Capítulo 42. Sorpresa

Começar do início
                                    

Los alfas me huelen, Axe hace intentos por soltarse, pero Saw lo agarra fuertemente de la cadera. Y lo penetra más y más fuerte.

Pero no puedo moverme y Axe no para de mirarme y gemir.


La alfa le muerde y veo, atónito, como Axe eyacula delante de mí.

Como si una soga me tuviera preso, esta se libera y yo salgo corriendo de allí.

Escucho mi nombre, Axe me está llamando, pero yo solo quiero alejarme de él, de ellos.

Nunca he tenido un celo, nunca he sufrido eso que me ha contado Blue, pero sí puedo simularlo, si puedo dejar salir tanto lubricante de mi cuerpo que cualquier alfa se enloquecería por el olor.

Y es eso lo que mi manada me hace hacer, me usa de cebo para atraer a los alfas que haya y hacerlos pelear por mí, para caer sobre ellos en el momento más bajo.

Húmedo y humillado vuelvo a ser encerrado, salvo que esta vez todo ha sido al revés. No he sido yo el que los he enloquecido, han sido ellos a mí.



Axe


Saw no me ha dejado salir corriendo desnudo detrás de Honey, se veía completamente asustado.

—No debiste seguir —le espeto, vistiéndome.

—Él no debió entrar, y aún así lo hizo —dijo ella sonriendo —¿tienes algo que contarme?

Saw no puede verse más distinta al pequeño omega que ha salido corriendo asustado.

Joder, él no debería habernos visto así. Lo que menos necesitamos es otro escándalo.

Pero me doy cuenta de que no es por el escándalo, es porque me ha gustado, me ha gustado verle y que nos viera y está tan mal a tantos niveles.

No con él, nunca con él. Siento como si de alguna manera lo hubiera mancillado, y aún así mientras me corría lo he deseado muchísimo.

Me siento cansado, las cosas en la manada están muy complicadas y el paseo de Blue ha levantado nuevas ampollas.

Ha hecho algo que no debe hacerse, y su alfa se lo ha dicho, y aún así, el omega ha continuado.

Y no tiene nada que ver con los gammas, sino con nosotros, los alfas.


El tema de nuestros hijos es un tema muy complicado, y Blue ha metido sus dedos en la llaga.

Habrá problemas, unos nuevos o viejos según se mire.

Saw me abraza por detrás, y lame la mordedura que me ha hecho.

—¿Lo has tocado? —me pregunta, y su tono es entre excitado y celoso, la miro sorprendido.

—¿Estás loca? Ese omega era para Hammer . —Ella asiente, y continúa lamiéndome el cuello.

—¿Lo deseas? —Esa es una pregunta que hubiera contestado rápidamente hace unas horas. No.

Como no siento deseo por nadie más en esta manada, salvo por Dagger y ella. Lo sabe, me conoce, me conoce demasiado bien.

—Pero ya no es de Hammer, y puede ser tuyo, o mío.


Me incorporo para mirarla y para alejarme de ella.

—Ese omega es tuyo, Axe —dice ella convencida—. Y está claro que él te eligió.



Saw


He esperado muchas cosas en mi vida, pero que un omega se cuele en una habitación mientras dos alfas practican sexo no es una de ella.

A diferencia de Axe, yo no tengo problemas con mis deseos, pues son eso, deseos.

Somos alfas, luchamos y follamos sin problemas, aunque últimamente todos estos principios se están complicando bastante.

Yo sí deseo a ese omega, yo sí tomaría a ese omega, de hecho, lo hubiera hecho si no hubiera estado metida dentro de Axe.

No tiene nada que ver con el amor, no tiene nada que ver con lo que Dagger y Blue tienen, no es eso. Y me inclino a pensar que si nuestra manada no tuviera tan férrea jerarquía, ese omega ya tendría alfa.

Y es por eso que los omegas casi se extinguieron, por alfas como nosotros. Pero negar el deseo que nos despiertan es absurdo.

Aún tengo su olor en mi nariz, delicioso.


Pero Axe no es así, él necesita querer, no le basta con desear.


Y creo que se siente mal por haber deseado a alguien al que aún no quiere.

De solo pensarlo me duele la cabeza, y aún nos queda el misterio de los dos gammas.

Pero no hoy, y no ahora, ahora arrastro a Axe de vuelta a la cama, necesitamos dormir, tenemos demasiados frentes abiertos. Y este sin duda, no es el más urgente, o al menos, es lo que yo creo.


Me abrazo a Axe y él me cubre con los suyos, le huelo y huele a hogar, al lugar donde siempre voy a querer volver. Aún así, el olor a miel y canela es muy, muy agradable.


Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.


¿¡Qué ha pasado!? Sara, por Dios, deja a la gente tranquila, leche.


Nop.


Sí, hablo sola XD


Ea, pues ya la hemos liada parda, nos leemos el domingo.


Buen finde.

Besos

Sara

GammaOnde histórias criam vida. Descubra agora