— ¿Qué le pasa?

— Y a mi qué me preguntas.

Yan Ji suspiró cerrando sus ojos con cansancio.

— Xia Gang... Fue una pregunta retórica. ¿Cómo es que tú bar aún no se ha ido a la quiebra teniéndote como dueño?

— Estás hablando con el máster en negocios. Sabes cuántos inversionistas tengo en fila par- — se detuvo al ver la cara de amigo. — ¿Fue otra pregunta retórica?

— ¡Sí idiota!

Xia Gang iba a reclamar, pero se detuvo en cuanto escuchó la puerta del baño abrir y pasos torpes.

Ambos salieron de la cocina para encontrarse al castaño recostado en la pared.

— Yibo. Necesitas dormir.

— Hermano, vamos a tu habitación.

No me recuerda.

Yan Ji y Xia Gang se detuvieron al escucharlo hablar.

— Tuvo un accidente... Y ya no sabe quién soy — habló aún mostrando los estragos de la cantidad de alcohol que había tomado.

— Y se va a casar — dijo dejando sus lágrimas correr. — Con una chica hermosa que sabe hablar coreano y chino a la perfección — sollozó. — Le compró un gran anillo de diamantes que presume con tanto orgullo... Él la quiere y no tiene miedo de demostrarlo.

Ambos amigos se miraron entre sí con sus abiertos como platos.

Xiao Zhan. Fue lo que los dos modularon al mismo tiempo.

Y entonces comenzó a deslizarse hacia abajo hasta llegar al suelo.

— ¡Ey, ey! — se alarmaron los amigos al verlo deslizarse.

— Si tan solo yo hubiera sido valiente ante el pasado...

— Yibo... Tú mismo dijiste que él nunca confirmó si los rumores eran falsos o ciertos. Solo te dijo que sí para que te alejarías de él — Yan Ji recibió un golpe por parte del rubio, quien con señas, le pidió que se callara.

Y con esas palabras, Yibo comenzó a llorar de verdad, ya no eran solo pequeñas lágrimas rodando por sus mejillas, era un llanto lo bastante fuerte como para desesperar a su amigos, quienes intentaban decirle todo tipo de palabras bonitas para que se calmara.

— Tal vez solo son amigos.

— ¡Sí, pueden ser amigos!

— ¡Los amigos no se besan! — comentó en un sollozo. — Tampoco comparten anillos de matrimonio.

Y ahí descubrieron la razón por la que Wang Yibo había bebido como si fuera el último día de su vida. Se había encontrado con Xiao Zhan, y no de la mañana en la que le hubiera gustado.

A la mañana siguiente, Yibo despertaba gracias al tormentoso dolor de cabeza que estaba experimentando, soltó un pequeño quejido ante el dolor, y frunció su ceño cuando sintió peso sobre su cuerpo.

Abrió los ojos y se alejó de golpe al encontrarse a Xia Gang abrazándolo cual koala, pero su intento de alejarse fue en vano, no pudo lograrlo.

— ¡Quítateee! — pidió forcejeando.

¡Deja de moverte! — reclamó el rubio adormilado.

— ¡Quítate o te quito!

Fueron las únicas palabras que necesitó para ser soltado y de paso, casi logar caer de la cama.

Without You  ▪︎ [ZhanYi]Where stories live. Discover now