— ¿Qué? ¿Es tu novio?

Volví a la realidad cuando la irritable voz de aquel tipo retumbó en mi cabeza. Mis manos me ardían y mi estómago igual, pero aun así, sabiendo que me merecía ser comido vivo por gusanos y aun así continuar necesitando recibir el peor castigo del mundo, desee con cada fibra de mi ser escuchar una respuesta afirmativa. Oír a mi pequeño Kyungsoo decir a todo pulmón que era su novio como tantas veces anteriores lo había dicho con orgullo, con amor, con adoración.

—No. —dijo. —Ya te lo dije, es solo mi compañero de departamento.

Dicen que realmente todas las personas tenemos derecho de cometer errores, que nada es irreparable y que no importa que tanto hayas arruinado algo, siempre habrá forma de conseguir arreglarlo. Bueno, podía creer que me merecía el perdón de cualquier cosa, pero no uno de Kyungsoo, y mucho menos que una situación como esta se podría reparar jamás.

Él tenía los brazos cruzados, me miraba sin ningún tipo de resentimiento, ni siquiera observé tristeza en sus ojos. El ambiente se puso tan tenso, escuché mis propios sollozos intentando contener las lágrimas, y entonces, cuando abrí los ojos, me di cuenta que mis lágrimas mojaban el piso de madera. De nuevo, el dolor real de mi corazón destrozado pudo más que cualquier dolor físico. No me merecía nada, sabía que lo había arruinado y Kyungsoo no tenía que perdonar a una basura como yo.

—Es por eso que. —Volví a oírlo hablar. Kyungsoo esperó hasta que yo levante la mirada para observarme atentamente. Estuve seguro que ambos olvidamos la presencia del otro tipo, ya que mi mundo se volvieron sus ojos y su mirada estaba únicamente destinada a mí. —No tengo ni idea de por qué está molesto. —Cerró sus ojos por unos segundos. —Tú fuiste quien dijo que me sintiera libre de traer a quien quisiera a la casa. —Me volvió a mirar, con la mirada marcando su decisión y firmeza.—Es por eso que no sé por qué te has enojado.

—Kyungsoo, yo... —Logré hablar, no supe cómo pero lo hice. Me apoyé sobre mis rodillas y estiré en el piso. Quise decir algo más, pero él me interrumpió.

—Pero. —susurró. —Si sientes celos...Espero que te duela, bastardo.

—Kyung...

No logré decir nada más. Mi cuerpo,mi voz, mi ser se detuvo en el segundo siguiente, cuando Kyungsoo se quitó esa máscara que había cargado por todo ese tiempo y sus ojos se llenaron de lágrimas con rapidez, desee tanto poder moverme para atraparlo entre mis brazos.

Kyungsoo lloraba como un pequeño sin consuelo, llevando sus manos a sus ojos para detener esas muestras de debilidad, pero no podía. Kyungsoo sufría, él no era ese chico de piedra que había vivido conmigo desde la ruptura, este era el Kyungsoo que conocí en la secundaria y el mismo que aceptó salir conmigo. Frágil, sensible y tan perdido entre sus lágrimas que seguro ya no podía ni verme bien.

—Si estás... —Siguió, entre todas las lágrimas que no dejaban de salir. —Si estás saboreando lo que yo he vivido por todo este tiempo... Te lo tienes bien merecido.

Kyungsoo rompió en llanto después de eso. Escuché vagamente al tipo ese preguntar qué demonios era eso, para después largarse a paso tranquilo, tomando sus zapatos del suelo y caminar hacía la puerta o hacía otro lugar. No me importó, no me interesó nada que no fuera el pequeño triste y frágil que lloraba ante mis ojos.

Me levanté con todas las energías que tenía, decidido, queriendo acercarme a él. Kyungsoo cubría sus dos ojos con las palmas de sus manos, pero cuando la mía rozó su brazo, él se apartó de mí como si quemara y me observó con la mirada más enojada posible. No logré tocarlo, no pude. Grité su nombre un par de veces pero nada, hasta que él reaccionó y volvió a meterse a su cuarto.

— ¡Kyungsoo! ¡Espera!

Lo seguí, no iba a rendirme, no iba a dejarlo sólo cuando estaba mostrándose tal cual era para mí. Entré a su cuarto y vi como tomaba dos de sus maletas y las lanzaba sobre la cama, él luego caminó hasta sus cajones y tiró todas sus ropas sobre las mismas maletas, empezando a meter las prendas con descuido y sin ningún tipo de orden, ignorando mis constantes llamados.

—Kyungsoo... ¿Qué estás haciendo, Kyungsoo?

— ¡Cállate! ¡Me largo! —me gritó.

No quería, no podía, no debía ser tan egoísta pero tampoco deseaba permitir que así como así se aparte de mi lado. Él continuaba llorando mientras intentaba cerrar la maleta y el cierre de esta no cedía. Sentía su frustrada impotencia, los temblores de su cuerpo a causa de las lágrimas y sus músculos totalmente tensos.

— ¿Te largas? —repetí.

— ¡Es todo! ¡Ya tuve suficiente!

Al fin, después de tanto, él logró hacer ceder el cierre y lanzó la maleta a un lado de la cama, ignorando la otra que se encontraba completamente vacía. Se apoyó en sus rodillas y me encaró, su expresión enojada solo me causaba dolor ¿Cómo permití que todo llegara a tal punto? ¿Por qué no noté antes que nos sumergí en la peor pesadilla existente?

¿Por qué tuve que ser tan idiota? ¿Por qué esto tenía que ser lo único en la vida que no se pudiera reparar?

—Pretender que no pasaba nada si rompíamos. —Su voz se quebró, hablándome tan alto que podía considerarlo un grito de su parte, pero lo entendía. Kyungsoo soltaba esas palabras que había mantenido ocultas solo para él durante todo ese tiempo. —Pretender que todo está bien al verte traer a todas esas chicas ¡Ya no aguanto más!

Era como si todo encajara perfectamente ahora, como un rompecabezas encontrando su pieza exacta y terminando de armarse, reconociendo que yo no era el único que pretendió algo que no sentía. Yo no fui el único que se mintió creyendo su vida perfecta ahora cuando extrañaba tanto a la persona que amaba a su lado, Kyungsoo también pretendió y al final, como yo, explotó.

Él no tomó como algo normal el terminar, él tenía mucho que decir y seguro muchas cosas que objetar, quizás...Si ambos nos hubiéramos ahorrado el pretender. Quizás si hubiéramos dicho todo lo que no decíamos por engañarnos a nosotros mismos. Quizás y solo quizás no estaríamos sumergidos en nuestra pesadilla, que al final, termina siendo lo más real y doloroso que había vivido en toda mi vida.

—Si vamos a terminar. —siguió. —¡Hagámoslo bien! ¡No pretendas usar la palabra "Como amigos! ¡Ya no más! ¡Me largo, Jongin! ¡Me voy de aquí y no quiero saber nada de ti nunca más en mi vida!

Y ahora... Lo perdería para siempre.

¿Este era el único error que no podría reparar?

Good Friends - KaiSooWhere stories live. Discover now