Overlord: Lords of Ooal Gown

Capítulo 44

"Sí, su alteza. Ella no solo está desesperada por obtener expiación por atacar a su Reina, sino también por reparar los puentes que quemó con su hija y su esposo debido a su devoción fanática a la religión falsa. Todo lo que ella necesita es un pequeño empujón y tendrás un sirviente que hará cualquier cosa en tu nombre. Una vez un fanático, siempre un fanático".

"Tal vez subestimé a Eleleth. Ainz dijo que era un demonio antes de convertirse en un ángel. Puede ser beneficioso dejar de mantenerla a distancia y dejarla ser la guardiana de la familia. Pero es primordial saber lo que ella misma desea además del poder".

"Llévalo a cabo entonces. Si tienes éxito, ¿cómo deseas ser recompensado?"

Eleleth se puso de pie inclinándose profundamente. "Estar en tus buenas gracias es suficiente como recompensa. Te informaré, mi emperatriz, cuando todo esté preparado".

"Bien. Entonces considérese el guardián oficial de la familia imperial". Albedo dijo que volvía a la costura.

Tomándolo como la emperatriz diciéndole que la conversación había terminado, Eleleth se inclinó de nuevo y salió de la habitación.

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El rey de la teocracia de Slane, Alaf se sentó solo en el trono. La reunión diaria con su principal asesor había terminado y todos los guardias también habían abandonado la sala del trono. Cada día el cardenal se ha vuelto más fanático, perdiendo lentamente cualquier sentido o razón.

La sensación de que él y su amada esposa Lumina eran los únicos que quedaban cuerdos en todo el palacio real se cernía sobre él. Tal vez no salir a la superficie con la suficiente frecuencia lo había hecho hastiado y pesimista, pero todos estaban demasiado ansiosos por liberar a Roble, a pesar de que los dioses monstruosos habían expandido su imperio y rodeado lentamente a su propia nación.

El capitán de las escrituras del Holocausto había informado que Nazarick había comenzado a apoderarse del Reino de los Elfos, y era solo cuestión de tiempo antes de que sus hordas de monstruos también se apoderaran de toda esa región.

Lo que más lo asustó fue la profunda sensación de maldad que sintió al hablar con el Dios de la Luz. Como si fuera algo increíblemente oscuro que aparece como su antepasado Dios.

Con un suspiro, se levantó del trono y caminó hacia su cuarto. Alaf abrió silenciosamente las puertas para no despertar a su esposa en caso de que durmiera. Dar a luz a su hijo le había quitado mucho, y ella necesitaba cualquier oportunidad de dormir que pudiera tener.

Sus temores de molestar a Lumina eran infundados mientras amamantaba a Alanus, quien bebía con avidez la nutritiva leche. La doncella de Lumina estaba parada junto a la cama, pero al ver que el Rey se acercaba, se inclinó y salió de la habitación.

"¿Cómo te sientes?"

"Cansado. ¿Cómo fue la reunión con Raymond?"

"Como siempre. Quiere iniciar la 'liberación' de Roble lo antes posible".

Lumina miró a su hijo y frunció el ceño. Ella también había conocido finalmente a su Dios, pero cuando lo hizo, en lugar de la alegría que esperaba sentir, el temor llenó su corazón. El Dios había expresado el gozo de su línea de sangre viviendo, pero las seguridades de que su hijo serviría a un propósito superior se sentían puramente siniestras.

"Mi amor, Alaf, no puedo dejar de pensar en qué tipo de futuro estamos construyendo para nuestro hijo", comenzó cuidadosamente. Alaf compartía su inquietud, pero expresar pensamientos heréticos era algo que no estaba dispuesta a hacer ni siquiera a su esposo.