Puedo leer mentes, pero no ser marcado

Capítulo 4 - ¿Quieres algo?

Lin Han retiró inconscientemente su mano en un instante. Incluso pensó que había escuchado mal. Pero no pudo volver a tocar la otra mano para verificar si esas palabras eran ciertas o no. La imagen que tenía de He YunTing era altiva y antipática.

Lin Han había oído que era el Alfa superior del imperio, y había muchos Omegas que le habían mostrado su afecto, pero él los ignoraba, y a veces ni siquiera les dirigía una mirada. Además, después de haber escuchado la grabación de la otra parte una vez, esta impresión estaba aún más estereotipada en su mente.

Pero lo que acababa de escuchar había cambiado por completo todas las percepciones de Lin Han sobre el establecimiento de He YunTing. Recordó en muy poco tiempo, y si había escuchado correctamente, He YunTing dijo exactamente eso.

Su propio celo no había llegado, los inhibidores se usaban siempre, así que era razonable decir que era imposible oler su feromona en absoluto.

¿Las células olfativas del General están en sus grandes manos?

Y él 'quiere marcar' o algo así...

Pensando en esto, Lin Han, que tenía buen humor, enfrió su rostro.

"Disculpe". Volvió a ponerse los guantes blancos y dio otro paso atrás, apartando los ojos del rostro perfecto del otro hombre.

Pero las palabras del corazón del General aún permanecían en sus oídos y no se iban. Aunque había muchos Alfas en el Instituto, Lin Han había oído muchas voces interiores extrañas antes, cuando despertó por primera vez esta habilidad, pero no tan directas como ésta de ahora.

Incluso si olía bien, y el otro se ponía duro... Lin Han se quedó sin palabras.

Por un momento, Lin Han incluso quiso mover sus ojos hacia abajo.

Realmente quería ver lo que había bajo el uniforme de este General.

Lu AnHe observó nerviosamente la atmósfera entre los dos, y pensó que Lin Han debía ser una persona educada, pero no esperaba que cuando los dos se dieran la mano, el joven se retirara primero.

Pero todavía había mucha gente alrededor, así que Lu AnHe sólo pudo interrumpir: "General, señor Lin, ¿podemos dar un paso fuera para hablar? No es bueno tener gente mirando".

He YunTing, que no sabía lo que estaba pasando, le dirigió una mirada contrariada, diciendo algo así como que sólo se estaba hablando de un mecha, así que ¿por qué cambiar de sitio?

Lin Han se mostró indiferente, e incluso empezó a arrepentirse por séptima vez de por qué había aceptado esta invitación.

Lu AnHe fingió estremecerse ante la mirada de He YunTing por un momento, luego tosió ligeramente y le dijo a Lin Han: "Entonces, señor Lin, por aquí, por favor".

En comparación con He YunTing, Lin Han tenía una impresión mucho mejor de este ayudante, así que no rechazó inmediatamente a Lu AnHe, sino que se limitó a evitar su mirada de la estatua que tenía delante y asintió con la cabeza para seguirle.

Lu AnHe llevó a los dos a la sala lateral que estaba a unos pasos, "Espera un momento, te traeré una copa de champán".

Lin Han asintió.

Aunque había un sofá detrás de él, He YunTing seguía meticulosamente erguido.

En cuanto Lu AnHe se marchó, el ambiente incómodo entre los dos volvió a surgir. Había un gran reloj en la sala lateral, que también permanecía en silencio como ellos, con sólo un sonido mecánico que indicaba el paso del tiempo.

Pero Lin Han no iba a quedarse más tiempo.

Cuando se arrepintió de haber dicho que sí a esta invitación por octava vez, decidió tomar la iniciativa y abandonar este incómodo lugar. Empezó a echar de menos el cielo estrellado que veía desde la terraza del Instituto, y el metal sin vida pero tranquilo. Aunque, hace un momento, había pensado que el color de los ojos del General era mejor que ese mar de estrellas.