✿Unidos Por Ti✿ Ari Y Andrés (Raptor y Sparta)

✿Capitulo #15✿

Pasaron dos días, Andrés no despertaba.
Ari estaba tan triste y destrozado...

Solo tenía la compañía de Teo.
Ari pasaba casi todo el día llorando.
¿Que podía hacer pasa que Andrés despertara?

A la tarde del tercer día, Ari estaba sentado frente al jardín de los Cactus que sembró con Andrés. Cuando derrepente empezó a nevar de la nada.

Ari miro hacia arriba con lágrimas en los ojos.

Ari: ¿Pero porque está nevando?
*Se levanta* Vamos Teo, entremos porque está haciendo algo de frío.

Después de entrar, Ari le dió de comer a Teo y se fue al cuarto de Andrés.

Ari al entrar vio a Andrés acostado en su cama, el chico que es especial para el, aquel chico que lo apoyo en los momentos más difíciles de su vida...

Ari se arrodilló al lado de la cama de Andrés, y empezó a decir:...

- Hey, Andrés. No sé que puedo hacer para que vuelvas a abrir esos lindos ojos que tienes, quisiera que pudieras ver la nieve que cae en estos momentos...

- Yo... Te amo Andrés, no sabes cuánto, desde que te conocí me enamore completamente, hubo un chispaso en mi corazón, daría lo que sea pasa que te despiertes y estes conmigo otra vez.

Ari, no quería llorar de nuevo, pero le fue imposible...

Después Ari le tomo la mano a Andrés y le dió un pequeño beso.

Cómo hacia frio, Ari tomo unas mantas y tapo a Andrés. Luego se fue a la sala.

El también agarro un suéter (o polera) para taparse, y luego salir a la puerta de la casa. Pero no estaba solo, Teo apareció junto a Ari otra vez.

Y así estuvo un rato, miraba la nieve caer... Ari de pronto escucho un sonido cerca de los arbustos.

- Ari: ¿Y ahora que? *Dijo confundido*

Teo fue y se acercó lento, Ari se levantó y fue detrás de Teo.

Cuando vieron, aparecieron atrás de esos arbustos un conejo y un cerdito, partes del pelaje del conejo eran amarillas, al igual que la piel del cerdito tenía manchitas amarillas y doradas.

Esos dos animalitos salieron corriendo al ver a Ari y a Teo.

El gato color naranja fue tras ellos.

Ari: Teo! No te vayas! Gatos tenían que ser! *Dijo frustrado*

Ari no tuvo de otra que ir a perseguirlo.

Ya caía la noche, y la nieve no dejaba de caer, Ari seguía persiguiendo a Teo, pero tropezó y calló cerca de unas piedras.

Ari se lastimó el brazo y tenía las manos con heridas. Luego apareció Teo.

Ari: Gracias Teo por traerme hasta acá, mira lo que me pasó por tu culpa. *Dijo enojado*

- (Pero, otra vez estoy hablando con este gato, no puede ser) *dijo en su mente*

Ari se levantó y se sacudió. Pero le dolía mucho el brazo.
Ya estaba a punto de irse, cuando vio cerca de ese lugar al conejo y el cerdito otra vez.

Pero detrás de ellos miraba un resplandor color dorado. Los animalitos salieron corriendo.

Ari se acercó a ese lugar con Teo a su lado, y vio ante sus ojos unos lindos árboles, y en sus ramas tenían hojas doradas resplandeciendo por todo el lugar.