¿Quién era la propietaria de esa melodía enigmática?
¿Por qué sus manos parecían tan naturales sobre aquel piano prohibido?
La curiosidad y el atrevimiento inundaban el ser de Mura. Sus pensamientos eran audaces pero también contenían un gusto culpa...
— ¿No es nada? —se acercó y tuve que levantar la cabeza para mirarlo—. ¿Tienes canciones a piano, Mura?
— ¿Qué? ¡No! —me apresure a negar—. Apenas y se tocar el piano.
El resoplo.
—Lo haces increíble, te apuesto a que puedes ganar el show si te lo propones y dejas la negatividad a un lado, fastidiosa.
—Sueles insultarme mucho.
—No te insulto—me lo dijo estando muy cerca—. Es que fastidias con tu negatividad, Murita.
—Eres un idiota—lo empuje para irme a la habitación de Lavery.
— ¡Nos vemos mañana, Murita! —gritó y le tire la puerta.
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La habitación de Lavery es demasiado acogedora con paredes color lila y su cuarto amueblado a la perfección.
— ¿Pedimos algo de comer? —me pregunta la rubia saliendo del baño de su habitación. Niego.
—Tu hermano de dio Dona de chocolate, estoy que exploto.
—Me refiero a que si quieres algo para más tarde, no sé, ¿Pizza? —sonrió.
—Te lo agradecería, y que sea de peperoni, por favor.
—Dalo por hecho.
Sonrió. Ella tiene sobre su escritorio su portátil, unas partituras y un cuaderno viejo. ¿Ella compone?
Lo tomo en mis manos y tiene ese olor a libro viejo pero que da paz interior.
— ¿Compones?—Cuestiono. Ella sonríe.
—Es un diario—dice—. Era de mi madre. Y no, ojala esas canciones fuesen mías, son preciosas.
—A ti no te afecta tanto como a el—ella me mira confundida—. Me refiero a Zack, a ti no te afecta hablar de tu mama. Pero a él si le afecta mucho de algún modo.
—Zack siempre fue un chico con problemas para socializar y más para hacer amigos—confiesa—. Solo ha tenido un par de amigos pero el único que siempre estuvo con él fue...
—Falcon.
—Si. Sus problemas no son de mi incumbencia, pero, sea lo que sea, yo e que Falcon jamás haría algo para lastimar a Zack. No sé por qué Zack no le queda claro eso de una buena vez.
—Te entiendo.
— ¿Lo entiendes? —asiento.
—Falcon me conto un poco sobre lo que sucedió entre ellos.
— ¿Eres muy cercana a Falcon? —cuestiona muy interesada.
—No pienses mal, es mi amigo. Pero nos llevamos muy bien, él es genial.
