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Sigrid estuvo callada todo el día, y su mirada parecía perdida. Winston le dijo que por esa ocasión se encargaría de afilar los cuchillos y darles limpieza a los instrumentos, más tarde, un cerdo se escapó del corral, fue un momento divertido para todos, en especial para su compañero, quien solo se limitó a observar y reír ante la escena de la novata correteando rápidamente al animal y lanzarse contra él para atraparlo.

—Deberías ser corredora —comentó con ironía.

Terminó todo su trabajo en silencio, se despidió de él y se dirigió con Newt al huerto, obviamente el carnicero notó que algo le sucedía. La chica vio a Newt trabajar el resto de la tarde, Zart le hacía preguntas acerca de cómo se sentía y cosas así, sin embargo la morena respondía con indiferencia o simplemente no lo hacía.

—¿Qué te sucede? Siempre estás hable y hable.

—No, Newt... no es nada —bajó la mirada hacia sus manos juguetonas. Algo tenía, el rubio sabía eso, sin embargo prefirió no preguntar.

El atardecer se manifestó en el cielo, faltaba poco para que las puertas del laberinto se cerraran. Sigrid levantó la mirada y la fijó en la entrada, los corredores habían vuelto. Ben y Minho fueron directamente al bosque, no sin antes saludar a los chicos en el huerto. La chica volteó a ver a Newt.

—¿Qué necesito para volverme corredora?

El chico volteó a verla alzando una ceja y mostrando una sonrisa incrédula.

—¿De qué hablas? —cuestionó.

—Me refiero a...

—O sea sí, sé lo que quisiste decir —la interrumpió bruscamente —pero, nadie quiere ser corredor Sigrid. Además te tienen que elegir.

—¿Y Minho, Ben...?

—Son chicos valientes, pero también demasiado idiotas como para arriesgarse a morir entre esos muros, todos los días.

—Me gustaría ser corredora Newt.

El rubio rascó su nuca, y Zart ya comenzaba a mostrarse incómodo.

—No es buena idea navajitas.

Sigrid se puso a pensar. La idea de entrar al laberinto había llegado desde su aparición en el Área, aún así , se dio cuenta de que tomó una decisión apresurada, y, aunque no lo iba a descartar, se retractó frente a los chicos.

—Creo que tienen razón...

Newt se apresuró a consolarla.

—No es que no confiemos en ti, más que nada apenas llevas dos días en el Área, y también no queremos que te pase nada —mostró su preocupación acercándose a ella y sobándole la espalda. Sigrid le sonrió de vuelta.

—Entiendo, igual, creo que me emocioné de más.

—Con calma garlopa, correteaste a aquel cerdo por pocos minutos y con rapidez, sin embargo te cansaste demasiado, casi te mueres —Zart rió.

—Fuerte y rápida, pero no resistente. Interesante combinación, eh —comentó Newt —. Shuck.

Sigrid le mostró su dedo de en medio, Newt abrió la boca con sorpresa y el otro rubio solo carcajeó. La chica se despidió de ambos y se dirigió al bosque, su nuevo lugar favorito. Pensó en practicar los movimientos de la otra vez, pero de una manera más "profesional". Si bien había llegado con la mente en blanco, tenía conocimientos que eran básicos para ella, entre esos están los que tienen que ver con su cuerpo y la forma de cuidarlo. Comenzó a calentar los músculos; trotó, se estiró, etc. Todo para comenzar a entrenar.

Desde aquel sueño, sus pensamientos solo eran acerca de él. Si de casualidad había sido un recuerdo de su vida pasada, tenía tantas ganas de averiguar más sobre ello. Aunque la curiosidad la estaba distrayendo, creyó que entrenar un poco serviría para despejar la mente.

—No me gustaría ser aquella persona a la que imaginas mientras golpeas —la áspera voz de Alby la sobresaltó, interrumpiendo su ejercicio bruscamente.

—Diablos, Alby, me asustaste.

—Tú a mí, pensé que te habías perdido, pero Newt me dijo que seguramente estarías en el bosque. Veo que ya se hicieron cercanos.

—Algo así —respondió con una sonrisa.

—Muy bien, la pregunta del millón aquí es, ¿cómo aprendiste a hacer eso? —preguntó refiriendo obviamente a su manera de pelear.

—En realidad, no lo sé. Todo surgió casi como un reflejo —Sigrid frotó sus manos y caminó hasta un árbol en donde se recargó, para hablar más cómodamente con el líder.

—¿Un reflejo?

—¡Exacto! Es decir, tal vez en el pasado, fui una... lo que sea que tenga que ver con luchar —comentó soltando una risa al final.

—¿Crees recordar algo?

—No lo creo, a veces solo son sensaciones familiares; cosas que creo haber vivido antes, pero nada concreto. Y eso me pone cada vez más ansiosa.

—Eres la garlopa más ansiosa e inquieta que he conocido, y apenas van dos días.

Ambos suspiraron, guardaron silencio por unos momentos, en realidad Sigrid se sentía muy cómoda con Alby, aún siendo su figura de autoridad.

Luego de un rato, la castaña habló.

—¿Te puedo preguntar algo?

—Adelante.

—¿Cuál es el propósito de todos? En todo esto. Digo, a veces los veo muy calmados, actuando como si no existiera un laberinto alrededor de nosotros, habitados por criaturas desconocidas. No sé si es porque no puedo quedarme quieta, pero si yo hubiera pasado tres años aquí, me habría vuelto loca...

Alby solo la observaba seriamente, Sigrid se sintió apenada por su último comentario, pensó que había sido algo tonto e impulsivo, como iba siendo su costumbre, a veces decía cosas sin pensarlo.

—No es eso, nuevita, en realidad, todos morimos por dentro, esperando a que tal vez algún día podamos escapar de aquí. Y tienes razón, yo personalmente también me habría vuelto loco, pero, ¿sabes qué? —se acercó a ella y la miró a los ojos —El mantener un orden, estar ocupados todos los días, hacer algo por sobrevivir, es aquello que nos mantiene con los pies sobre la tierra. Somos demasiados, eso también ayuda, siempre y cuando nos mantengamos unidos —Sigrid asintió lentamente con la cabeza, indicándole al líder que había comprendido todo —Quiero que te sientas bien aquí. Los demás chicos están encantados contigo, dicen que eres trabajadora, amable, realmente te aprecian.

Aquella confesión la hizo sentir feliz, querida.

—Gracias Alby, por todo.

El moreno le devolvió una sonrisa antes de dar dos palmadas en su espalda, se volteó para irse, pero antes de eso le dijo una última cosa.

—Winston dice que eres de mucha ayuda, si estás de acuerdo, puedes quedarte trabajando con él.

—Está bien, me gusta la idea. Gracias de nuevo.

—Hasta mañana, Sigrid. Duerme bien.

[BORRADOR] MAZE RUNNER: El secreto de CRUEL [Minho]Where stories live. Discover now