Siempre para tí, enana

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Juvia se imaginaba como sería el momento de su boda, hasta su luna de miel, sería hermoso y luego cayó a la realidad.

Gray no le había pedido matrimonio, apenas eran novios y solo llevaban un mes, por primera vez Juvia entendió que las cosas eran poco a poco, todo se daría con el tiempo, tal vez si quería pasar toda su vida con él, pero tendría que darle más tiempo y también sería un gran perfecta idea hablar con él, y lo haría en cuanto regresara de la misión.

Salió de la tienda en dirección a Fairy Hills, tenía mucho que pensar.

...

La joven estaba sentada al borde del lago viendo hacia la extensa agua que ahí había. Agua, le recordaba a dos personitas muy especiales para ella, una de esas personas siempre estaba con ella y era una gran persona, y la otra... ya no estaba junto a ella.

Agacho la mirada e intento sonreír.

Ese lago le traía muchos recuerdos, desde hace 1 mes no había ahí. Se sentían aun mal por todo los sucedido aun no lo perdonaba, ya hasta pensaba que él no la quería. Antes de que Natsu se fuera a su misión con, Gray lo vio muy apegado a cierta albina, ellos prometieron casarse que.

"Que estúpida soy." Pensó la maga celestial. Él no te quiere a ti.

Para Lucy esa era la dura realidad. Pero estaba equivocada.

―Lucy...

La rubia volteo a ver quién la llamaba y era una de las personas que menos quería ver.

Lisanna estaba parada frente a ella, Lucy se sorprendió al verla ahí.

― ¿Pasa algo, Lisanna? ―pregunto Lucy al verla ahí.

―Puedo sentarme.

Lucy asintió.

La albina se sentó junto a ella, encogió las piernas al igual que Lucy y comenzó a admirar el lago.

―Natsu y yo veníamos aquí de pequeños ―le comento la Strauss ―. Recuerdo que Gildarts nos trajo, fue un gran día ―soltó una risita ―. Hace poco vinimos aquí también.

"Mierda." Pensó la Heartfilia.

―Me dijo algo que le dejo impactada y eso también me lo dijo cuándo me toco cuidarlo ―Lucy presto más atención ante lo que Lisanna iba a decirle ―. Sé que las cosas entre ustedes han estado agitadas, pero Lucy tienes que perdonarlo. Sé que has de pensar que él solo te quiere para eso pero... él te ama y me dolió saberlo ―Lisanna solto algunas lágrimas ―. Lucy... él quiere casarse contigo.

Lisanna rompió en llanto no lo resistía, estaba enamorada de alguien que no le pertenecía. Lucy miraba como su amiga lloraba por el ds de fuego, se sentía culpable y lo único que pudo hacer abrazarla y consolarla.

―Sé que estas mal ―le susurró al oído ―. Pero tú... encontraras a tú verdadero amor, Lisanna.

La Strauss levanto la cabeza y trato de sonreírle.

―Gracias ―le dijo dándole otro abrazo.

Ningún hombre y menos un dragón estúpido las destruiría.

...

Se encontraba sentando en el lugar muy alejado y oscuro, con un vaso repleto de cerveza, el bar en el que estaba era de muy mala fama, pero que importaba, eso pensaba él. Tenía muchas cosas que pensar, la verdad que demasiadas.

Era muy rápido para él. Llevaban 1 mes de ser novios y quería ver como irían las cosas como novios y luego le pediría que se casaran y ya después vendrían los mocosos. Pero no, todos sus planes cambiaron. Él mocoso vendría primero y tenía que casarse con ella por eso, cuando se enteraran en el gremio lo obligarían y él no quería eso, ya que serían infelices ambos.

Volvió a beber de su cerveza, era la sexta y no estaba ebrio, lo cual era bueno (para él).

La puerta se abrió dejando ver una figura alta y negra que poco a poco se fue acercando hacia él.

―Sabía que estarías aquí ―le dijo la figura negra que resultaba ser un gran gato.

―Tsk.

―Ella está mal ¿sabes? Ha estado llorando desde que te fuiste.

Gajeel agacho la mirada, él era el causante del sufrimiento de ella.

―No es tú intención, lo sé ―le aviso Lily ―. Pero deberías hablar con ella, amigo sé que la amas... y sé que esto es muy rápido. Gajeel, así es esto.

El cerebro de metal reacciono, no podía dejarla así, tenía que hablar con ella y eso haría.

―Gracias Lily ―le dijo el Redfox mientras se iba del local.

El exceed se quedó ahí sentado orgulloso de su compañero, hasta que alguien toco su hombre.

―Señor, alguien tiene que pagar la cuenta ―le aviso una mujer.

"Maldito hierrito." Pensó Pantherlily mientras sacaba dinero, después se las pagaría.

...

Abrazaba la almohada con fuerza, era su única amiga por los momentos. La lagrimas caían, no soportaba ese maldito dolor, él la había abandonado, estaba sola o más bien acompañada por esa pequeña personita que sería mini-hierrito. La llenaba de alegría pero le daba tristeza saber que él no la apoyaría.

La puerta de la habitación se abrió dejando ver al ds de hierro parado frente a ella, él Redfox venía muy agitado ya que venía corriendo como loco. Agarro aire y camino hasta donde ella estaba tirada, la vio y no pudo evitar sentirse mal, él era el causante de su dolor.

―Levy...

― ¡¿Qué quieres?! ―le grito la McGarden entre sollozos ―Vete... quiero estar sola.

―Levy.... por favor...

Se agacho y trato de sobar su cabello, pero ella le pego en la mano y lo fulmino con la mirada.

―Hierrito de mierda ―dijo la peli celeste con rabia.

Gajeel se estaba cansando de ser bueno así que sin importarle que la abrazo mientras ella hacia fuerza pero obviamente no lo vencería.

―Deja de moverte, no lo lograras ―le advirtió Gajeel ―. Enana... dijo, Levy. Lo siento ―la maga de escritura abrió los ojos ―. No debí hacer eso... yo... fui un estúpido. Corrijo, soy un estúpido, la cosa es que no me siento listo... pero no significa que te dejare sola, Levy yo... te amo y demasiado.

Levy no respondía.

― ¿Levy?

La McGarden lloraba bastante por lo que él le había dicho, era lo más tonto y hermoso que él come hierro le había dicho y estaba feliz por eso.

―Yo igual te amo Gajeel ―le dijo la peli celeste entre sollozos ―. Gracias por estar conmigo.

―Siempre para ti, enana.

Editado el: 18-12-2015


Cuidando a unos ImbécilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora