Fue el final de Lombardía, que había reinado como la familia más grande del continente durante 250 años, a la par con la Familia Imperial de Lambrew.
Después de que mi abuelo, Lulac Lombardi, falleciera; su primer hijo y heredero, Viese Lombardi, to...
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— No, no me matarán —dije firmemente sin dudarlo.
— ¿No vas a irte? Pero...
La mirada de Pherez apunta instintivamente al costado del Palacio de la Emperatriz.
No importa lo pequeño que sea, probablemente lo sepa.
Es la Emperatriz quien mató a su madre, está quitándole todo lo que debería tener y matándolo lentamente con veneno.
Pherez me miró con asombro por un momento, luego volvió a negar con la cabeza.
— No. Las personas que me ayudaron están muertas, heridas o se han ido. Así que tú también vas a estar igual. No deberías estar aquí.
Esta vez estaba realmente molesta.
¿No deberías tener que agarrarte a alguien y pedir ayuda?
Abrí mi bolso algo brusca y con una sensación de confusión. Y saqué el frasco que traje.
Sentí los ojos rojos mirándolo de cerca.
— No te preocupes. No pueden tocarme.
— ¿Por qué?
— Porque...
Me sentí enojada y las palabras ásperas se derramarían, pero todavía estaba frente a un niño, así que hice todo lo posible para purificarlo.
— Porque mi abuelo es tiene cien veces más poder que la persona que te está acosando.
— ¿Abuelo?
— Sí
— Te envidio... —Pherez dijo, moviendo su dedo meñique.
Me pregunté si podría contarle la historia de mi abuelo a un niño que se quedó solo, pero dije, tocando los hombros del Segundo Príncipe de manera más casual.
— Y tú, yo te ayudaré. Así que no te preocupes por mí, bebe esto.
Tan pronto como tuve prisa, vertí tanta medicina como me dijo Estella en la tapa del frasco.
Debido a que es un concentrado espeso, tuve que mezclarlo en agua para reducir el sabor amargo, por lo que ahora esta mejor.
Pherez echó un vistazo a la pequeña tapa que yo había puesto, la tomó con cuidado y se la bebió.
— Pherez ¿Por qué?
Era obvio que sería suficiente para hacer temblar todo mi cuerpo, pero no frunció el ceño ni una vez.
— No debes comer nada que te den los demás. ¿Estás bien? ¿Por qué lo has recibido sin dudar?
Estaba muy preocupado por la actitud del Segundo Príncipe, que ni siquiera se mostró cauteloso.
Conozco el pasado, el presente y el futuro de Pherez, así que incluso si lo conociera por primera vez hoy, siento que lo conozco ya desde hace tiempo.
El Segundo Príncipe recién me vió hoy por primera vez.
