Capítulo 13: La fiesta (Parte 2)

60 12 4
                                    

*VISIÓN DE  MEI-CHAN*

Yo solo corrí, corrí y corrí por los pasillos de la escuela hasta llegar a los jardines del establecimiento.  Hacia frio, y lo único que llevaba puesto era un vestido corto que llegaba solamente un poco más abajo de las rodillas, de color verde claro y una cadena rodeando mi cuello, en donde colgaba una bella piedra color rosa.

El viento soplaba, y su roce en mis ojos provocaba que se me llenaran de lágrimas. El atardecer se torno oscuro, y aprovecho eso para esconderme detrás de un árbol que se encontraba por los alrededores. Lo único que hice fue sentarme en el césped, y rodear mis piernas con mis brazos, escondiendo mi rostro entre ese hueco que se forma entre los brazos y las rodillas. ¿Por qué estoy haciendo esto?, ¿Por qué me siento así?, siento como si estuviese perdiendo algo muy importante para mí. En el momento que escuche las palabras de Hori, sentí como si me apuñalaran mi pecho,  y el dolor se me hiciera  insoportable. ¿Por qué no pude afrontarlo?, ¿Por qué?...

Me siento patética, confundida y terrible.  No me siento bien conmigo misma, de hecho, lo que estoy sintiendo no debería sentirlo. Mamo-chan ya fue reclamado por otra persona, ya se sabe que otra persona le gusta. Y para colmo ya se le ha confesado, y yo no pude soportarlo.

¿Realmente me gusta Mamo-chan?... ¿Es que no habrá prueba más verídica que esta?...

El hecho de haber huido del lugar sin decir nada, lo confirma por completo. Y ahora estoy realmente segura, de que la sonrisa, los ojos, la voz y la personalidad de Mamo-chan me tienen loca y estúpidamente perdida de amor por él. 

-¡Rayos!.... me siento estúpida...- pensaba mientras que me aplastaba mi rostro con la palma de mis manos. Y ahora en estos momentos no tengo idea de que hare de aquí en adelante.

-¡Mei-chan!- De pronto, una voz comienza a gritar mi nombre por el lugar. Esa voz tan reconocible y familiar, que me tranquiliza cuando me encuentro preocupada por cosas estúpidas. Esa voz que proviene de esa bella sonrisa que ilumina mis días.

Siento como su paso se acerca hacia acá.  Por supuesto que lo sabe, ya que él conoce mis escondites.  Porque,  yo tontamente revele mis debilidades y mis mañas cuando me siento mal o estoy furiosa por algo que no puedo solucionar.

-¿Mei-chan?...... ¡Te encontré!...- Dijo Mamo-chan de la nada, mientras que saltaba frente a mí y me apuntaba con la punta de sus dedos, que formaba una especie de pistolita con sus manos.

-Idiota...- fue lo único que pude decir.

-¿Yo soy el idiota?.... ¿Es que no recuerdas lo desconsiderada que fuiste con Hori-chan, sin siquiera mostrar el menor  interés de saber cómo se encontraba ella?- Decía mientras que se cruzaba de brazos y me miraba algo molesto.

-Lo sé, lo sé, y lo siento, pero es que...  N-No me siento bien esta noche eso es todo.-

-No me engañas, Mei.... Sé que te ocurre algo, y me lo has dicho solo con tus acciones de hoy... ¿Es algo malo lo que te esta pasando?...-

-La verdad, no lo sé... es muy confuso.... Y extraño.-

-¿Crees que se lo podrías contar a tu amigo?- me pregunta mientras que se sienta a mi lado y me dedica una tierna sonrisa tranquilizadora.

-jeje, siempre queriendo ayudarme, ¿verdad?.....Realmente, no sé si tú seas el indicado para solucionar mi problema, Mamo-chan.- dije mientras que le devolvía una leve sonrisa.

-¡¿Eh?!, pero...- y un leve sonrojo en las mejillas logro divisar en su rostro.

-Tranquilo, no te preocupes tanto por....-

¡Thank you! Mei-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora