•1•

20.7K 1.1K 97
                                    

El ascensor subía desenfrenadamente. El sonido del metal chocando con metal fue lo suficientemente fuerte para despertarla. Se levantó de golpe, desorientada, mareada y con náuseas, enseguida se puso de rodillas, apoyándose en el suelo con ayuda de sus manos, comenzó a vomitar un líquido transparente. Agua, solo era agua. Su respiración agitada impedía que se tranquilizara. Lentamente se sentó en aquella jaula de metal, y trató de enfocar en las cosas que se encontraban con ella, solo eran cajas, botes con contenido desconocido, y una jaula con animales, aparentemente cerdos.

—No, no... —sollozó, estaba aterrada, sola, sin recuerdos, sin nada.

Seguía yendo hacia arriba a toda velocidad, no sabía en qué momento se detendría, solo pudo ahogar un grito y esconder su rostro entre sus rodillas cuando paró de golpe. Unos segundos pasaron, ella miró por encima de su cabeza, las puertas de aquella caja se estaban abriendo, dejando entrar un pequeño rayo de luz cegador. Instintivamente se refugió entre las cajas, busco por el suelo, y con suerte, encontró un pequeño fierro similar a un cuchillo, lo empuñó, y quedó a la expectativa de las personas que abrían la caja.

¡Veamos que llegó hoy!

Un chico rubio y delgado inspeccionó la caja, con confusión.

—Vaya, no veo al novato... —no terminó la frase cuando unas botas cafés se asomaron en una esquina, la persona que estaba ahí había creado una especie de fortaleza con las cosas —Miren, creo que este tipo es muy asustadizo —todos los chicos empezaron a reír y a burlarse de la situación, el rubio soltó una carcajada antes de quitar una de las cajas que cubría la cara de aquella persona, para después llevarse una sorpresa por lo que se encontraba escondido —¿pero qué diablos... ?

El rostro de una chica atemorizada se dejó ver, su cabello estaba desordenado, lucía deshidratada y también sucia, seguía empuñando aquel objeto filoso como protección, apuntó hacia el que estaba frente a ella, temblorosa pero con una mirada de furia.

—Aléjate de mí —susurró casi inaudible.

Los demás chicos del Área comenzaron a parlotear, jamás habían visto a una chica, a una chica llegando por el ascensor, cuando se suponía que siempre debía ser un varón.

—Qué bonita...

—¡Hoy tuvimos suerte!

—¿Qué hace una mujer en el área? es la primera...

—Oye, ¿no quisieras pasar el rato conmigo?

Varios comentarios se hicieron presentes, intimidando más a la castaña. El chico de pelos de oro, aún asombrado y sin levantar la vista de la chica, llamó al líder del grupo.

—¡Hey, Alby! Tienes que ver esto.

Un joven de tez negra se abrió paso entre la multitud y se detuvo frente a la caja. Saltó hasta el fondo encontrándose con ambos jóvenes.

—Diablos —susurró el moreno —. Oye, tranquila. No te haré nada, ¿sí?

Alby intentó acercarse a ella pero fue inútil, se defendió con aquel pedazo de metal, sacudiéndolo de un lado a otro.

—¡No te me acerques!

Chiflidos y más sonidos molestos provenientes de los habitantes se hicieron notar, el líder se comenzaba a enfadar y trató de calmar la situación.

—Nadie te hará daño, ¿vale? —comentó con delicadeza, para después dirigirse a los chicos con un tono de voz más alto —¡Nadie le hará daño! ¿Escucharon malditos pedazos de plopus? Nadie la toca, nadie le grita palabras obscenas, nadie se le acerca.

—Qué amargado...

—Sean decentes por el amor de dios, malditos depravados.

—Bien, se acabó el espectáculo, vuelvan a sus labores —dijo el rubio mientras los alejaba con un gesto de manos.

La tranquilidad transformó la cara de la chica, y lentamente bajó el afilado pedazo de chatarra.

—Hola novata, bienvenida al área.

Las horas pasaron, Alby aún no salía de la caja, tampoco había señales de la nueva, al parecer seguía asustada, y el moreno solo trataba de convencerla para salir. El sol se estaba poniendo, y el frío inundaba el ambiente, poco tiempo pasó, hasta que la chica salió de aquel agujero con ayuda del líder. Apenas tocó el suelo volvió a vomitar.

—¡Clint, Jeff, vengan acá! —inmediatamente dos chicos llegaron corriendo al lugar —Escuchen, lleven a esta chica a la enfermería, se encuentra fatal, denle agua, comida y ropa nueva, asegúrense de que nadie se le acerque, ya está demasiado paranoica. Jeff, busca a Newt cuando terminen y esté más calmada, que le explique todo. Han sido muchas emociones por hoy.

—De acuerdo Alby. Oye niña, ven —ambos varones la sostuvieron de la cintura para que se le facilitara caminar. Los tres llegaron a una especie de choza, ahí dentro habían varias camas y diferentes instrumentos, la recostaron y comenzaron a atenderla.

Mientras tanto, Alby se encontró con un chico alto y de cejas raras, y otros tipos más.

—Te pusiste como una fiera, eh.

—Hice lo que tenía que hacer Gally, son una bola de degenerados. Creo que también estarías desconcertado si despiertas en una jaula, sin memoria y rodeado de individuos del sexo opuesto.

—Pues si yo despertara con varias chicas a mi alrededor me sentiría afortunado —comentó uno de los tipos de manera burlona.

Gally le dio un sape.

—Llamen a todos, haremos una junta, esto se tiene que discutir.

El resto de los habitantes se dirigió a una gran cabaña en una esquina del recinto, hecha con paja y madera, ahí reunidos, su líder, Alby, dio por iniciada aquella reunión.

—Una chica —habló por fin, haciendo que los demás chicos guardaran silencio para escucharlo atentamente —Bien, esto antes no había pasado, pero, no tiene porqué cambiar nada, ¿de acuerdo? Las tareas, el trato hacia ella, será el mismo que todos reciben aquí, con algunos límites, por supuesto —el moreno de rascó la cabeza —. Traten de no incomodarla, compórtense como la gente normal, y denle su espacio. Si me entero que alguien le hizo algo, lo desterraré, y hablo en serio.

¿Dónde dormirá?

¿Quién va a encargarse de ella?

Yo no quiero hacer eso.

¡Yo sí quiero!

—¡Cállense animales! —gritó el líder —Antes de que se adelanten, ¿por qué no le damos una cálida bienvenida?

[BORRADOR] MAZE RUNNER: El secreto de CRUEL [Minho]Where stories live. Discover now