black holes and revelations | ls

𝐨𝐮𝐫 𝐡𝐨𝐩𝐞𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐞𝐱𝐩𝐞𝐜𝐭𝐚𝐭𝐢𝐨𝐧𝐬

No obstante, a pesar de que su compañero no agrega nada más y parece haberse olvidado por completo del bochornoso momento, Harry aun no se puede mantener en paz. Las pequeñísimas letras del antiguo libro lucen revueltas entre ellas mismas dejando frases sin sentido que no puede concentrarse en comprender.

Sabe que si abre la boca quizá todo se volverá peor, como el doble de vergonzoso y tenso entre ellos, pero al final de cuentas era lo mínimo que podía hacer por él luego de ayudarle en lo que sea que fueran sus planes extraños sin pedir nada a cambio aún. ¿Cierto?

Lo medita, o más bien no como le hubiese gustado, porque no se toma algunos segundos más de reflexión y análisis de los escenarios posibles, ya que solo lo hace, habla sin cuidado.

—Es que yo no lo entiendo.

Observa con detenimiento su figura quieta en el otro extremo de la mesa, donde casi se está preparando a sí mismo para que el sujeto explote en ira y le diga que cierre la maldita boca de una vez, o convertirá sus formados rizos en una mata de pelo lacio.

Sin embargo, nada de eso sucede, en cambio el chico ni siquiera parece detenerse en absoluto por sus palabras y su intento de llamado de atención, su vista no se despega del pergamino sobre la mesa ni deja de escribir con energía sobre este.

Continúa como si nada a su alrededor estuviese sucediendo. Como si el mundo se fuera a detener por él, porque era justo como eso.

Entonces muerde su labio, solo para que sus mejillas no se vuelvan rojas por segunda vez en tan corto periodo de tiempo y piense que es patético.

Casi da un respingo en su lugar cuando escucha su fría voz. Es inesperado, y no importa que su tono sea desinteresado, le provoca una extraña pizca de alivio de no ser ignorado.

—¿Perdona, has dicho algo?

Hace una mueca.

—Sí, lo hice.

—Vale.

Responde, como si esa fuese la forma perfecta de cortar la conversación. Y en realidad funciona, porque este parece no tener intención de seguir indagando en lo que tiene por decir, así como Harry ahora se queda con un mal sabor de boca.

Incluso si ni siquiera está siendo tomado en cuenta, se siente juzgado.

Pero no se rinde aún.

—Yo decía que, aún no comprendo cómo es que lo haces.

El chico sigue sin desconcentrarse de su tarea sobre el pergamino, y continúa rasgando el papel con la pluma llena de tinta. ¿Qué tanto escribía de todos modos?

—¿Hacer qué?

—Tú sabes, eso.

Él arquea una ceja aún con su mirada baja, lo que le indica que no está siendo lo suficiente claro con una persona con nivel de paciencia nulo.

—No lo comprendo, podrías ser más específico.

Harry calla por algunos segundos pensando en las frases exactas a decir para no sonar como un jodido adulador. Porque lo que menos busca ahora mismo es ensanchar el ego que ya desbordaba los límites posibles humanos.

—Uhm, proteger tu mente, de esa forma...

Louis continúa sin mirarle, a pesar de que no está seguro de si quiere que lo haga o no.

—Es magia avanzada, muy.

—Eso lo sé.

—Entonces sabes que es bastante difícil, quiero suponer.