la chica con síndrome del octavo año

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Hace algún tiempo conocí a una chica bastante peculiar. Era una chica linda sí, bastante, pero más allá de su apariencia había algo más que la hacía sobresalir de entre todos nosotros: La chica se creía una princesa de otra dimensión, enviada para salvar al mundo. ¿Cómo es que se llamaba ella..? Aaah, cierto se hacía llamar "Savitri, princesa del sol".  Ella siempre estaba con un largo vestido y portaba un "báculo mágico" con el que realizaba hechizos. A pesar de que ya estamos en el colegio ella llevaba todos los días aquel vestido, decía que sin él perdía sus poderes. Nunca le importó mucho que la hubiesen amonestado por el uniforme.
Cómo sea aparte de eso era una chica normal, muy dulce, era buena cocinera y llevaba todos los días "dulces mágicos" para el resto de nuestros compañeros, que ella misma hacía, decía que nos protegerían de los demonios si los comíamos, que nos protegería de cualquier cosa que pasara.  Esto no le gustó mucho a las demás chicas.
A pesar de su comportamiento extraño e infantil, su lado dulce y su atractivo físico había llamado la atención de todos los chicos de nuestra clase, quienes le seguían el juego y la tratábamos bastante bien.
Si puedo ser sincero, me enamoré perdidamente de esta chica, así que empecé a seguirla a todos lados, tenía el hábito de ir a lugares peligrosos con tal de cumplir sus "misiones" . En una ocasión la tuve que salvar de caer de una cornisa porque según ella quería exorcizar a un demonio.
Bueno como venía contándoles la niña había logrado molestar a las chicas, como resultado empezaron a acosarla. Todo empezó con cosas sencillas ya saben: apodos estúpidos, reírse de ella, no aceptar sus dulces, a pesar de que no les haría daño y eran deliciosos, incluso botarlos a la basura o no dejar que los chicos los aceptaran… Todo tipo de cosas sin sentido, y es que nada les costaba dejarla ser, no le hacía daño a nadie y es más a su manera mostraba aprecio por nosotros. Ahí fue cuando tuve que intervenir, no dejaría que la siguieran molestando, intervine tres veces. 
La primera les pedí por favor que dejaran a la pobre muchacha en paz, no debí hacerlo el acoso después de eso subió de nivel.  En una  ocasión la ataron y la encerraron en un armario de limpieza, llevaba todo el día pensando que estaba enferma hasta que su madre llamó a la escuela y dijo que su hija llevaba desaparecida toda la noche y un grupo de chicas se rió de esto. Ahí supe que algo andaba mal, busqué por toda la escuela sin parar hasta que la encontré casi muerta de hambre, llorando silenciosamente con la boca tapada y oliendo a orina y heces, la pobre chica había ensuciado su hermoso vestido, la llevé a casa con su madre
  Fue dónde intervine la segunda vez, dije lo que había pasado al director, también comenté sobre mis sospechas y le advertí al director, que si no habían represalias para estas chicas o para quien fuese el culpable de esto, pasaría de la defensa al contraataque, tenía mis recursos, mis padres son abogados. Para mi desgracia esto solo valió para que los novios de las chicas a las que acusé me dieran una paliza después de revisar las cámaras de seguridad de la escuela y confirmar mis sospechas, los chicos fueron expulsados y las niñas suspendidas, por alguna razón dejar a alguien sin comida y sin un baño durante todo un día era menos grave que pegarle a alguien, yo insistí a mis padres no levantar cargos, al menos por ahora, no hasta que  se detuviese el acoso hacia la pobre muchacha. 
Está fue la gota que derramó el vaso, verán, luego de eso las aguas de calmaron mucho, las chicas dejaron de molestar a la chica un tiempo, todo iba bien hasta aquella mañana de agosto… La escena era espantosa y humillante: la pobre estaba atada de pies y manos, desnuda en el baño de hombres, violada por un palo de escoba, llorando, de nuevo se había hecho del baño del susto y el trauma que esto le causó, inmediatamente llamé a mis padres. Nos presentamos a la oficina inmediatamente la chica había ido a parar a un hospital. Esta vez por alguna extraña razón no había vídeo entre las tres de la tarde y las cuatro… una hora de vídeo perdida, que casualidad. Está fue la tercera vez que intervine y esta vez volví acusar a las niñas de siempre. La madre de la pobre niña aceptó  nuestra ayuda para presentar cargos en contra de la escuela y en contra de las muchachas también. Esta vez fue muy tarde para la pobre muchacha. Se terminó arrojando del quinto piso del hospital en el que estaba, se quebró el cuello al chocar contra el pavimento.
Ahora estoy aquí, frente a su tumba, llorando por mi extraño amor desconsoladamente, toda la clase vino a presentar sus respetos, la mayoría de los chicos, sabíamos quienes eran las culpables de la muerte de la chica más dulce que hubiese habido jamás: las chicas. Todos las señalamos, pero no habían pruebas de que le hubiesen hecho lo que la llevó al hospital en el que estaba en primer lugar.
Escuché a una de ellas burlándose de la pobre chica y no pude más, lleno de ira me le abalancé y la golpeé sin piedad. Sé que no hay que golpear a las mujeres, pero eso no era una mujer era un monstruo cruel y sin corazón que se estaba burlando de su dulce compañera que le había ofrecido su amistad y que ella por supuesto rechazó por envidia. Y todo esto en su funeral, después de llevarla al suicidio en primer lugar.
  Dejen ser a esos chicos, ninguno quiera atención, se está conociendo a sí mismo a su modo. De hecho quieren pasar desapercibidos, quieren ser tratados como iguales a pesar de que ellos se crean un superhéroe o algo así. La mayoría busca ser quien son y no ser juzgados. Recuerden que esas personas también tienen derecho a vivir en paz.

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