-

Keum se sentó al borde de la cama de Jaeho, y miró por la ventana sin enfoque alguno. Jaeho le hablaba y Keum escuchaba y a menudo respondía. Pero la mayoría de las veces, solo se sentaba allí y seguía sin mirar nada.

Jaeho habría estado preocupado por él si no hubiera descubierto lo que había sucedido ese día. Estaba igual que Keum, sentado en el mismo lado de la cama, a una buena distancia de su visita. Esos ojos negros suyos a menudo se lanzaban al piso, luego al techo, alrededor de la habitación y de regreso al piso, pero nunca miraba a Keum.

Temía que si lo hacía, no sería capaz de mantener a raya sus emociones.

"¿Cómo se veía?" Jaeho preguntó en tono bajo.

A Donghyun le tomó un tiempo responder.

"¿Cuando desperté?"

"Si..." Jaeho miró hacia abajo.

Keum dejó escapar un gruñido a medias y continuó mirando hacia adelante.

"Pálido. Enfermo. Muerto".

"¿Cómo descubriste que él no estaba... aquí?"

"Todo su cuerpo estaba relajado. Su cabeza descansaba sobre la mía con el peso de alguien que está inconsciente".

Esta vez, Jaeho fue el que gruñó, el sonido provenía de lo profundo de su pecho. Tardó en hablar de nuevo, pero lo hizo de cualquier manera.

"¿Vas a su funeral?"

"No."

La respuesta llegó mucho más rápido de lo que Jaeho pensó. Lo sorprendió, mientras Keum continuaba hablando.

"Me niego a ir. Mi último recuerdo de Yejun no será sobre él, bien vestido, pálido, rígido y metido en un ataúd, rodeado de una cantidad innumerable de personas que no se preocuparon por él hasta el día en que escucharon sobre su muerte. Mi último recuerdo de Kwon ya está conmigo, y morirá junto a mí".

El tono de Keum era monótono, pero Jaeho no dejó de detectar el veneno que tenía cada palabra antes de su última oración. Entendió de dónde venía Keum y ni siquiera pensó en usar su tono frío contra él. Jaeho estaba igual de amargado. Él tampoco tenía intención de presentarse a ningún funeral. Estaría furioso con todos los que estaban allí, y sabía que el mismo dolor ardía también dentro de Keum.

Jaeho se inclinó hacia adelante y unió sus manos. Miró fijamente la pared y balanceó una pierna hacia arriba y hacia abajo mientras sus emociones lentamente comenzaban a reclamarlo.

"Ya sabes... Uhm..." Miró hacia abajo y se frotó el cuello con brusquedad, dejando atrás profundas marcas rojas. "Yejun, él... realmente le gustabas -uh- se preocupaba por ti... Hablaba de ti todo el tiempo cuando te conoció por primera vez."

"No lo hagas".

Jaeho se congeló. Con su mano aferrada a su cuello, levantó la vista lentamente para descubrir que Keum lo miraba con ojos vacíos, sin ninguna emoción alguna.

"No, Jaeho. Solo... no lo hagas"

Tragó saliva y giró la cabeza para mirar por la ventana otra vez. Keum entrelazó sus dedos y clavó sus uñas en el dorso de sus manos. Estaba redirigiendo el dolor.

"Lo siento." Fueron las últimas palabras que Jaeho murmuró antes de mirar hacia adelante también, sin tener nada más que decir.

Compartieron la compañía del otro en silencio durante lo que pareció la duración de cinco minutos, y en ese momento, Keum nunca miró a un lado para ver a Jaeho. No fue hasta que vio la forma de Jaeho doblarse en su periférico que Keum miró en su dirección, y cuando lo hizo, fue recibido con un Jaeho sollozando en silencio, su rostro había sido enterrado en las palmas de sus manos. Aunque se tardó, Keum se movió por instinto y se sentó cerca de Jaeho. Puso una mano sobre su ancha espalda y la frotó suavemente, esperando consolarlo y ser el más fuerte de los dos. Pero a medida que pasaba cada segundo, Keum podía sentir su propio dolor acumulándose más y más dentro de él. Deseó poder luchar contra él, pero sabía que no había forma posible de hacerlo.

No pasó mucho tiempo antes de que Keum apoyara su cabeza sobre el hombro de Jaeho, ya que él también fue víctima de la tristeza que lentamente se lo comió vivo.