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Nikolás sonrió.

- No es necesario, Edu, aunque me gusta que pienses en grande.

- Nos casaremos en la playa, será la boda de tus sueños y nuestra luna de miel será en... Milán ó Indonesia. ¿Te gustaría?

Nikolás rió bajito y asintió.

- Me encantaría.

- Y cuándo tengamos hijos serán los más consentidos del mundo, tendrán los mejores juguetes, irán a la mejor escuela y a la mejor universidad.

- Apenas llevamos 1 semana de novios, chico malo.

Eduardo se encogió de hombros, dejó los platos vacíos sobre el tocador, se quitaron los zapatos y se acostaron en la cama bajo las cobijas, Niko con su cabeza en el hombro del pelinegro.

- Mis papás llegan en 1 semana.

- Eso es... ¿Malo?

- Demasiado, ellos son demasiado... conservadores, que sus 3 hijos estén de novios con 3 chicos que visten siempre de negro, andan en moto, están llenos de tatuajes, fuman, beben, corren en carreras clandestinas, los vá a poner al borde del pánico, Eduardo, nos van a querer alejar.

Eduardo besó la cabeza de Niko.

- Podríamos fingir ser cómo ustedes, compraríamos ropa que tapen nuestros tatuajes y eso.

- Averiguarían por todas partes a que familia millonaria pertenecen.

- Todo vá a estar bien, nene, nada podrá separarnos. Ya verás.

- ¿Y si lo intentan?

- Te robo y te llevo a vivir conmigo a Afganistán.

- ¿A dónde? ¡¡No!!

Nikolás rió con fuerza.

- Nadie te vá a alejar de mi lado, hermoso, te lo prometo.

Niko alzó su cabeza y besó la mandíbula rasposa por la barba de Eduardo.

- Me alegra que hayas sido tú quién se fijó en mí.

- ¿A qué te refieres?

- A que, primero, los de mi universidad son de mi estatus social, ¿Sí? Pero son prejuiciosos, prepotentes, se creen superiores a todos y Emilio y Diego están hechos para estar con mis hermanos, son distintos, pero se complementan, si Emilio se hubiera fijado en mí, yo no hubiera podido, él es más atrevido, aventurero, cómo Joaquín y Diego me dá un poco de miedo.

Eduardo rió.

- ¿Y yo?

Niko puso su codo sobre la almohada y su rostro sobre su mano observando a Eduardo.

- Tú me respetas, me aceptas por cómo soy, me has hecho feliz éstos días, eres sexy, piensas mucho para hablar y actuar, lo que impide que me lastimes sin querer a pesar de que tus amigos se ríen de mí, siempre me defiendes y no te avergüenza.

Eduardo sonrió.

- Más que respetarte, te quiero mucho, Niko y aunque no llevamos meses ó años de novios, he aprendido a amarte también, porque eres diferente, eres dulce, tierno y cuándo noto que alguien se burla de tí sale mi mayor instinto asesino. Tú eres un chico con un alma pura, Niko, que adora a sus hermanos y daría su vida por ellos.

Eduardo acarició la mejilla de Nikolás y luego su labio inferior.

- Tienes muchos miedos, muchas inseguridades, tu autoestima está por los suelos, piensas que por ser cómo eres no vales la pena y no es así, Nik, tú vales más que cualquiera que conozco.

Prejuicios // Adaptación Emiliaco Where stories live. Discover now