Capítulo 2: "Gianella was here"

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Me puse mis lentes de nuevo, no había dormida nada así que tenía unas ojeras bastante notorias, bueno, no era algo raro para mí, la mayoría de días no dormía las ocho horas recomendadas por los doctores así que mi cuerpo ya se había acostumbrado, al menos por dentro ya que por fuera seguía viéndome como un oso panda.

Entre mis pensamientos llegue al salón de Artes con ayuda de Lam, o al menos así decía el cartel que había afuera de la puerta, me senté otra vez a la par de ella, bueno, de su compañera, pero el resultado era el mismo, el asiento que estaba a mi lado permaneció vacío incluso aun después que llegara la maestra, la cual me ordenó quitarme los lentes de nuevo, creo que debería guardarlos hasta el final del día...

El asiento vacío al lado mío me estaba poniendo triste he de admitirlo, revise el resto de la clase y ya todos tenían compañero, supongo que me queda toda la mesa para mí. Me mantuve con ese pensamiento el resto de la clase mientras oía de la vida de algún artista.

Después de esa clase la siguieron dos más las cuales recibí entre el entusiasmo y el aburrimiento más extremo. Al terminar fui a dirección por un mapa, ¡no seguiría a la gente todo el rato! Primero porque sería raro y segundo porque alguna vez no tendría la suerte de seguir a la persona correcta.

La hora de receso la pase explorando hasta que sonó el timbre de la siguiente clase, al entrar vi a Lam de nuevo, ¿todas las clases serían con ella? No me quejo pero... Iba a seguir divagando hasta que vi a alguien a su lado, un chico vestido con una chaqueta deportiva, ¿tal vez del equipo del instituto? Para empezar, ¿este instituto tenía equipo? Mi mirada vacilaba entre él, Lam y la ventana de al lado, no admitiría en voz alta que a mis ojos les gustaba el cabello rojizo de Lam, y no lo haría porque tenía la excusa de que era llamativo. Una voz que sonaba algo enojada me saco de mis pensamientos.

—¿Qué tanto miras a mi novia?

¿Ese era su novio?, déjame decirte Lam, que tienes muy malos gustos —pensé mientras lo miraba de arriba a abajo.

—Cariño, seguro estaba viendo algo más, ya vendrá el profesor y no queremos problemas —mencionó Lam con intención de calmar las cosas

Perdón por decir lo que voy a decir —me disculpé mentalmente con ella.

—No sabía que era tu novia —comencé a aclararle para luego observar a Lam con una sonrisa—, pero respondiendo a tu pregunta... Me parece linda —era descarada mas no mentirosa.

—¿Qué carajos dices? —de repente unas manos agarraron el cuello de mi camisa con brusquedad, estaba segura de que si nos miraban así algún regaño nos llevaríamos, sin embargo volví a responder.

—Que tu novia me parece linda —comenté con una sonrisa burlesca como la que le dediqué al profesor.

—Señor Ferguson, señorita Salvatore, ¿me pueden explicar que están haciendo?

¿El profesor? ¿Hasta ahorita? ¡¿Por qué no vino 5 minutos antes de que me pusiera a soltar idioteces?! —le reclamé mentalmente.

—Verá, profesor, esta chica de aquí le estaba faltando el respeto a mi novia.

—No es cierto profesor, solo le dije que me parecía linda, que yo sepa eso no es faltarle el respeto. Fue este idiota que le dieron tan poco amor de pequeño que toma todo halago como insulto —pude haberme quedado callada, debería haberme quedado callada.

—¿Qué me dijiste? —un puñetazo impactó en mi ojo izquierdo, rápidamente el dolor se hizo presente en esa zona.

—¡Basta ya! Ustedes dos, ¡a la dirección! —ordenó el profesor para luego sacarnos de su clase.

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