—Nada que pueda contarte por teléfono —repuso el pequeño, escueto pero a la vez trémulo—. Alguien podría pinchar el cable y escucharnos.

—Oye, trato con psicópatas temporales y permanentes: sé cómo cuidarme. Tengo un aparato que controla la seguridad de todas mis conversaciones. Créeme, no hay nadie del otro lado.

Su paciente hizo un juego de cejas desde el otro lado, algo incrédulo. Se detuvo un momento, evaluó los pros y contras de su decisión, y decidió escupir la noticia.

—¿Recuerdas que había un mensaje eliminado de mi tío Oliver en el teléfono de Chris?

—Sí.

—Bueno, la policía lo recuperó. El mensaje de Oliver tenía dos cosas: la frase «Be Careful With It», con la inicial de cada palabra en mayúscula, y el enlace a un blog.

—¿A un blog?

—Sí, El Globo. Aunque creo que ya lo conoces.

En ese momento, el bolígrafo del de ojos violeta dejó de dar golpecitos contra el papel. Solo hubo un silencio profundo, que pronto fue interrumpido por un objeto que se cayó. El cuaderno, supuso el pequeño.

—No tenía idea. No busco demasiadas cosas en Intern…

—Es una página que se ha vuelto muy popular en este último tiempo —lo interrumpió su paciente— desde que un tal Harry Müller comenzó a publicar algunas entradas. Las tres se relacionan con mi familia y, aunque no lo creas, contigo.

—¡¿Qué carajos?!

Su respuesta parecía sincera; el niño sabía que es muy difícil simular emociones, pero no subestimaría a un especialista en mentes humanas. Insistió con esa misma perseverancia que hubiera tenido en persona. Con voz clara y pausada y con una mirada que podría perforar el teléfono, dijo:

—¿Seguro de que no lo conoces?

—No entiendo por qué debería. Ya te dije que no soy muy amigo de malgastar tiempo en Internet.

—Porque hablaba sobre tu… accidente con Carrie. Ya sabes, sobre ese día que ibas por la carretera a toda velocidad y casi…

—De acuerdo, de acuerdo —intervino el otro, con un tono de voz más severo de lo habitual—. Comprendo tu punto.

—¿Entonces lo conoces?

—No sé por qué insistes tanto en esto.

—Porque sé que mientes y porque Harry Müller sabe detalles de mi vida que casi nadie conoce. Tú eres uno de ellos.

—Oliver también los sabe. Y Dylan. Y Sien. Y Paris. Y Chris. Y Robin.

Golpe bajo. La dignidad del pequeño se encogió un poco, no demasiado. Las peleas eran el pan de cada día; estaba acostumbrado a peores tira y afloja.

—Dylan y Sien me dijeron que habían hablado contigo sobre el accidente hace unos días.

—Pues habrán hablado con otro Azrael.

—Mientes.

—¿Entonces por qué hablas con un mentiroso?

—Porque sé que este mentiroso es el único que me escucha.

Suspiro largo. Dos pasos, quizá tres. Una persona que se pone de pie con los puños crispados por la furia, las venas calientes y los ojos alertas a cualquier peligro.

—Mejor dejemos de pelear e intentemos resolver este misterio juntos. —El de ojos violeta hizo dos chasquidos extraños con los dedos que se escucharon con claridad del otro lado—. ¿Me dices que Oliver descubrió el sitio? ¿Y se puede saber qué estaba haciendo en Blogger para encontrarlo?

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⏰ Última actualización: May 01, 2022 ⏰

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