No tardamos más de 7 minutos en llegar al loft de Gigi.

Y solo entonces cuando estoy sentada en el sofá rosa de la que parece ser su sala caigo en la cuenta del porqué estoy aquí. Mientras Gigi prepara una agua refrescante para evadir un poco el calor, subo las piernas al sillón después de quitarme mis zapatos.

Que lástima que lo hayan dejado con Pierre.

Las ocho palabras de la chica se siguen repitiendo una y otra vez en mi conciencia. Como si fuera un disco rayado, como si fuera un recordatorio breve de que él y yo ya no estábamos juntos.

De nuevo, y por más que me repita que está bien, que no pasara nada si él no está aquí.

La ausencia sigue estando presente.

Pierre es prácticamente lo mejor que me ha pasado. Fue quien me enseñó de nuevo a reírme en voz alta, quien me aventuro nuevamente en una montaña rusa de emociones, quien me permitió e impulsó dar un paso nuevo y permitirme sentir con él.

Permitirme sentir mucho más de lo que debería. Y me he arrepentido de demasiadas cosas en mi vida, pero él no llega a estar en ellas, jamás me arrepentiría de algo que ocurrió con mi francés.

Mi corazón late acelerado de solo pensarlo, de pensar en los cientos de besos, en las miles de caricias, en los incontables susurros compartidos, en las llamadas adormilada, en las escapadas de habitación, en los abrazos cálidos, en las miradas de advertencia pero también de invitación a desaparecer juntos.

"Encontré una cerveza que estoy segura son de Daniel pero que pueden... tal vez funciona mejor".

Le sonrió agradecida y tomó un sorbo de la botella.

"¿No has hablado con él, uh?". Pregunta, no necesita decir más. Se que se refiere a Pierre.

Niego respondiendo su pregunta, Gigi toma asiento al lado de mi y sonríe mientras enciende un nuevo cigarrillo.

Puedo jurar que Ricciardo lo odia.

"Ya no quiero extrañarlo por las noches Gi". Confieso. "No había pensado en él, pero supongo que si no me regala él un poco de pegamento para mi corazón siempre estaré rota".

"Hem...".

"He estado ocultándolo con regalos caros, he estado curando mi corazón con botellas de vino barato en la orilla de la playa hasta quedar inconsciente y despertar con dolor de cabeza". Respondo. "Lo deje ir, cuando se atrevió  buscarme no lo perseguí y deje que se marchara con la idea errónea de Carlos y yo".

Vuelvo a tomar otro trago de mi cerveza y apago mi teléfono cuando este comienza a sonar.

"Tengo lo que quiero..". Admito. "Pero no lo que necesito..".

"No lo intentaras, de hecho no lo harás". Gigi me arrebata la cajetilla de cigarros     que he tomado inconscientemente y se pone de pie dándome la espalda. Mis ojos se entrecierran en dirección al cigarro que está encendido en el cenicero en forma de carita feliz, me muerdo el labio antes de tomarlo entre mis dedos, llevándomelo a los labios antes de inhalar profundamente.

¿Qué tan difícil puede ser?

El humo llena por completo mis pulmones y cuando trato de soltarlo, me ahogo. La tos aparece en seguida haciéndome ver estrellas, me mareo y me desplomo en el sillón dejando caer el cigarrillo al piso mientras trato de cortar la tos y recuperar aire.

"¡Te lo dije! ¡Mierda que te lo dije Hemma!".

Tomó otro trago tratando de controlarme, los ojos se me llenan de lágrimas y me hago un ovillo en el sillón rosado en el loft de mi amiga, no dice nada. Se pone de pie después de acariciarme lentamente mi cabello y se aleja dejándome ahí.

I FEEL YOU / Pierre GaslyWhere stories live. Discover now