—También tenemos que ir a Miconos.

—Tú sólo quieres ir allí por las fiestas —replico, sonriéndole con complicidad.

—Por supuesto.

Ambas nos reímos por su respuesta mientras seguimos ideando planes para los que, por supuesto, no tenemos dinero.

Ella me comenta que quiere hacer un año de erasmus en Italia, e intenta convencerme para que lo hagamos juntas, sin embargo, nada más lejos de mis planes. Estudiar medicina en otro idioma, por muy parecido que sea, no me entusiasma en absoluto. Ella insiste en que es una experiencia que sólo se vive una vez en la vida, pero, por el momento, no es una por la que yo esté dispuesta a pasar.

Las calles están prácticamente vacías, pues toda la gente se concentra en las terrazas de los bares. A juzgar por cómo están todas las terrazas por las que pasamos, no estoy segura de si habrá alguna mesa libre en la heladería.

Me distraigo durante unos segundos, mirando el móvil, y siento el codazo repentino que me propina Ari. Ella no dice nada, así que levanto la mirada. Tiene los labios fruncidos y las cejas arqueadas, como si hubiera visto algo que la ha sorprendido. Vuelvo la vista al frente, encontrándome con una mirada familiar.

—No puede ser —comento, intentando que no se note la sorpresa en mi rostro.

—¿Le vas a saludar?

—Claro —respondo, como si fuera algo evidente—. Aunque hace semanas que no sé nada de él.

Cristian y un par de amigos suyos caminan en nuestra dirección y parecen habernos visto. Él me ofrece una pequeña sonrisa, casi tímida. Nuestra relación se terminó hace un par de meses, lo cual no llevó nada bien. Por el bien de ambos, decidí que lo mejor sería separarnos un tiempo, antes de intentar ser amigos. Él me llamaba todas las noches, me suplicaba llorando que volviéramos a darnos otra oportunidad, pero ya no me quedaba amor que ofrecer a esa relación y, con todo el dolor de mi corazón, tuve que tomar la mejor decisión. Llevábamos mal bastantes meses, no pasamos por una buena racha, pero espero que con el tiempo podamos ser grandes amigos.

Miro a Ari una última vez, algo nerviosa al ver a sus nuevos amigos. Cuando lo dejamos empezó a hacer nuevas amistades que no me gustaban en absoluto y, aunque intenté hacerle entrar en razón, decidió que ellos era lo que necesitaba en estos duros momentos. Yo simplemente respeté su decisión, aun sabiendo que era la peor de todas las opciones. Chicos que fuman porros, no aspiran a nada en la vida y que, por si fuera poco, andan de pelea en pelea. Un ambiente que, para nada, se asemeja a su personalidad.

Sería mentira reconocer que no me importa nada en absoluto, pero, me temo, que mantenerme al margen será lo mejor para todos.

Cristian se para a escasos metros de nosotras y sus amigos imitan su gesto.

—Hola —saluda con una sutil sonrisa—. Qué casualidad...

Suelto una suave risilla, nerviosa.

—Sí... —Respondo, sin saber qué decir.

—¿Qué tal estás? Hace mucho que no nos vemos —Ari lo saluda tan amigable como siempre, incluso acercándose a él para darle dos besos.

Cristian la recibe con algo de sorpresa, pero parece darle confianza para seguir hablando. Lo conozco lo suficiente como para saber que pensaba que Ariadna cambiaría su actitud hacia él sólo por haber terminado nuestra relación.

—Pues... bien, tú ya sabes... Voy a empezar un curso para ser mecánico y así poder trabajar en el taller de mi tío —comenta, bastante contento—. Ya sabéis que no encontraba nada que me gustase, pero vi eso y me lancé.

—Me alegro mucho por ti, de verdad —digo con sinceridad.

Él me sonríe.

—Y ¿cómo os va a vosotras, chicas universitarias? —Pregunta, enfatizando las últimas palabras.

—Preparándonos psicológicamente —bromeo.

Tras un par de comentarios y un silencio ligeramente incómodo, procedemos a despedirnos. Es extraño ver cómo después de salir durante más de dos años con una persona, ahora se producen silencios incómodos imposibles de rellenar.

Ari espera unos segundos, hasta concienciarse de que están lo suficientemente lejos como para no poder oírnos.

—Está algo desmejorado, ¿no crees? —Me mira algo entristecida.

Al fin y al cabo, durante más de dos años también estrecharon lazos, hasta ser buenos amigos.

—Ha cambiado un poco... —Hago una pequeña mueca—. No lo está pasando bien —afirmo.

—Ha sido lo mejor para los dos. Tenía mucha dependencia... —Suspira.

—Lo sé... Lo supe desde hace mucho, pero, supongo, que no sabía qué hacer al respecto. —Guardo silencio un instante antes de volver a hablar—. Mejor hablemos de otra cosa.

Ella asiente con la cabeza, todavía algo preocupada.




Hola!

Instagram: alicialowell

Estoy de vuelta! Espero que os esté gustando la historia. Aún estamos formando los cimientos de esta historia llena de amor, drama y pasión. Estoy muy emocionada con este nuevo proyecto y espero que, poco a poco, os vaya atrapando también a vosotrxs.

En mi Instagram publico imágenes de los personajes (ya he publicado una foto de Hugo), así que si tenéis curiosidad sobre cómo me lo imagino, ya sabéis!

Gracias por todo vuestro apoyo (cada días somos un poquito más) ❤️

Alicia 🦋

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 26, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

La Suerte de Coincidir ©Where stories live. Discover now