Como Goma De Mascar: Apariencia

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Recordar que la vieja zona centro de la capital de Ostania había estado derruida con ardientes vientos fétidos a muerte y destrucción después de la guerra era duro para cualquiera que hubiera vivido en carne propia la guerra que nadie más deseaba. Sin embargo, los recuerdos tristes se hacían muy de lado cuando se veía el lugar revivido y con la gente esperanzada de que la paz se mantuviera entre las naciones que siempre se hallaban en constante tensión.

Yor recordaba un poco los tiempos difíciles, pero ahora todo parecía realmente prometedor y cada vez que caminaba en el centro de la capital, se sentía orgullosa de su trabajo de asesina al matar a esos...

—Ma, ¿Ya vamos a llegar? —preguntó Anya cubriendo su hueco pelón de cabello con la mano mientras la otra sostenía la de Yor.

Llevaban al menos unos quince minutos desde que salieron las dos de su hogar y menos de dos minutos que Anya saliera de su estupefacción cuando Yor le preguntó si se había enojado por el tijerazo que pudo rebanarle el cuello.

Y a pesar de que Anya se sentía conmocionada por el ataque, no se molestaba con Yor porque su "madre" quería ayudar. Por ello le dijo que no importaba y que por favor le ayudara a tratar con el enorme cacho de cabello disparejo que sería arreglado por un profesional en el tema y que Anya no temía a que le matará Yor por accidente o dejara peor su cabello, siendo esto último lo más posible.

—Sí, es ahí. —apuntó la mujer la modesta estética de puerta de vidrio, de fachada con piedras blancas frente al paso de adoquines. —Siempre que me acuerdo vengo a aquí.

Anya sonrió con torpeza, la mujer iba en contadas veces al año para quitar las puntas crecientes de su cabello que siempre intentaba cuidar de un corte de las armas de enemigos y evitar dar explicaciones de un repentino cambio de look que podría levantar sospechas. La pequeña no sabía que pensar ante lo último que llamaría la atención de Becky y la vergonzosa situación después de ser advertida de no masticar la goma todo el tiempo en su casa.

Ambas entraron al local dejando que la campanilla sonara en advertencia viendo a un par de mujeres, donde una estaba arreglando el cabello a su clienta.

—Yor que agradable volver a verte, ¿vienes por un arreglo a tu corte? —preguntó la estilista desocupada, una mujer de unos treinta y tantos años.

—N-No, es para mi hija. —señaló Yor nerviosa a la pequeña que sonrió y saludo cordial como le enseñó Loid sin destaparse el hueco de cabello, siendo gracioso para la mujer de marcados gestos alegres al ver la dificultad de movimiento de Anya.

—No sabía que estabas casada y tenías una hija.

Yor sonrió nerviosa, de los pocos conocidos que tenía, el tema los golpeaba de sorpresa porque ella no hablaba de su vida personal, aunque muchos decían que era imposible de ocultar por lo modesta que era. Sin embargo, su vida no era tan modesta siendo una asesina a sueldo.

—Anya está feliz de que ma esté con papi y yo. —declaró Anya tomando con su mano disponible la de la mujer. 

—Que linda. Bueno, ¿que necesitan? —sonrió la estilista.

—Arreglar el cabello de Anya. —indicó mostrando el gran pedazo faltante de cabello que sorprendió a la mujer que se preguntaba como pasó aquello. —Anya tuvo un accidente.

La mujer rió levemente, eso explicaba mucho para ella, aunque para Anya no parecía ser una excusa muy confiable.

La sugerencia de cortes infantiles por medio de una revista fueron vistos por Yor, Anya y la estilista, que negaba la posibilidad de que el estilo de cabello que tenía actualmente fuera más pequeño, sobretodo al ver el desperfecto que la niña tenía.

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