Una nueva identidad.

Mulai dari awal
                                    

A la mañana siguiente volvió al taller para seguir con su labor. Antes de la hora de almuerzo los vehículos ya estaban listos, y le dio aviso al anciano para que los revisara. Se había esmerado en hacer bien el trabajo encomendado para darle al anciano una buena impresión, y demostrarle que podía ser un aporte. Que lejos de ser alguien que quisiera aprovecharse de la situación o ser solo un charlatán, sabía el trabajo que estaba realizando. El anciano fue a revisar y la sorpresa que se llevó fue grande, ambos funcionaban de forma correcta, pero había un pequeño detalle. 

—Oye muchacho, oye, oye... este tipo es sordo por lo visto o se hace el sordo, ¡oye weón de amarillo! —Le gritaba finalmente, cruzándose de brazos enojado junto a los vehículos, pues su ayudante no le respondía.

—¿Qué pasa tatita, que no me deja estar tranquilo en el baño? —Escuchaba a lo lejos el anciano. Segundos más tarde aparecía junto al anciano, quien permanecía con la mirada sobre los vehículos, y sin tan siquiera mirarlo comenzaba a increparlo. 

—¡Mira idiota, estos autos eran blancos, y ahora son una mierda! —Le gritaba enojado, señalándole los vehículos en cuestión.

—¡Ah no sé, yo estaba haciendo eso en el baño! —Alegaba defendiéndose éste, y aprovechando a bromear una vez más con el anciano.

—No idiota, ¿cómo los dejaste tan sucios? —Con rabia le señalaba la suciedad en la carrocería de los vehículos, la cual saltaba a la vista.

—¡Pero funcionan bien, ya les hice la prueba! —Alegaba encogiéndose de hombros, tratando de apaciguar la molestia del anciano— Si quiere los prueba para que vea que no miento.

—¡Ya, límpialos ahora antes que lleguen los dueños, tienen tus manos marcadas por todos lados!

—¡Por la mierda, todo yo, todo yo! —Sin muchas opciones de alegar, tomaba los utensilios que sobre el mesón se encontraban para comenzar la limpieza.

—¡Y no reclames, —le recriminaba el anciano, mientras observaba como éste comenzaba a limpiarlos— por lo visto no eres muy pulcro para trabajar, los vehículos se deben entregar limpios hombre, y no convertidos en porquería!

—¡Pero por la mierda, más lo que reclama, —debatía éste mientras limpiaba uno de los vehículos— si yo sé lo que hago, aparte todavía no digo que terminé!

—¡Mira muchacho, escucha, y grábate bien lo que te voy a decir! —Le decía el anciano, inclinándose un poco y palmeando la cabeza de su ayudante— Por lo poco que veo de tu trabajo, me das por ahora una buena impresión, pero sobre todo, debes cuidar la forma en la que entregas cada trabajo, no puedes dejar los vehículos tan sucios, haz de cuenta que son tuyos, ¿te gustaría llevar tu vehículo a un taller y que te lo entreguen convertido en una cochinada como esta? Además, ya me avisaste que terminaste con ellos, ¿ya se te olvidó?

—Pues no, creo que no. O sí, a lo mejor se me olvidó que le dije. —Respondía risueño éste.

—A eso me refiero, —proseguía el anciano, llamándole la atención de inmediato— ¡y deja de agarrarme para el tandeo! Esta es tu carta de presentación para cualquier empleo, quizás seas el mejor mecánico que pueda haber, pero no debes dejar a un lado la limpieza en cada trabajo, es la imagen que le das a cada cliente, a cada persona que te confía su vehículo. Recuerda que para muchas personas esto es más que un auto, es su vida y lo cuidan como si fuese una parte de sí mismos. Muchos de ellos dejan de lado el hecho de verte sucio o no, a muchos eso no les interesa, lo importante es que sus vehículos funcionen bien y que estén tan limpios o mejor a cómo te los entregaron.

—¡Pero por la mierda tata, es que da flojera limpiar! —Alegaba éste, apoyándose junto al vehículo que limpiaba, mirando a quien lo increpaba sin temblarle la voz.

UNA NUEVA IDENTIDAD. (COMPLETA)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang