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↬ Mini historias especial NCT Dream.
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El viento sopló entre tus extremidades cuándo caminaron por el parque lleno de personas a su alrededor. Hoy era un lindo día de invierno y gracias al sol brillante de esta mañana tu y Boo habían podido salir a caminar.
Los niños corrían y jugaban entre ellos, sus padres charlaban y los veían, mientras acariciabas a tu perro animadamente.
"¿Quieres correr, pequeño?" preguntaste acariciando sus orejas, Boo pareció entenderte y comenzó a mover su cola en aprobación. Quitaste el seguro de su correa y cuándo le indicaste que podia correr, el canino comenzó a alejarse de ti corriendo felizmente entre las personas.
Sonreiste sentandote otra vez cuándo los niños jugaban con el, acariciándolo y jugando con sus juguetes. Tomaste tu móvil revisando las notificaciones y contestando algunas de ellas, disfrutando del caliente sol. Cuándo terminaste volviste la vista hacia los niños, pero te sorprendiste de no ver a tu perro entre ellos. Giraste tu cabeza un poco y no estaba tampoco, te levantaste de tu lugar caminando rápidamente hacia la multitud buscando a Boo.
"¡Boo!" gritaste llamándolo. Tus pies se dirigían sin sentido hacia el otro lado del parque. "¡Boo!" volviste a gritar desesperada.
Un golpe en tu pie te hizo girar rápidamente, viendo el hueso de juguete de tu perro, lo intentaste tomar pero un perro blanco saltó hacia a ti comenzando a lamer tu rostro feliz.
"Hola... preciosa Daegal" saludaste acariciándola al leer su collar. "¿Has visto a Boo?" preguntaste mostrándole el juguete.
"Parece que encontramos a tu dueña, Boo" escuchaste a tu lado. Tus ojos se dirijieron a la persona que hablaba y saltaste para abrazar a tu perro cuándo corrió hacia a ti. Tu corazón volvía a latir con regularidad y la alegría inundó tu pecho. "Estabamos buscándote" sonrió el chico.
Rápidamente te levantaste hacia a él inclinandote. "Muchas gracias por cuidarlo" agradeciste, viste a un lindo joven de tu edad sonriendote.
"Creo que sin dudas volveremos a vernos" señaló con su cabeza. Y tu sonrisa se marcó grandemente cuándo viste a la pequeña perra lamer a tu perro, invitándolo a seguirla y comenzando a correr por el césped jugando entre ellos.
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