Cherry | Jess Mariano

25. Should I Stay or Should I Go.

Lorelai pone su mano alrededor de mi hombro. —Cuidaré bien de ella—, le asegura a mi madre. —Tal vez incluso les ofrezca a ella ya Jess llevarlas.

Gimo y me alejo de ellos. Agarro mi mochila escolar y otras pertenencias. Si iba a trabajar todo el día seguro que no sería con esta falda. Me despido de mi madre y de Rory antes de decirles a Lorelai y Luke que volveré pronto.

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—Maldito Luke y su estúpida altura y su estúpido cerebro por no tener escaleras— gimo mientras trato de equilibrarme en las dos cajas vacías. Dos años de trabajar con Luke y todavía no ha conseguido una escalera ni siquiera un taburete. Si me caigo y muero, definitivamente regresaré para perseguirlo.

El almacén estaba tenuemente iluminado por la puerta abierta mientras intentaba llegar a la parte superior de los estantes para conseguir algunos granos de café que tanto necesitaba. Luke probablemente los almacenó tan alto que Lorelai no pudo alcanzarlos. Probablemente no ayudó ya que ambas tenemos la misma altura.

Podía sentir las cajas de cartón tensarse bajo mi gran peso. —Solo un poco más—, murmuré cuando sentí que mis dedos rozaban los paquetes de café. El paquete estuvo a mi alcance en el mismo momento en que sentí que las cajas cedieron debajo de mí.

Dejé escapar una fuerte maldición mientras esperaba golpear el suelo frío y duro. Pero en lugar de eso sentí un par de cálidos brazos envolverme antes de que pudiera tocar el suelo. Miro hacia arriba y veo a Jess de pie allí, sosteniéndome en el lugar. Era como esa escena cursi en una de esas películas donde el chico salva a la chica de caerse.

—Cuidado, Cherry. Algunos podrían pensar que estas cayendo por mí—Bromeó mientras me soltaba. Él me sonrió mientras me sonrojaba profusamente.

—Ja, ja—dije sarcásticamente para cubrir el ceño fruncido que se formaba dentro de mí por la falta de su toque. —Bromea contigo, porque me las arreglé para conseguir los granos de café—. Triunfalmente sostengo la bolsa en mis manos.

Jess ahogó una risa mientras miraba la bolsa. Frunzo el ceño, sin saber qué es tan divertido. Miro la bolsa y dejo escapar un fuerte grito ahogado. La bolsa tenía un gran agujero en un lado y los granos de café se derramaban. Debe haberse abierto en uno de los estantes durante la caída.

Rápidamente me arrodillo en el suelo mientras murmuro un rápido —¡Mierda! —Traté de juntar tantos granos de café en mi mano como pude. —Ahora tengo que pagar por esta bolsa de granos de café.

Jess sonríe levemente antes de dirigirse al fondo de la habitación para recuperar una escoba. —Sabes, hay muchas cosas que podríamos hacer con esto—. Dice mientras barre el desastre que hice.

Amontonando las cajas en un rincón decidí seguirle la corriente. —¿Oh, sí? ¿Cómo qué?

—Podríamos lanzárselos a Taylor durante la reunión de esta noche— sugiere.

Levanto una ceja hacia él. —¿Vienes a la reunión del pueblo?

Él solo se encoge de hombros. —Pensé que debería tener la experiencia completa de Stars Hollow.

Ambos salimos del almacén. Todo el lugar estaba vacío excepto por Lorelai de pie detrás del mostrador. —¿Qué están haciendo ustedes dos allí? —pregunta acusadora mientras siento que el calor me sube a las mejillas.

—Nada—Jess descarta mientras se va a tirar los granos de café.

Una vez que se fue, Lorelai se acercó a mí. —Entonces— comienza mientras mueve las cejas. —¿Qué estaban haciendo tú y James Dean allí atrás?

—No es lo que estás pensando, eso es seguro.

—¡Oh vamos!— Ella gime con las manos en las caderas. —Estás ahí, luego entra Jess. Hay un gran estruendo y ustedes dos salen todos rojos.

Me burlo de sus implicaciones. —Él no estaba rojo, y yo tampoco—, niego mientras tomo un trapo y limpio algunas mesas.

Lorelai, tan persistente como siempre, me sigue. —¿Hola? Ustedes dos estaban tan rojos que pensé que el almacén se había convertido en un baño de vapor.

Jess volvió al restaurante con el recogedor ahora vacío. Echó un vistazo al restaurante desierto. —Bueno, ya que este lugar es un pueblo fantasma, voy a ir arriba.

Se dirigió hacia los escalones, pero Lorelai lo detuvo. —No es necesario, pequeño Romeo—. Jess y yo le lanzamos una mirada a esto. —Me iré, Luke necesita mi ayuda para algunos de los arreglos para mañana. Tienen que cerrar—. Agarra su bolso del gancho en la puerta. —¡Esten a salvo!— Ella grita antes de salir del restaurante. Dejándonos a Jess y a mí con muecas iguales en nuestros rostros.

—Entonces,— comencé torpemente mientras ambos nos mirábamos en el restaurante ahora vacío.

—Entonces— Jess repite con cautela, sin duda escuchó todo lo que dijo Lorelai antes de entrar.

Mis ojos miran alrededor del restaurante antes de aterrizar en el estéreo detrás del mostrador. —¿Música?

Me envía una pequeña sonrisa. —Música.— Se dirige hacia el estéreo antes de sacar un CD de debajo del mostrador.

—Pon buena música— digo desde el asiento en el mostrador.

—La única música que conozco es buena música— responde antes de caminar hacia mí. Dejo escapar una sonrisa cuando escucho la introducción de guitarra demasiado familiar.

'Darling you got to let me know, should I stay or should I go?'