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Cálido.

Así se sentía Viktor ahora mismo, con su cabeza apoyada en el pecho desnudo de su esposo.

—Amor— murmuró este mientras seguía haciendole cariñitos en el pelo al ruso.

—¿Sí?

—Yo ehh, sabes, ehh...Michelle me llamó y...tengo una misión, ¿Sabes?, en Francia.

Viktor no tardó ni dos segundos en sentarse nuevamente en la cama, mirándolo con un semblante serio.

—Jack...

—No, no, escúchame — interrumpió. — sé que habíamos dicho que nada de misiones y que viviríamos  en total tranquilidad, pero esta será muy corta, solo dos meses si todo sale bien, y es muy sencilla, lo prometo.

—¿Por qué, Jack?, ¿Qué te falta acá?, ¿Por qué mierda te empeñas tanto en volver a tu trabajo, arriesgando tu jodida vida?

El moreno se quedó en silencio un momento, pensando en qué contestar. No sé le ocurrió nada.

—Bien, ¿Sabes qué, Jack? Haz lo que se te plazca, de todos modos jamás tomas en cuenta lo que pienso.

Escupió con rabia, enrollado una sábana a su cuerpo y caminado hacia el  baño.

—Viktor, espera, espera.

Quiso llamarlo, siguiéndole hasta al baño, pero fue  inútil pues el peligris le  cerró la puerta en la cara y Jack Conway, probablemente el hombre más orgulloso de la ciudad, no le pareció para nada bien esto, así que simplemente gritó un "En un mes me voy" lleno de frustración.

Pasaron una eternidad sin tener una conversación, solo se dirigían la palabra si era necesario.

Bueno, en realidad, la eternidad solo fue a vista de ellos, pues simplemente habían pasado tres días, y hubieran sido más sí Jack no hubiera escuchado los sollozos de Viktor, quien se encontraba en el otro extremo de la cama, dándole la espalda.

Dudando un poco se acercó, tocandole el hombro.

—Vik... ¿Estás bien, bonito?

El nombrado se volteó dejando a la vista del contrario sus hinchados ojos de los cuales salían saladas lágrimas.

—Jack... —murmuró, abrazándolo— No quiero que te vayas... no quiero que te pase algo.

Conway empezó a acariciar la espalda de su pareja.

—No me pasará nada... sé que tienes miedo, y con razón, pues algunas misiones si se han complicado un poco pero sabes que estoy preparado para cualquier cosa

Nadie dijo nada, así que Jack siguió.

—Acá no me hace falta nada, tú eres lo único que necesito, pero... a veces pienso que necesito hacer esto, siento que les debo algo, además yo... no lo sé, me gusta, me gusta mi trabajo, pero también me gusta mi vida a tu lado, por eso lo dejé, pero yo... no lo sé.

Honestamente él pensaba que sus palabras no iban a cambiar el parecer de Viktor, quien le seguiría pidiendo quedarse.

—Tienes que volver sano y salvo, ¿Me escuchaste?

Oh.

Volkov ahora tenía ambas mano en las mejillas de Jack, obligándolo a que lo mire y que sepa que está hablando totalmente en serio.

—Volveré sano y salvo, lo prometo.

Él no podía prometer eso, y Viktor lo sabía, pero no importa, le creyó, necesitaba creerle.

VolkwayweekWhere stories live. Discover now