Choque de mundos [Marvel×DC]

5. Relleno de Nutella

B estaba acostado en una cama. Sus brazos y piernas extendidas, formando un asterisco sobre el colchón.

Se reuniría con su hermana en un tiempo, eso para aclarar las reglas finales del juego, pero no sabía que hacer hasta que llegara dicho momento.

Su equipo estaba encerrado en la gran casa, incapaz de salir. Tampoco podían entrar al cuarto en el que el estaba, y si hacían explotar la casa, cosa que creía poco probable, él la volvería a hacer, al igual que a ellos.

Decidió que intentaría hablar con ellos de nuevo. Lo peor que podía pasar era llegar tarde con su hermana.

—¡Atención! —gritó desde las escaleras, ganándose la atención de los presentes— ¿¡Esta vez sí me van a escuchar!? Es muy aburrido tenerlos bajo control mental.

—No encuentro sentido a esto —Habló el villano conocido como “Mysterio”— Dices que lucharemos contra los héroes. ¿Por qué no atacar ahora?

—¡Porque así no son las cosas! —B pasó sus manos por su cara, desesperado— Ya traté de explicarles, pero no me hacen caso. Todos ustedes pelearán contra los héroes de su universo, tendrán que encontrar algo antes que ellos, y luego vemos quien gana.

—Eres pésimo explicando —dijo Lex Luthor—. Mencionaste a una hermana. ¿Dónde está ella?

—Su equipo son los héroes. Yo los elegí a ustedes primero, pero ya me estoy arrepintiendo. Los otros seguro se lo tomaron con mucha más seriedad.

—¿Ganamos algo si derrotamos a los héroes? —preguntó Bane.

—Algo así. Dependerá del acuerdo al que llegue con mi hermana.

—¿Por qué ella es quien decide las cosas?

—Nop. No me harán cómplice. Ya jugamos muchos juegos parecidos, y nunca funciona. Solo espero que de ahora en adelante cooperen más, o los volveré a encerrar —Algunos se pusieron tensos recordar en la habitación en la que estaban, pues hasta el villano más malo tenía algún miedo.

–ᨖ–ᨖ–ᨖ–

B apareció en las escaleras de su casa. Rió al ver la mansión que su hermana había parecido, pues significaba que había estado ahí hace poco con su equipo.

—¡Ya lleguéé! —cantó B.

—Al fin —A apareció frente a él—. ¿Cómo te va con tu equipo?

—Puede mejorar —suspiró—. Algunos son más problemáticos que otros, pero en general se están comportando.

—¿Usaste el cuarto de los sustos? —Su hermano asintió— Lo imaginé. Yo los enfrenté. Tuve un pequeño problema y no finalizó como esperaba.

—¿También lo sentiste? Fue más fuerte que antes. ¿Crees que...?

—No —interrumpió—. No van a escapar. Solo tenemos que reforzar el sello. No es algo nuevo.

—Pero...

—Confía en mi. No van a salir. Vamos a reforzar y luego hablaremos del juego, ¿va? —B asintió.

La mansión desapareció y ambos se encontraron en una sala vacía color gris.

Ambos se sentaron en posición de loto y se elevaron unos centímetros del suelo. Una luz blanca salió de los ojos de ambos, luz que poco a poco se volvió negra. Murmuraban cosas que no se podían comprender y la habitación empezó a dar vueltas, hasta que estuvieron rodeados de estrellas, pero, al igual que mayoría de las cosas en su vida, las estrellas solo eran una ilusiones.